Pecar es divertido, blasfemar es divino
Corría el año 2017 cuando el pequeño estudio sevillano The Game Kitchen se lanzó a la aventura. A través de una campaña de Kickstarter, logró financiar un proyecto con una propuesta y ambientación cautivadora. La excelente recepción de este título nos lleva hasta el presente, seis años después, con el análisis de su segunda parte: Blasphemous 2. El que esté libre de pecado que tire la primera crítica.
Volvemos a encarnar al Penitente, protagonista de la primera entrega, que había entrado en letargo después de cargarse a todos sus enemigos, a los enemigos de sus enemigos y a todo Dios (literal) que se cruzara en su camino en la primera parte. El principal antagonista, El Milagro, hace su regreso de una manera un tanto peculiar: ¿un corazón sangrante flotando en el cielo? (es increíble cómo The Game Kitchen logra darle un toque tétrico y surrealista a todo). En fin, dejando eso de lado, la reaparición de El Milagro nos devuelve la vida y nos lanzamos de cabeza a repartir tortazos, una vez más.
Claro, antes de embarcarnos en una secuela, la pregunta que todos nos hacemos es: “¿Necesito jugar el juego anterior?”. La verdad es que no es necesario, ya que la narrativa es tan enigmática que la mayoría de la gente podría quedar perpleja de todos modos. ¿Para qué fingir lo contrario? Tengo que admitir que me vi obligado a realizar un esfuerzo considerable para seguir una trama tan mística, onírica y repleta de simbolismos. Llegó un momento en el que decidí sumergirme por completo en la experiencia, dejando de lado cualquier intento de sobre analizar y simplemente dejando que mis sentidos guiaran el camino.
En mi opinión, esta es la manera ideal de abordar la historia en Blasphemous 2. Esto no reduce su disfrute, sino que, por el contrario, nos sumerge y atrapa aún más, donde cada cual tendrá su interpretación. Es un videojuego con una construcción del mundo que es mejor “sentir” en lugar de entender de manera explícita.
Experiencia religiosa
Sin lugar a dudas, esto está ligado a su cautivadora ambientación y a la habilidad de los desarrolladores para construir un ambiente único. Un universo fantástico, sombrío y monstruoso que rebosa referencias a la cultura del sur de España y cargado de iconografía religiosa. Una ambientación magistral que se nutre del folclore español para dar vida a un mundo medieval de fantasía lleno de personalidad, igual de atractivo que aterrador en partes iguales.
Por otra parte, el apartado sonoro está a la altura del excelente diseño y el pixel art. Para empezar, los efectos de sonido son espléndidos, con una sorprendente variedad y calidad. Luego, tenemos las actuaciones de voz que ¡madre mía! ¡Resulta difícil no terminar hablando con acento o modismos españoles después de jugar! Las interpretaciones son increíbles, perfectas, con una dedicación en cada línea que demuestra que cada profesional puso todo su corazón en el trabajo.
Finalmente, lo que brilla por sobre todas las cosas en el aspecto sonoro del juego: la música. Carlos Viola vuelve a encargarse y es un prodigio, un genio que combina el ambiente clásico del género con sonidos y melodías del folclore español. Una banda sonora magnífica, que seguirá resonando en mi mente, tal como ocurrió con la primera parte. Necesito urgente que esté disponible en alguna plataforma de streaming o voy a enloquecer de tristeza. ¡Ole tú, Carlos!
Repartiendo mamporros como penitencia
En esta ocasión, The Game Kitchen se aleja un poco de la “biblia soulera”, conservando solo algunos elementos, como la curación mediante viales o una leve penalización al morir. En Blasphemous 2, la jugabilidad adopta una influencia metroidvania más profunda. Esto se evidencia con el enfoque más pronunciado en el combate ágil y veloz, además de un diseño del mapeado menos “pasillero” y más orientado al “laberinto plataformero”.
En este aspecto, encontramos una propuesta que me pareció sumamente original: la exploración está intrínsecamente vinculada a nuestras armas. Al comienzo del juego, podemos optar por tres armas, cada una con sus pros y contras. Más allá de sus atributos en el combate, también nos permiten activar artefactos que facilitan nuestro avance por segmentos específicos del mapa. Aunque eventualmente desbloqueamos todas las armas, nuestra elección inicial influye en la ruta que tomaremos y en el orden en que enfrentaremos a los primeros jefes del juego.
Hablando de jefes, el diseño de cada uno de ellos es sobresaliente, no solo por su variabilidad estética. Cada uno de estos enfrentamientos propone una estrategia diferente, además de contar con distintas etapas en las que el jefe puede cambiar de forma o patrones de ataque. Además de estos enfrentamientos principales, Blasphemous 2 cuenta con una diversidad mucho mayor de enemigos menores en comparación con su primera entrega. Mención aparte merecen los NPC, auténticas obras de arte en pixel que podrían estar exhibidas en un museo sin que nadie se extrañara.
En cuanto a la progresión, tenemos un árbol de habilidades, un tanto limitado, pero bien estructurado. Pero a no temer, porque lo que podría parecer algo escaso se ve complementado por otros elementos, que enriquecen la experiencia de manera muy efectiva. Para empezar, podemos añadir mejoras, en forma de “cuentas” a una especie de rosario, donde cada una nos brinda nuevas habilidades y efectos. Además de esto, contamos con la opción de recolectar materiales para fabricar unas estatuillas religiosas, donde cada una otorga diferentes bonificaciones pasivas.
El pecado es dejarlo pasar
Completar esta maravilla de juego me tomó poco más de diez horas, aunque dejé varios secretos por descubrir en el camino. ¿Tengo ganas de regresar y encontrar todos esos secretos? Sin duda, en cuanto tenga la oportunidad. Blasphemous 2 es un metroidvania excepcional, con una identidad única y hermosa, impregnada de un arte que nos cautiva por completo. El cambio de enfoque fue una decisión brillante por parte de los desarrolladores, potenciando todas las virtudes del primer juego y logrando una secuela que supera en todos los aspectos.
¿Aspectos negativos? Algunos bugs molestos que seguramente se solucionarán en próximos parches. Algunos momentos de backtraking pueden resultar un tanto tediosos y carecen de atajos que podrían mejorar la experiencia. Pero en general, no hay mucho más que decir; es un título imprescindible para quienes disfrutan del género.
Podéis iros a jugar en paz. Demos gracias a The Game Kitchen. Amén. [i]
DESARROLLADO Y DISTRIBUIDO POR: The Game Kitchen
GÉNERO: Metroidvania
DISPONIBLE EN: PC, PS5, Xbox Series X|S, Nintendo Switch, PS4, Xbox One.
QUÉ ONDA: Una segunda parte que toma todo lo bueno de la primera y lo potencia.
LO BUENO: El pixel art. La música. El excelente enfoque jugable en lo metroidvania, relegando los componentes souleros. La relación entre las armas y los caminos a seguir. El diseño de los jefes. La ambientación y el clima.
LO MALO: En ocaciones, el backtracking es un poco denso. Algunos bugs molestos.
Este análisis de Blasphemous 2 fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Fue criado por una comunidad de flamencos con aspiraciones teatrales, de quienes heredó el talento para posar dramáticamente en cualquier foto grupal. Pasó su juventud investigando si los peces tienen acento regional al hacer “blub”. Está absolutamente convencido de que nadie lee esta información en los perfiles (planea demostrarlo con este texto). Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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