Si Sharknado y Jackass tuvieran una cabra
Con Goat Simulator 3, Coffee Stain North nos presentan su visión de lo que el fundamento del sandbox debe ser: una cabra atrapada en una isla civilizada y cosmopolita, donde podemos interactuar y experimentar con todo y todos a nuestro paso. Una tentación a ese instinto primitivo que nos incita a volcar, lamer, cabecear sin ton ni son y, en algunos casos, ser testigo de las consecuencias. A esto debemos sumar una enorme cantidad de situaciones que hacen del paseo algo tan ridículo como refrescante, una invitación a desconectarse y disfrutar de las cosas simples de la vida.
“Eh, tú. Al fin has despertado…”
En esta entrega, volvemos a meternos en la piel de Pilgor, nuestra pequeña y tonta cabra. Despertamos en una carretilla en movimiento, mientras la voz de un granjero con cualidades discursivas nos da la bienvenida a Redneck Haven, en la caótica San Angora. Un inicio muy al estilo de Skyrim, un aperitivo que nos prepara para todo lo que viene más adelante.
Ya al fin, con el control de nuestra cabra, podemos perdernos por el mundo abierto. San Angora es un mapa que poco tiene que envidiar a grandes franquicias, tanto por extensión como por diseño. El distrito rural es el punto de partida, pero la variedad se completa con otros biomas, tales como un espacio urbano sembrado de rascacielos, una extensión montañosa —abarrotado de turistas, ecologistas y leñadores— y un barrio residencial muy europeo, por citar algunos. También tenemos acceso a zonas llenas de recovecos y esquinas, donde encontramos NPCs con diversas personalidades y en diferentes situaciones inusuales. Un incentivo más que suficiente para hacer las travesuras típicas de una cabra, destrozando todo lo que haya en el camino.
Así, avanzar en el juego implica resolver varios desafíos en forma de puzzles, entretenidos e hilarantes. Para esto, necesitamos de todos los elementos de los que tenemos disponibles en el mundo. Por ejemplo, podemos hacernos con diferentes poderes elementales, que nuestra cabra sufra mil accidentes, robe autos, descubra artefactos de gran poder… En definitiva, un típico día en Goat Simulator 3.
Por supuesto, dentro de todo este caos es fácil perder la trama —si tuviéramos alguna— y los objetivos a completar. En cada zona de la isla encontramos unas torres, las cuales podemos sincronizar —como todo buen asesino— para descubrir la ubicación de diferentes eventos y misiones cercanas.
Además, la torre nos da acceso a nuestra fortaleza, que hace las veces de objetivo principal de la campaña. Tenemos que renovar y desbloquear nuevos espacios y, lo más importante, romper los sellos que mantienen bajo cerrojo una inmensa puerta en el salón principal. Para lograr esto —abrir la puerta y ver qué nos depara en el otro lado— tenemos que subir nuestro “Rango Illuminati”, cumpliendo objetivos a lo largo de San Angora.
Desde ya, cada una de las misiones tienen un matiz especial de humor tonto, algo que ayuda a no aburrirnos nunca. Bajar hippies de los árboles, competir por la presidencia, activar bombas nucleares en un barrio residencial o simplemente ayudar en la granja, son algunas de las propuestas. Lo novedoso en este caso es que tenemos un registro de misiones, donde podemos visualizar cada avance y logro desbloqueado con bastante claridad. Así, sabemos que cosas nos faltan para volver a la torre y dejar más fachero nuestro castillo.
Cuernos, flores y muchos colores.
Pero no solo se trata de renovación inmobiliaria. También podemos hacernos de variados objetos cosméticos que harán de tu cabra una fashonista por excelencia. Algunos de estos artefactos albergan cualidades pasivas o activas, con impacto importante en la jugabilidad. Si los usamos con sabiduría, nos ayudan a superar algunas misiones, al tiempo que hacen la exploración una experiencia aún más atractiva.
Una forma de obtener estos cosméticos es desbloquearlos en la tienda por medio de “Puntos de Instinto”, obtenidos al cumplir con una serie de retos. Entre otros, nos proponen lamer un NPC por un minuto entero, hacer trucos mientras nos deslizamos por un pasamanos o con una cabra cabalgando en tu lomo (muere de envidia, Tony Hawk). Cuántos más objetos y sitios accedamos, más retos se desbloquean conforme obtengamos artefactos con cualidades.
Otra manera de obtener el casco o traje ideal es descubrirlos en el mapa, tan solo recorriéndolo o desvelando muchos de los secretos o easter eggs escondidos por toda San Angora. Esto es divertidísimo y de los detalles que más me gustaron: entrar a un nivel de DOOM 64 —luego de vencer a una anciana en reposera que te dispara con un bazooka—, revivir momentos en la tétrica casa de P.T. o tropezando con delirantes referencias a Untitled Goose Game, Fallout, Elon Musk, IT o Star Wars, entre muchos otros.
Además, algo muy satisfactorio, es que algunas acciones tienen consecuencias directas y permanentes en el mundo abierto. Por ejemplo, en un momento ayudamos a tres bailarinas a mejorar su Deboule. Esta acción desata un tornado que, de ahora en más, recorre toda el área del juego.
Cabras de Reserva
Por si ser un desalmado en solitario no es suficiente, Goat Simulator 3 agrega una opción de multijugador, en línea o pantalla dividida. ¡Nada mejor para multiplicar el caos que invitar a tres de nuestros más degenerados amigos! Incluso, existen artefactos que solo pueden desbloquearse en multijugador. Y atención, que no solo está contemplado el cooperativo: si la pasión por la competencia es lo suyo, existen una buena cantidad de minijuegos competitivos.
Por otra parte, aunque el competitivo lo hace más entretenido, esto no crea un ambiente más desafiante. Y este es un punto flaco porque, sin importar nuestra habilidad con el mando, ninguna de las misiones se siente como un reto. El picor lo da la forma en que resolvemos cada situación, qué estrategia o secuencia elegimos. Es decir, podemos usar zancos para conseguir ese coleccionable inalcanzable. O tal vez sembrar una habichuela y gritarle para hacerla crecer gigantesca. Incluso dispararnos con una mochila propulsora es una opción y, si tenemos suerte, no caeremos a kilómetros del objetivo.
Muchos insectos en la granja (y sí, es una granja)
No todo son maravillas. Tengo que decir que el juego sufre en muchas ocasiones de fallas en el rendimiento y congelamiento de frames. Ciertas zonas del mapa tienen errores burdos de diseño, donde nos obliga a usar la opción de respawn para destrabarnos del escenario. Uno de ellos es una caverna —en una zona que sin lugar a dudas hace referencia al Señor de los Anillos y el Monte del Destino— donde, si saltamos dentro de un gran agujero, nos salimos de los límites del sandbox. Es cierto que, dentro del caos de Goat Simulator 3, muchos de los bugs terminan siendo parte del gameplay, pero ahí están y todo tiene un límite. Por más que exista la jodita del easter eggs, no podemos hacer pasar que la falta de pulido es un homenaje a Cyberpunk Día 1.
Para terminar, Goat Simulator 3 representa una agradable evolución en esta saga, que se ha saltado la segunda parte sin mucha explicación (sí, no existe el Goat Simulator 2, es un jodida). Con una mejor y más seria presentación del sistema de registro de misiones, retos y objetos coleccionables, pero sin perder la esencia del absurdo.
Somos libres de elegir entre volvernos “frikis completistas” o dejarnos llevar por la sinfonía de la destrucción. Olvidarnos de historias complejas, narrativas inmersivas o looteos enfermizos por un par de horas. Basta ponernos el mejor traje de furro para salir a disparar rayos láser contra amas de casa androides, que quieren dominar el mundo. Estamos invitados a desconectarnos de toda lógica y solo disfrutar un buen rato. ¡Un viaje cortito a tiempos más simples! [i]
DESARROLLADO POR: Coffee Stain North
DISTRIBUIDO POR: Coffee Stain Studios
GÉNERO: Sandbox en joda
DISPONIBLE EN: Windows, PS5, Xbox Series X|S, PS4, Xbox One.
QUÉ ONDA: ¿Más Goat Simulator, tan o más tonto que el anterior? Sí, pero es justo lo que pretende.
LO BUENO: El multijugador. Interfaz más pulida, prolija y seria. Humor y homenajes a punto caramelo.
LO MALO: Bastantes bugs. No tiene matchmaking.
Este análisis de Goat Simulator 3 fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
- CALIFICACIÓN80%