El chino de la tintorería nunca creyó que la mancha fuera de café…
La mansión es lo que el poco reconocido director Charlie Lonnit ansiaba buscando filmar el mejor documental de su vida… y un poco más. El staff no tarda en intercambiar miradas cargadas de un temor indecible. Revolean los ojos con desconfianza, deambulan cautelosos, cuchichean por lo bajo. Fue un misterioso señor Du’Met quien heredó esa opulencia y tuvo la aberrante idea de remodelarla clonando al “Castillo del horror”. Tal es el nombre con que la prensa rebautizó el hotel de Míster H.H. Holmes cuando, a fines de 1800, descubrieron los asesinatos.
Salvo el director, todo el equipo opina que Du’Met se excedió con el realismo: el olor a decadencia, el polvo, los agujeros en paredes y techos son auténticos. Aquella araña parecida a la mano de Tyson también. Para peor, el anfitrión brilla por su ausencia. Sin embargo, no están solos: son observados, manipulados, y la historia de sangre del pasado se despereza cantando “presente”.
Hora de ingerir esa pastillita de carbón activado
Todavía no habíamos podido quitar la mancha del pantalón no nos habíamos recuperado de haber incursionado en The Quarry, y Supermassive Games nos entrega la cuarta y última parte de The Dark Pictures Anthology. ¿Será ese “grand finale” que nos deje con inaguantable picor por una segunda temporada? Daremos nuestro veredicto cuando salga el juego completo. Por ahora sí podemos afirmar que cada nueva entrega fue mejorando gradualmente, y esta no es la excepción. En la nota presente les contamos todas las mejoras notables, dosificando entre palabra y palabra el poquito aliento que nos quedó. Enciendan las velas y coloquen alguna playlist halloweenera en Spotify para seguir.
Cinco visitantes, y un Diablo interino
The Dark Pictures Anthology: The Devil in Me traslada a nuestros cinco protagonistas a una isla. Ellos son: Charlie, el dire; Kate, la presentadora; Mark, el cameraman; Erin, la sonidista; y Jamie, la jefa de soporte. Vamos a poder ser cada uno de ellos, para su bien o para su mal (reemplacen “mal” por “muerte horripilante”). Pero otro actor no menos importante es la mansión, sin duda un protagonista de la trama con todas las de la ley (o siniestra ilegalidad).
La laberíntica casona, escenario donde transcurre la trama, fue adaptada para replicar el estilo, los ambientes y corredores del fatídico hotel de H.H. Holmes de fines del siglo XIX. En otras palabras, un tributo al edificio que existió, en el juego pero también en el mundo real. Allí Holmes se cargó al menos doscientas personas, si no más. ¿Un poco de Wiki? El tipo fue el primer asesino serial de Estados Unidos. Torturaba, evisceraba, asfixiaba, calcinaba y luego comercializaba los huesos de sus víctimas. Un auténtico boyscout de la psicosis, con todas las medallitas pegoteadas con pelos y sangre.
La preview nos resume, vía flashbacks introductorios, que Du’Met, el dueño de esta réplica en la isla, telefoneó a Charlie Lonnit abriéndole sus puertas. El recorrido arranca justamente con él y Erin, la sonidista, en una de las habitaciones. Charlie la putea porque perdió sus cigarrillos, y, está claro que, en esa casa de pesadilla, dejar de fumar no da. Ergo, se lanzan a la quest de buscar un paquete por los salones inferiores, y así la mansión comienza a desenrollar sus pétalos… De planta carnívora, por si hacía falta aclararlo.
Las cosas raras no tardan en manifestarse. Animatrónicos que gesticulan básicamente cuando se les canta su traste de madera. Cortes de luz. Sombras escurridizas. Ruidos extraños. Voces lejanas guturales. El libro de registros contiene las fechas de ingresos recientes de varios huéspedes, manuscritas con su puño y letra; no hace falta ser perito calígrafo para advertir que la escritura de las fechas del check-out es diferente, pero la misma para todas las almas. ¡Te has ganado una galleta, Scooby!
The Devil in Me y su jugabilidad upgradeada
La novedad más destacada en esta entrega se manifiesta ya en la preview. En la medida en que vayamos comandando la suerte de nuestros cinco inciertos héroes, nos daremos cuenta de que cada uno de ellos porta un objeto especial. Por ejemplo, Mark, el cameraman, lleva un trípode monopié que le permite alcanzar objetos lejanos; Charlie usa su tarjeta de presentación para abrir puertas y cajones; Jamie se jacta de su multímetro, pero el premio se lo lleva Erin y su equipo de grabación portátil.
Y, gente, aquí estamos frente a una de las mejores secuencias de esta tetralogía por lejos. Cuidando de no espoilear, imaginen que en una mansión de terror, a medianoche, oímos voces humanas por lo bajo. No, no nos metemos debajo de la cama rezando en arameo. Teniendo la posibilidad de calzarnos nuestros auriculares y empuñar un micrófono de alta sensibilidad, nos adentramos en los pasillos buscando su origen. La señal va aumentando o desapareciendo según nuestros giros y avances… Incluso un ícono con barras nos va ilustrando, en tiempo real, la fluctuación de decibeles. El efecto de realismo e inmersión está logrado de la hostia, y tras esta puntita de iceberg dejamos de contarles más.
Pero las mejoras no terminan acá. A diferencia de las entregas anteriores, ahora podemos asir ciertos mobiliarios para empujarlos o arrastrarlos. De esta manera logramos acomodarlos en una posición que libere nuevas áreas, a veces trepándolos para acceder a un boquete alto de una pared. No será ciencia de la NASA, pero suma a la jugabilidad.
Lo bueno dura poco
La preview de The Devil in Me acaba con una secuencia correcta que no revelaremos. En el medio nos confiamos en una situación frente a un personaje enmascarado, y mala nuestra. Resultó que esta entrega perdona mucho menos que las anteriores. ¡Adiós, X! Siempre te recordaremos por… por tu… nada, si apenas jugamos con X cinco minutos.
Resumiendo, la propuesta es sustanciosa. Inspirada en hechos reales truculentos de verdad, y ambientada en una mansión tramposa —en donde una escalera puede llevar a ningún lado, y una pared aparece donde antes había un amplio pasillo—, el hype se coloca en niveles épicos. El juego tiene aroma a Alone in the dark, toques de 1408 (la película de King), y hasta un tufillo Lovecraftiano con todos esos cuadros de motivos marinos y krakens.
Sin embargo, no podemos olvidar que muchas veces, tanto en esta saga como en aventuras del género, los finales a alguno que otro les deja un sinsabor. Quizás las decisiones tomadas no parezcan reflejarse. Tal vez el cierre es abrupto. En una de esas la vuelta de tuerca que debiera ser brillante no reluce. Acá los elementos para realizar un delicioso banquete están, y en demasía. El uso de inventario especial y manipulación de los alrededores entusiasma. Querer salir vivos de la mansión —y con todas las partes del cuerpo unidas— es un tremendo desafío. Crucemos los dedos para que la temporada 1 de The Dark Pictures Anthology, que se lanza este 18 de Noviembre, acabe con clamores y trompetas dignas del Apocalipsis…
Y, ya que estamos, si cruzamos los dedos también agarremos agua bendita, una biblia y nuestro juguetito de apego infantil. Vamos a necesitarlo todo. [i]
DESARROLLADO POR: Supermassive Games
DISTRIBUIDO POR: Bandai Namco Entertainment
GÉNERO: Novela visual, drama interactivo, terror.
DISPONIBLE EN: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S, PC.
LANZAMIENTO: 18 de Noviembre de 2022.
Este análisis de The Dark Pictures Anthology: The Devil in Me fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Diego “Santos” Reig, diseñador, escritor, amante de la cocina y gamer a ultranza. Ávido de placeres espirituales, busca la sabiduría al final de un libro, en el fondo de un plato (o copa de tinto), y al trascender las vicisitudes de un videojuego. Sus pasiones en la virtualidad son las aventuras gráficas, los juegos de rol, y engordar monstruos feos a base de plomo binario. Instagram.