El único clásico mundialista inmune al VAR
Así como llegó, ya se nos va 2022, y todos sabemos qué significa eso: hora de armar el arbolito de navidad y disfrutar en familia repasar todos los éxitos y fracasos anuales, correr a encontrarse con gente por cinco minutos para justificar el “logramos vernos antes de fin de año”, hacer malabares para distribuirnos en las fiestas sin que nadie se enoje y, lo más importante, repasar los mejores y peores juegos que salieron en estos doce meses, acompañados por la pomposidad de los Game Awards.
Para colmo estamos en pleno mundial de fútbol, y cualquier oportunidad de emitir juicio exacerba nuestra afición a ejercer de opinólogos profesionales. Todo sea por plantar bandera, y al que no le gusta, se resuelve con guerra de pan dulce y duelo de descorche de sidra.
¿Tienen intriga por ver los GOTY & CHOTY de otros años? Acá están: 2021, 2020, 2019 y 2018.
Pero acá en [IRROMPIBLES] preferimos traer algo de paz y armonía, dejando de lado toda competencia, pugna y discusiones (además ya estamos seniles y cansados a esta altura del año); así que en vez de centrarnos en armar un ranking polémico, decidimos reflexionar y contarles qué fichines de este año disfrutamos más, y cuáles nos hicieron llorar desconsoladamente, pero de dolor.
Estos son nuestros GOTY y CHOTY del 2022, según cada miembro del staff. ¿Cuáles son los de ustedes?
Moki
GOTY: God of War Ragnarok
Probablemente sea uno entre miles de periodistas que opinan lo mismo, pero es imposible escapar a lo inevitable. La segunda entrega de esta nueva saga supera las expectativas y deja la vara altísima. Quizás no se note tanto un salto a nivel gráfico, pero la historia alcanza el clímax cerrando un círculo perfecto y colocando el último ladrillo de esta brillante construcción narrativa.
Me resulta imposible no repasar una y otra vez los detalles de una relación padre hijo y llevarla al plano personal. La adolescencia con esa necesidad de autosuficiencia y nuestra tendencia a proteger a los hijos para evitar que cometan errores, que quizás sean necesarios. Una maravillosa obra de arte, que destila contenido aún después de los títulos. La cantidad y calidad de las misiones secundarias están al nivel de la narrativa principal, completándola con una precisión quirúrgica. Kratos subió con Atreus a mi podio virtual, junto a Joel y Ellie de The Last of Us, y es por lejos mi favorito como GOTY.
CHOTY: Los shaders de Call of Duty: Modern Warfare 2
Este año tuve la suerte de no toparme con nada malo. Pero si me encontré con algunas cosas de las que esperaba mucho más.
Este es el caso de un Saints Row que disfruté mucho por el altísimo contenido bizarro, pero en el fondo esperaba alguna vuelta de tuerca o algo que lo reinvente. La misma suerte corrió Return to Monkey Island. Como amante y gran consumidor de las aventuras gráficas y de todas las obras de Ron Gilbert, esperé algo que reinvente el género y que se ajuste a los tiempos que corren. En su lugar sigo disfrutando en cómodas cuotas de una gran aventura gráfica, solo por amor y simpatía.
Pero de todo el año, lo que más me crispa, me envenena y me retuerce por completo, es que Call of Duty siga enloqueciéndome con la carga de shaders y que nos obligue a reiniciar el juego al abrirlo 6 de cada 10 veces. Yo sé que en esta categoría tenemos que darle un coscorrón a esos juegos que no disfrutamos, pero quiero afilar la puntería y enojarme con los shaders que son el responsable directo de complicar lo que podría ser una experiencia maravillosa. Shaders go home.
Cufa
GOTY: Immortality
Hubo muchas bombas este año: Elden Ring, Horizon, God of War y contando. Aún así, para sorpresa mía, no me costó nada elegir a mi GOTY, porque Immortality fue por lejos la experiencia más redonda y disfrutable que tuve durante el 2022.
Todavía no sé cómo lo hizo, pero Sam Barlow logró continuar el concepto que viene trabajando desde Her Story (2015) y seguir evolucionándolo un paso más allá, a pesar de que la idea quizás ya no daba para explotarla más. O eso creí a priori. A simple vista, Immortality puede parecer una obra muy sencilla, pero su atención a los detalles y el cuidado con el que fue ejecutado, demuestra que no lo es para nada. O sea, es un juego donde actúan actores que hacen de actores que hacen de actores, en el que tenemos que descifrar, al menos, cuatro historias en paralelo y de forma intercalada. ¡Un vuelo sin escalas al ACV!
En un año colapsado por obligaciones y escaso de tiempo, Immortality fue justo lo que necesitaba. Lo disfruté de principio a fin, y después del fin también, porque no pude abandonarlo hasta desbloquear cada segundo de footage. Me encantaría poder resetear mi cerebro para olvidarlo y descubrirlo otra vez. Quizás el estrés lo haga por mí, quién sabe.
CHOTY: Mario Strikers: Battle League
Así como 2022 nos sorprendió con muchas bombas, también nos encontramos con muchos chaski boom. A nivel rendimiento, me sentí tentado en poner a Pokémon Scarlet/Violet; pero pensándolo en frío, es un juego que puede arreglarse con ayuda de (muchos) parches. A nivel desilusión, Bayonetta 3 fue el primero en venir a mi cabeza; pero etiquetarlo con el título de CHOTY era muy fuerte, incluso para él. También admito que tuve bastante suerte: de todo lo malo que salió durante este año, pude esquivar la mayoría, eso deja a Mario Strikers: Battle League como casi único candidato.
No quiero dejar de aclarar que Mario Strikers dista mucho de ser un juego MALO, pero sí le pifia en varios aspectos: escaso de contenido, problemas de accesibilidad, errores de diseño y UI, y fallas conceptuales extrañas. Una pena porque podría haber sido un gran party game, pero la falta de cariño (y/o tiempo) que le pusieron, dió como resultado un título algo chotín.
El Cenizas
GOTY: God of War Ragnarok
Santa Monica Studio podría haber lanzado un juego enfocado en explotar a pleno las bondades de PS5. En lugar de eso, el foco fue una historia que explota nuestra humanidad. Apelando a un instinto básico y primigenio: el amor y la protección de nuestra descendencia.
Ser padre es maravilloso, pero bajo la capa de amor infinito corre un río helado: el terror a que algo lastime a nuestros bebés. Un miedo que supera la idea de nuestra propia finitud. Un terror que aumenta a medida que las plumas del crecimiento aparecen, augurio del momento en que volarán solos. Terror potenciado en un año donde la guerra dijo “presente” y, por momentos, sospechamos estar a una copa de vodka del Fin.
Gracias a estos paralelismos con la historia de Ragnarok, Atreus y Kratos pegaron más duro a mi corazón que a cualquier bicho de los nueve reinos. El final me quebró y, justo en ese momento, pasaba por ahí mi hija, Julia. “¿Llorás por lo que pasó en el juego, pa?”, preguntó. Contesté que sí, pero no era toda la verdad. Quizá no supe explicarle a una preadolescente que, en el fondo, es porque hace tiempo que la veo ensayar su propio aleteo.
CHOTY: Saints Row
No sé cómo ocurrió, pero en algún punto de la promoción previa al lanzamiento, tuve alguna esperanza de que esto podía salir más o menos bien. Quizás pensando en que, entre manjar y manjar, uno también necesita un buen sánguche de mortadela. Un juego que no te haga pensar, que sea vértigo por el vértigo mismo.
Pero bueno… hay límites. Bugs, repetición, conceptos que tienen moho, un humor que sólo podría funcionar con el universitario norteamericano promedio… todo mal. Un juego tonto y con cero inspiración. Así las cosas, el lugar para Saints Row en la industria actual es cada vez más acotado. Una especie en extinción por mérito propio.
Shinjikum
GOTY: Card Shark
Reconozco que este año no jugué muchas novedades, y de las pocas, las tres que más disfruté fueron el port de God of War a PC, As Dusk Falls y Card Shark.
Quizás se sorprendan entonces por mi elección final. Sin embargo, Card Shark es la apuesta más original. No tendrá el nivel de producción AAA de As Dusk Falls ni de God of War, pero el amor que pusieron Nicolaï Troshinsky y el equipo de Nerial en los pequeños detalles, y el riesgo asumido al crear mecánicas novedosas para hacer trampa jugando a las cartas, es para destacar.
Sin olvidar el arte gráfico realizado a mano, la música con orquestación en vivo con temas de Mozart, entre otros, y una historia ambientada en la Francia del Siglo XVIII que incluye personajes reales como Luis XV, Voltaire y Casanova.
En resumen, Card Shark conforma un paquete bien armado y prolijo, ideal para dejar debajo del arbolito digital en estas navidades.
CHOTY: Gungrave G.O.R.E
¡Cómo me ensarté con Gungrave G.O.R.E! Y eso que hice fuerza para que me gustara, pero no. Lo que podría haber sido una entrada triunfal de Brandon Heat por la puerta grande de San Pedro, terminó siendo apenas una aparición deslucida de un tipo que ni siquiera abre la boca para bostezar.
Y ojo, que gráficamente está bastante bien para los estándares actuales. Tanto las animaciones de los cutscenes como toda la ambientación general lucen agraciadas. Incluso las mecánicas de disparo y movimiento de cámaras son puntos a favor.
Sin embargo, el diseño de los 34 niveles merece un fuerte chas chas en la cola. Totalmente lineales en su gran mayoría, sin espacio para la exploración. Y cuando quisieron hacer algo diferente, terminaron arruinando la experiencia, provocando más frustración que placer.
Algo similar sucede con los enemigos, a la poca variedad que encontramos en las hordas aparecidas de la nada, se suman bosses mal nivelados. Una oportunidad desaprovechada, por donde lo quieran ver.
Morton
GOTY: Marvel SNAP
Jugué grandes fichines este año: Immortality, Cult of the Lamb… pero no puedo permitir que Marvel SNAP no esté en esta lista. Creado por ex diseñadores de Hearthstone, se nutre de algunos de sus conceptos y los simplifica a la mínima expresión, incorporando control zonal en la fórmula.
Se juega 1 vs. 1 colocando cartas con distintos costos, habilidades y niveles de poder en tres posibles locaciones. Son seis turnos en los que acumulamos energía, pudiendo jugar cartas más poderosas cada vez. Quien controle más locaciones al final de la partida es el ganador. Se compite por un cubo, pero podemos “chasquear los dedos” para aumentar la apuesta. Con los cubos desbloqueamos nuevas cartas, o mejoramos visualmente las que ya tenemos. Los mazos son de doce cartas y el juego nos invita a probar infinitas combinaciones.
El vasto universo de Marvel viste la experiencia de espectáculo y familiaridad, mientras que la velocidad de su interfaz y las partidas breves lo hacen imposible de soltar.
CHOTY: Shadow Warrior 3
Me encontré disfrutando mucho mi experiencia con la acción desenfrenada y el tono irreverente de Shadow Warrior 2, por lo que en su tercera entrega esperaba al menos más de lo mismo, refinando un poquito el humor y mejorando el aspecto visual ¿un poquito? No pedía mucho la verdad.
En su lugar nos dieron una secuela que toma el camino fácil más difícil posible, simplificando la experiencia pero no en un buen sentido. Queriendo ir detrás de los pasos de Doom (2016), se despojó de varios elementos que le daban personalidad, perdiendo su propio estilo y convirtiéndose en un clon sin alma. Todo el potencial de su entrega anterior quedó desaprovechado. Por el lado técnico, tampoco hizo la tarea, ya que está plagado de bugs. Lo que se dice una decepción.
¿Y ustedes? ¿Cuáles fueron sus GOTY & CHOTY 2022? No dejen de contarnos en los comentarios. [i]
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