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Remnant II [REVIEW]

Los remanentes no siempre son sobras

Tres años atrás nos encontramos con un soulslike que nadie había pedido. ¿Una propuesta AA, con un enfoque en las armas de fuego? Muchos miramos Remnant: From the Ashes con desconfianza, pero terminó generando más fanáticos que alérgicos. Por esto, muchos esperábamos Remnant II con ansiedad y, por suerte, estamos ante un caso donde la expectativa fue superada. Es evidente que su desarrollador, Gunfire Games, puede hacer con remanentes mucho más que un revuelto gramajo.

Esta secuela sigue la trama del primer juego, en un multiverso asediado por “The Root”, una entidad que infecta y corrompe los ecosistemas y a las criaturas que los habitan. Como si fuera un político, pero con una dirección de arte mucho más espectacular y dejando de lado la farsa.

Por otro lado, el mundo inicial es el mismo que en “From The Ashes”. Nos damos cuenta de ello en los primeros minutos cuando somos rescatados por exploradores del refugio Ward 13. ¿Les suena familiar el nombre? ¡Claro que sí! Es la misma base y el mismo hub de la primera entrega, donde interactuamos con varios NPCs para comerciar y mejorar nuestro equipo.

Así, la historia se pone en marcha cuando el líder de los sobrevivientes vuelve a activar un fragmento de la Piedra del Mundo, una reliquia que permite el viaje por el multiverso. Las cosas se tuercen y, sin esperarlo, terminamos con una misión de rescate en nuestras manos.

Pero, una vez que nos adentramos en el corazón del laberinto que conecta todas las realidades, se nos revela un plan para acabar de una vez por todas con The Root. Y ya que nos vienen golpeando, disparando, mordiendo e infectando con porquerías ¿Qué nos cuesta seguir un poquito más y salvar miles de mundos?

En resumen, pese a que no tenía altas expectativas, sentí que el lore del juego no logra establecer buenos cimientos. En especial porque esta historia principal termina corriendo muy por detrás del resto, además de que podría haber estado mejor explicada y desarrollada.

Por fortuna, cada uno de los mundos que visitamos tiene su propia mitología, ya que en cada uno de ellos The Root actuó de manera diferente. Esas historias más pequeñas están mejor contadas y se disfrutan más. Así, la suma de todas ellas hace que el balance sea positivo y disimula que la trama principal está un poco floja de papeles.

Un rol para cada paladar

En cuanto a mecánicas, Remnant II retoma la idea de arquetipos, pero los pule de tal manera que muestran una versión mejorada. Y como se puede jugar en cooperativo, esta mejora afecta de forma muy positiva a esta modalidad.

Al principio, solo tenemos cuatro arquetipos habilitados, (cinco si hicimos la precompra). Estos cubren las clásicas facetas: tanque y cuerpo a cuerpo (Challenger), sanador (Medic), daño a distancia (Hunter) y soporte (Handler). La quinta es Gunslinger, una clase que se enfoca en el daño puro y tiene menos habilidades de soporte.

Pero aquí no terminan las buenas noticias, ¡las anteriores son solo las clases iniciales! En total, tenemos casi una decena que podemos desbloquear a medida que avanzamos en el juego. Y lo mejor es que no necesitamos volver a comenzar para probarlas, sino que nos permiten cambiar el arquetipo cuantas veces deseemos. ¿Quieren más? ¡Ningún problema, aquí viene el postre! Cuando nuestro personaje llega a nivel 10, podemos hacerlo multiclase. En otras palabras, podemos seleccionar una segunda clase, de la cual hereda la habilidad principal, ventajas y podemos nivelarla en paralelo.

Soulslike en el multiverso de la locura

En Remnant II cada mundo tiene una serie de jefes, entre menores y principales. Y aquí nos encontramos con otra alegría, ¡los combates tienen un mejor diseño! Estos enemigos no son simplemente esponjas de balas, sino que cada uno tiene una estrategia diferente. De hecho, es tan así que algunos combates parecen mal diseñados, hasta que encontramos la solución perfecta y nos invade una hermosa sensación de satisfacción.

Aun así, la aventura en cada uno de los mundos no termina una vez que llenamos de plomo a estas entidades. ¡Al contrario, vamos a revisitar estos mundos mucho más de una vez! Por un lado, el gunplay es tan satisfactorio que no necesitamos grandes excusas para rejugar un nivel. Además, su componente de looter shooter nos empuja al grindeo y, si lo jugamos con amigos, vamos a encontrarnos con una experiencia muy disfrutable en cooperativo. A todo lo anterior, se suman buenos puzzles que solo pueden resolverse con elementos de otros mundos.

Pese a todo lo anterior, entiendo que muchos de ustedes no comulguen con la idea de jugar lo mismo infinitas veces. Pero Remnant II tiene una característica muy importante que aún no mencioné: ¡generación procedural! Soy consciente que con esta mera mención, más de uno revoleará los ojos y bufará con fastidio. Pero déjenme asegurar que no es común ser testigo de una tan excelente y profunda implementación de esta técnica. Ocurre que, en mis repeticiones de “grindeo asqueroso”, me encontré con cambios drásticos de diseño del mapa, pero manteniendo un equilibro que parecían hechos a mano. Aún más relevante, me topé con misiones secundarias y hasta líneas argumentales diferentes. Incluso pude tomar decisiones distintas y ver como otro resultado impactaba en la realidad. ¿Estamos ante el sueño húmedo del Doctor Extraño?

¿Quedan remanentes para un tercero?

Casi todos los apartados de Remnant II fueron enriquecidos, entre los cuales resalta la construcción del personaje. Anillos, pendientes y excelentes modificadores de armas aportan ventajas y bonificaciones, que danzan entre sí con exquisita gracia a la hora de construir el estilo que más nos guste. En contraste, me llamó mucho la atención que recortaran la mejora y personalización de armaduras. Al punto que —sin salir de mi asombro e incluso culpándome por no prestar la atención debida— perdí más de media hora buscando un NPC para tal fin. Sigo sin poder creer que volaron el sistema de un plumazo, realmente se siente como la falta de algo importante.

Aun así, Remnant II supera por mucho a la primera entrega, tanto que no puedo evitar emocionarme ante la idea de una trilogía. Incluso su dirección de arte es superior, con más variedad en la paleta de colores y diseño de mundos. En lo técnico, la mejora es indiscutible, tanto gráficamente como en sus animaciones, que se sienten mucho menos toscas.

En conclusión, el juego no se “casa” con el soulslike, ni con el looter shooter, simplemente toma los elementos que le sirven y los explota muy bien. Una relación abierta, sin compromisos ni ataduras, donde nosotros somos los beneficiados ¿Nos acercamos a un punto donde existirá un subgénero llamado “remnantlike”? Si esta tendencia se mantiene y su desarrollador sigue haciendo tan buen trabajo, es muy probable. Está claro que, con los remanentes, pueden hacer cosas increíbles. [i]


DESARROLLADO POR: Gunfire Games
DISTRIBUIDO POR: Gearbox
GÉNERO: Soulslike, Looter Shooter
DISPONIBLE EN: PC, PS5, Xbox Series

QUÉ ONDA: Una mezcla rara que sale cada vez mejor.
LO BUENO: Sistema de clases y multiclase. El gunplay. La utilización de la generación procedural. El buildeo de personajes. El diseño de los diferentes mundos. La altísima rejugabilidad.
LO MALO: La historia principal es floja. Extraña decisión de quitar la mejora y personalización de las armaduras. Se queda corto en explicar el funcionamiento de mecánicas o conceptos clave.

Este análisis de Remnant II fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

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