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Baldur’s Gate 3 [REVIEW EN PROGRESO]

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El retorno del rey

Algunos de ustedes esperaron casi tres años en early access. Otros se enteraron hace poco y se subieron al tren en marcha de Baldur’s Gate 3. Y está perfecto, porque nunca es tarde cuando la dicha es buena. No obstante, quiero dedicar esta introducción a ese grupo que permaneció acampando, bajo la sombra de la Puerta de Baldur, durante 23 largos años. Aquellos que se aferraron a la esperanza de que, algún día, volviera a abrirse. Aun cuando sus armaduras adquirían pátina de óxido, los pergaminos se arrugaban, las armas perdían su filo y las expectativas disminuían.

Cuando la desesperanza estaba por ganar la batalla, de pronto un loco sueño comenzó a germinar en los corazones de estos fieles. Sin importar su afiliación religiosa, estos aventureros pasaban sus días en oración a Larian. Imploraban con devoción por un Baldur’s Gate 3, aferrando el d20 cual símbolo religioso, tan fuerte que sus manos llegaban a sangrar. Que los desarrolladores de la saga Divinity tomaran este proyecto era demasiado perfecto para volverse real. Pero, como bien saben los Masters, no importa la dificultad a rolear, siempre es posible que el dado nos regale su mejor faceta y meta un éxito crítico en el momento más inesperado.

Secuestros, desapariciones y renacuajos vudú

Primero que nada, vamos a ubicar la historia en la línea de tiempo. Transcurrieron alrededor de 120 años desde nuestra última aventura, lo que deja claro que no veremos a muchos de los héroes que participaron en ellas. Y, aunque los Reinos Olvidados están en crisis, parece que nada tiene que ver con los revoltosos hijos de Bhaal. Entonces, aquí podemos responder la pregunta “¿necesito jugar los juegos anteriores o ponerme al tanto de su trama?”. La respuesta es negativa, no es necesario.

Resuelto lo anterior, ahora pasemos a la situación actual en la región, que está afectada por una serie de eventos extraños. Por un lado, la ciudad de Elturel, cercana a Puerta de Baldur, fue absorbida por Avernus, la primera capa de los Nueve Infiernos. Así como lo leen, de la noche a la mañana la ciudad desapareció enterita.

Además, secuestraron al Gran Duque de Baldur’s Gate, Ulder Ravengard. Nada se sabe de los responsables o del paradero de una de las figuras más importantes de la política regional, jefe de seguridad y miembro del Alto Consejo de Baldur’s Gate. En otras palabras, se espera que su desaparición, sumado a las amenazas que se ciernen, cause caos y pánico en la ciudad.

Abro un pequeño paréntesis para aquellos héroes que siguen jugando rol de papel y lápiz. Si estuvieron jugando o leyendo información sobre el módulo “Descent into Avernus”, reconocerán algunos de los sucesos que mencioné. Esto es porque Baldur’s Gate 3 se sitúa apenas meses después de dicha expansión.

Para rematarla, nos enfrentamos a los Azotamentes (Mind flayers), criaturas que viajan entre dimensiones y que, al parecer, ahora tienen la intención de invadir el reino de Faerûn. Estos seres horripilantes se desplazan en sus naves tenebrosas, surcando los cielos de las ciudades y raptando a sus indefensos habitantes. Quienes son secuestrados, son expuestos a un renacuajo que entra a su cuerpo por ojos u oreja, se aloja en el cerebro y, en un par de días, transforma al huésped en un nuevo Azotamentes.

Nada que ver con Stranger Things

De esta manera comienza nuestra aventura, siendo prisioneros en una nave de los siniestros tentaculados. Un Azotamentes nos infecta con un renacuajo, que entra lo más campante por la cuenca de nuestro ojo. El proceso es tan doloroso (y asqueroso) que no tardamos en perder el conocimiento. Cuando finalmente recobramos el sentido, nos damos cuenta de que la nave está bajo un ataque intenso, situación que aprovechamos para orquestar nuestra huida. 

Sin embargo, a raíz de una serie de sucesos poco afortunados, terminamos fuera de la nave, pero no como pretendíamos. Es decir, el escape termina con nuestro cuerpo inconsciente, cayendo al vacío desde una altura descomunal. Pese a esto, zafamos de una muerte segura por una misteriosa intervención, una fuerza paranormal que detiene nuestra caída. ¿Un mago? ¿Un Dios? ¿Un guionista con flojera? Este es el primero de muchos episodios que nos hacen entender que algo (o alguien) desea que sigamos con vida, para desempeñar un papel importante que aún desconocemos.

De cualquier forma, dejamos este misterio para más tarde, porque tenemos una preocupación más urgente: evitar transformarnos en monstruos. En nuestros primeros pasos, descubrimos que nuestra desgracia no se debe a que es temporada de celo de los Azotamentes. Por el contrario, alguien está aprovechando las propiedades de control mental de los gusanos para formar… ¿un ejército? ¿Una nueva religión? Lo que sea, queda claro que nuestro infortunio forma parte de un complot más intrincado de lo que podemos imaginar.

Éxito crítico, uno tras otro

En cuanto a la jugabilidad, pocas cosas están tan probadas como el sistema de Dungeon & Dragons. En este caso, nos encontramos frente a una traducción excepcional de las mecánicas, brillando no solo en los combates, sino también en innumerables acciones, entre las cuales destacan los diálogos.

Por esta razón y por el esmero que puso Larian Studios en este apartado, es imprescindible contar con al menos un personaje que pueda tomar el rol de interlocutor con los NPC. No solo porque casi todas las situaciones tienen una manera de salvarlas hablando y sin recurrir a los cachetazos, sino por su enorme riqueza.

Es decir, no se limitan a dos o tres opciones, con marcadas líneas de alineación moral. Aquí solemos tener cinco o seis alternativas, que varían de acuerdo a nuestra raza, clase, atributos, trasfondo, origen y competencias. Por poner un ejemplo, un ladrón que se crio en las calles de la ciudad puede tener la picardía necesaria para detectar una estafa, algo que —por más inteligente que sea— puede pasar desapercibido a un mago elfo de alta cuna. El abanico es increíble, como también la naturalidad con la que nos metemos en la piel del personaje.

Y, lo que es aún mejor, cada elección que hacemos tiene impacto en el corto, mediano y largo plazo. Si bien es imposible que un juego reemplace a un “Master” de carne y hueso, con cada nuevo videojuego Larian Studios parece estar un poco más cerca. Con sus obvias limitaciones, Baldur’s Gate 3 reacciona bien a casi todas nuestras locuras “fuera de la caja”, como si el desarrollador ya hubiera anticipado mil escenarios posibles, no importa que tan estúpidos sean.

Por otra parte, es uno de los videojuegos mejor escritos que tuve el placer de jugar. Para comenzar, las misiones secundarias son un lujo, con múltiples secciones que se entrelazan en la trama principal (volvé avergonzado en marzo, Final Fantasy XVI). Pero lo que me volvió loco es lo interesante que resultan nuestros acompañantes. Poseen un desarrollo y profundidad increíble, con una serie de misiones asociadas tan excelentes que son imposibles de esquivar. En definitiva, todo parece indicar que Baldur’s Gate 3 es un juego que supera las 100 horas sin distraerse mucho y, pese a esto, hasta el momento nada se siente como relleno soso.

Un bardo al que le gusta el bardo

Las opciones a la hora de desarrollar nuestro personaje son enormes. Once razas, doce clases y, a partir del tercer nivel, cada una de estas últimas se divide en al menos dos nuevas subclases. Sin contar con que, además, podemos hacer que nuestro personaje sea dual (es decir, subir de nivel una clase para luego asignarle una nueva, sin perder las habilidades ya conseguidas).

Baldur's gate 3

Por consiguiente, cualquier variación en la creación del personaje impacta en nuevas situaciones y opciones de diálogo. De esta manera, es imposible calcular lo mucho que se dispara la rejugabilidad, pero seguro atraviesa las nubes. ¡Con decirles que aún no terminé mi primer run y ya estoy pensando en cuál será mi siguiente clase, para enfrentar de manera diferente la aventura! Créanme cuando les digo que, en este sentido, no han jugado a nada como Baldur’s Gate 3. Es sin duda una revolución para los juegos de rol, un nuevo referente de calidad y ambición.

En cuanto a los aspectos técnicos, el juego supera con creces nuestras expectativas para un cRPG. Las animaciones, las texturas y los efectos son de una calidad excepcional, y no noté ningún problema de rendimiento durante mi experiencia (lo probé en PC con RTX 3080 y en Steam Deck). Quiero destacar especialmente las animaciones faciales y el nivel asombroso de voice acting que cada uno de los personajes presenta.

Baldur's gate 3

En la mesa de los grandes

Así, con casi 60 horas en mi haber, no puedo más que recomendarles este juego, a los gritos y con lágrimas de felicidad.  Sin embargo, al mismo tiempo, debo advertirles: tengan en cuenta que es un cRPG puro y duro. Si bien tiene un nivel de dificultad “zonzo” para que no presente grandes desafíos, el combate sigue siendo por turnos, hay muchísimas líneas de diálogos, la trama es intrincada y tiene innumerables conceptos roleros para asimilar. Con esto quiero decir que, si no les gusta el género, tranquilamente puede que no les guste Baldur’s Gate 3, aun cuando sea el “juego del año”. Aun con esta advertencia, espero que le den una oportunidad y puedan disfrutar de esta maravilla absoluta. Larian Studios no sólo merece sentarse en la misma mesa de Bethesda y Obsidian, sino que además le tienen que dejar la cabecera. [i]


DESARROLLADO Y DISTRIBUIDO POR: Larian Studios
GÉNERO: Rpg clásico y del bueno
DISPONIBLE EN: PC, próximamente en PS5 y eventualmente en Xbox Series X|S.

Nuestra política de reviews en [i] es no poner puntaje hasta terminar el juego, cosa que puede llevarme un mes o más. Si están muy ansiosos y quieren algo preliminar, pueden tener este valor de referencia: 1d3+95

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