Tiempo de bala
Es imposible que cualquiera que haya pasado un rato con la saga F.E.A.R. no sienta nostalgia. Buena inteligencia artificial, excelente gunplay y una cámara lenta que nos hacía sentir en una peli de acción. Así, para calmar ese “mono”, Trepang2 viene a reclamar el trono del bullet time. Escueto, con valores de producción modestos, pero apuntando a lo que queríamos: la acción desenfrenada.
Asumimos el control de “Subject 106”, una suerte de soldado amumentado, con capacidades sobrehumanas. Entre algunas de sus características, tiene una gran fuerza, se puede volver invisible y sus reflejos son tan afilados que el tiempo parecer ralentizarse a su alrededor. Eso que en el barrio los pibes le dicen “bullet time”, bah.
De movida, lo primero que tenemos que hacer es escapar de una prisión, un bunker en Alaska donde nos tienen prisioneros. A partir de ello, nos volvemos a reunir con nuestros aliados, una organización secreta que está en guerra con la corporación Horizon. ¿Cuáles son sus planes? No importa, la historia nunca se pone demasiado interesante. Lo importante acá es que se trata de una corporación, seguro es mala y no busca nada bueno. La cosa acá es que todo el plomo va dirigido a ellos.
Porque, como pueden sospechar, a Trepang2 le alcanza con la jugabilidad y en especial el gunplay. Es rápido, intenso y con una buena variedad de armas, las cuales se sienten bien diseñadas y diferentes entre sí. Sigilo, esquivar o deslizarse por el piso, todo es válido a la hora de reventar muñecos. Una suma de elementos que da un saldo más que positivo.
Tal como adelantamos, Subject 106 tiene capacidades sobrehumanas. Las más importantes son dos, volverse invisible y ralentizar el tiempo. Eso sí, ambas tienen un uso limitado, con lo cual tenemos que ser cuidados y reservarlas para los momentos donde la cosa se pone complicada.
Por otra parte, cabe aclarar que la comparación con F.E.A.R. no es “uno a uno”. En Trepang2 no llega —o directamente no busca— cargar con terror su atmósfera a los niveles de su papi espiritual. El homenaje está, pero no vayan esperando exactamente el mismo juego. Tengamos en cuenta que se desarrolló por un equipo de cuatro personas. Realmente obraron algo que casi llega al nivel de “bello milagro”. [i]