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Super Mario Bros. Wonder [REVIEW]

¡Quedate ahí, maravilla!

Es posible que, uno de los grandes misterios del universo, pase por conocer cuándo Nintendo terminará por agotar y desgastar a su personaje insignia. O si esto ocurrirá alguna vez, claro. Porque, de una forma u otra, siempre se las ingenian para volver con algo lo suficientemente nuevo, fresco o divertido para dar una vuelta más. En Super Mario Bros. Wonder, “el tanito bigotón” viaja al Reino de las Flores, en una aventura tan deliciosamente disparatada que nos hace preguntar: ¿De qué tipo de flores estamos hablando?

“Lo importante, en este tipo de entregas de Mario es la profundidad de la historia y sus giros”, dijo nadie nunca. Es también el caso de Super Mario Bros. Wonder, donde quizá destaca el nivel de fumada que se pegaron esa vez. Porque todo el drama gira alrededor de Bowser, que se come una semilla loca y termina convertido en castillo flotante. Sí, yo sé que estoy exigiendo al máximo su imaginación, pero es lo que ocurre. Lo que me lleva a reflexionar lo fascista que es Mario, porque en lugar de dejarlo que revolotee por ahí, “autopercibiéndose castillo”, el tipo va a joderlo. Una conducta vergonzosa.

Aquí nos encontramos ante una apuesta clásica de Nintendo: un juego de plataformas en dos dimensiones. Contamos con un amplio repertorio de personajes para elegir controlar, entre los cuales se encuentran Mario, Luigi, Peach, Toad y muchos más.

Sobre esto, una particularidad interesante es la posibilidad de seleccionar a Nabbit o Yoshi, quienes funcionan como una suerte de “modo fácil“. Aunque estos dos personajes no pueden transformarse como el resto —algo que mencionaré más adelante—, tienen la ventaja de que no pierden vidas al ser cascoteados por los enemigos. Si además sumamos la posibilidad de jugar de manera cooperativa hasta cuatro en la misma pantalla, se convierte en una excelente propuesta para toda la familia. 

Uh, qué mal me pegó esa flor…

Era de esperar que Nintendo se luciera, para variar, con el diseño de cada uno de los niveles. Variados en cuanto a estética, temática y desafíos, sin descuidar nunca la calidad. Pero el verdadero salto, lo que no deja de sorprender nunca en todo el desarrollo del juego, es la inclusión de las “flores maravilla”.

Estas flores son elementos que están más o menos ocultos en los niveles. Cuando las tocamos, el nivel se transforma: puede cambiar el ritmo del juego, incluir eventos asombrosos como una estampida de búfalos, hacer que las tuberías cobren vida y mucho más. Prefiero no seguir enumerando ejemplos, porque aquí es donde realmente les estaría arruinando las maravillosas sorpresas que les esperan. Permítanme solo añadir que, esta mecánica, convierte a Super Mario Bros. Wonder en un juego impredecible y sorprendente en cada paso, a un nivel que no recuerdo haber visto antes.

Por otra parte, tenemos muchos niveles tradicionales (aun cuando este juego no conozca el significado de dicha palabra). Es decir, llegar al final y bajar el banderín. Pero si la variedad de formas, colores y transformaciones no fuera suficiente, a esta selección se le agrega desafíos en forma de arenas de combate, carreras o incluso sencillos puzzles. Excelente idea para amenizar y cortar, de tanto en tanto, los diferentes ritmos de juego.

Flasheé que era un elefante

Por si faltaba variedad, en un juego que parece que nunca agotará ideas, tenemos transformaciones. Las clásicas, como las flores de fuego, o nuevas, como las de taladro, burbuja y la ya famosa (y poderosa) forma de elefante. Cada una de ellas nos brinda una forma diferente de encarar el nivel, los enemigos e incluso acceder a estrellas y secciones ocultas. Porque, si hay algo que queda claro de entrada, es que cada nivel tiene que examinarse sin apuro, porque los secretos abundan. Por esto, la aventura puede completarse en poco más de 10 horas, pero luego podemos revisitar a fondo para exprimir al máximo y duplicar la duración. Y les aseguro que siempre quedará material para ello.

Luego tenemos, por si fuera poco, una nueva incorporación llamada “insignias” termina de elevar la originalidad. Son habilidades que vamos adquiriendo, ya sea comprándolas o ganándolas al completar un desafío. Estas pueden equiparse antes de iniciar cada nivel y nos brindan acciones especiales. Entre otras, tenemos una que nos permite planear, otra que nos permite escalar e incluso una que nos hace movernos más rápido cuando nadamos. Decidir que insignia vamos a utilizar en cada nivel puede hacernos más fácil la vida. O incluso explorar zonas antes inaccesibles.

¿Más fácil con amigos? No sé… más caótico, ¡seguro!

Super Mario Bros. Wonder también nos brinda la posibilidad de disfrutar de un modo cooperativo para hasta cuatro jugadores, ya sea en línea o local, compartiendo vidas. Esta opción resulta extremadamente divertida, ya que situaciones que suponen cooperación a menudo terminan en lo opuesto, generando pura comedia (y enojos, claro). Es decir, terminamos “quitándole pantalla” a los más rezagados, o pisamos un caparazón, que sale despedido y golpea a un amigo en la nuca, solo para citar alguna de las decenas de situaciones hilarantes que se generan. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el juego no cuenta con matchmaking. En otras palabras, si desean jugar en línea, deben invitar a sus conocidos o amigos.

Por otro lado, existe la opción de jugar en línea y en solitario, pero con la posibilidad de ver a los “fantasmas” de otras personas que están jugando en el mismo nivel en tiempo real. Aquí se incorpora una mecánica de “ayudar y ser ayudados”, siguiendo un estilo similar al de la serie Souls. Si somos buena gente, nos darán unos puntos de cooperación, que no sirve de mucho, salvo para mostrar a todo el mundo lo buen tipo que somos.

Volver a florecer

Lejos de agotarla, Super Mario Bros. Wonder deja la IP en un estado renovado y primaveral. El arte es una locura, con espectaculares diseños y animaciones detalladas. Destaco lo bien que está la cantidad y calidad de los gestos de los personajes. Además, cada escenario tiene una estética súper cuidada y prácticamente única.

Por otra parte, tiene un desempeño perfecto, sin bugs y con tasa de cuadros por segundo impecables, tanto en portátil como sobremesa. Para rematar tenemos un sonido estupendo, comenzando por la banda de sonido, que se destaca y brilla en algunos niveles musicales exquisitos. Al mismo tiempo, el nivel de calidad de efectos es altísimo, igual que los doblajes (en especial las flores vivientes repartidas por el escenario, que son un cago de risa).

Antes de terminar, hago mención especial para el reemplazo del querido Charles Martinet, voz histórica de Mario que anunció su retiro este año. Así, en Super Mario Bros. Wonder su rol es ocupado por Kevin Afghani, quien se desempeña muy bien haciendo las voces de Mario y Luigi. Los fans más fundamentalistas pueden respirar tranquilos.

En conclusión, es una entrega imposible de perderse si son fans de la saga. Y si no, es de las mejores opciones plataformera en 2D que existen, para pasar un buen rato tanto solo o con amigos. No lo duden, el “Wonder” del título está bien ganado, estamos ante una verdadera maravilla. [i]


DISTRIBUIDO Y DESARROLLADO POR: Nintendo
GÉNERO: Plataformas
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch.

QUÉ ONDA: Mario sigue sin ceder terreno al paso del tiempo.
LO BUENO: La mecánica de la “flor maravilla” es una locura estupenda. Gráficos, ambientación y animación. Alta rejugabilidad. Las nuevas insignias.
LO MALO: No tiene matchmaking. El juego cooperativo es básico, contrasta con la imaginación puesta en el resto del juego.

Este análisis de Super Mario Bros. Wonder fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.

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