El método de la princesa
En su primer protagónico en mucho tiempo, la princesa Peach regresa con una polifacética aventura teatral llena de acción, misterio y repostería ¿Logrará cautivar a su audiencia?
Han pasado casi 20 años desde el lanzamiento del primer videojuego protagonizado por la princesa Peach, llamado oportunamente Super Princess Peach. Fue un título exclusivo de Nintendo DS estrenado en 2005 (el mismo año en que Keira Knightley protagonizó “Orgullo y Prejuicio”, datazo que no surtió el efecto seductor que esperaba cuando se lo dije a mi marido).
En aquel juego, la trama giraba en torno a una inversión de roles, con los hermanos Mario siendo secuestrados y Peach yendo a rescatarlos. Ah, pero si tienen ganas de indignarse un poco, sepan que algunos poderes de Peach eran “llorar para generar una inundación que le permita nadar” o “enojarse para aumentar su velocidad y fuerza”. ¿Qué divertido, no?
Así, mientras Mario descubría mundos y Luigi se aterrorizaba en mansiones, Peach se sentía algo relegada a ser parte del elenco en otros juegos de Nintendo, como Mario Kart y Super Smash Bros. Necesitábamos verla desarrollar su identidad como líder de su propia aventura. Esta princesa merecía una segunda oportunidad, en la que pueda ser una heroína activa y propositiva. Y aquí tenemos el resultado.
Acto I: El Trasfondo Dramático
La historia comienza con Peach tratando de asistir a una obra del Teatro Esplendor con su séquito de Toads, pero su plan se ve frustrado —o tal vez enriquecido— por el enfrentamiento con la compañía de teatro Malaguria y su malvada líder Grape, quienes han tomado el control del teatro y han secuestrado a sus actores para convertir todas las obras en tragedias. Así, la princesa se embarca en una misión para rescatar a los actores estrella y restaurar el orden en el teatro.
Entre plataformas y acción, Peach toma el papel de actriz protagonista interina del teatro Esplendis. Para asistirle en su misión, la acompaña una estrellita brillante que la aconseja como Pepe Grillo, nos expone la trama con más insistencia que Nolan y se alimenta de Esplendoritas, un ítem potenciador del juego. Es gracias a ella y el uso del Esplendor que podemos accionar en las diversas obras que presenta el teatro, avanzando así en la trama.
Bajo las Luces: La Coreografía de Peach
La jugabilidad es extremadamente sencilla: direccional, un botón para saltar y otro para realizar la acción especial que Peach tenga en cada escenario. En algunas áreas, tenemos la posibilidad de accionar un tercer botón para hacer poses en zonas concretas. La duración de cada nivel no supera los 10 minutos.
Con versatilidad y simpleza, el botón de acción se adapta a la necesidad de la obra que estamos representando: puede soltar un brillo, decorar una torta, lanzar un lazo, dirigir la voz, etc.
Al ser tan simple, este juego resulta ser un excelente título de iniciación para infancias. Les doy un ejemplo: a mi hija, que tiene 16 meses (para quienes no son padres, es una edad donde puede hacer señas pero no hablar) le encanta ver el juego en la pantalla, ¡hasta me pidió que le pase el control para jugar ella misma! Llegó tan lejos como mover el personaje y un poco la espada mientras se reía del nuevo truco. Por supuesto, un bebé no podría jugarlo y entenderlo del todo, pero es una muestra de lo sencillo y llamativo que es. Un niño o niña más grande, que pueda entender los conceptos básicos de jugabilidad, tranquilamente podría disfrutarlo. Eso queda a criterio de los adultos a cargo.
Al igual que otros títulos nintenderos orientados al público infantil, Princess Peach: Showtime! tiene poca penalización al error. Peach puede recibir mucho daño antes de quedar fuera de juego, y no faltan oportunidades de seguir jugando aunque le pifiemos. Incluso en un momento quise pausarlo mientras estaba en medio de una pelea con un jefe, y sin querer le di a “terminar escena”. ¿Podría leer los carteles antes de apretar cualquier botón, en vez de quejarme de que no se entiende? Sí, pero ese no es el punto. La partida terminó inmediatamente a mi favor, y pude avanzar en el nivel sin más dificultad. Mala experiencia de usuario, bien para mí que pelear con un jefe muchas veces me resulta tedioso. Esto podría resolverse con tener que sostener un botón cierto tiempo para tomar una decisión tan grande. Sería una buena prevención de error para un título orientado a infancias y adultos negados a leer.
Con respecto a la dificultad, cualquier jugador mejor coordinado para el ritmo de plataformas probablemente pueda pasarlo todo de una sentada. El foco no está puesto en la dificultad (ni en adultos, ya que estamos), sino en experimentar distintos géneros.
Ensayos y Errores: La Improvisación de Peach
Cabe destacar que este título subraya los problemas de hardware que presenta la consola. Hay que aceptar que la querida, pero ya envejecida Switch tiene dificultades gráficas. Peach puede verse borrosa, y la velocidad de fotogramas cae estrepitosamente más de una vez. Las pantallas de carga entre escenarios y lobby se veían entrecortadas siempre.
Esto entra en el set de problemas que impacta negativamente en la rejugabilidad entre los cuales también podemos contar a la ausencia de cambio de dificultad, o selección de escenas. Para jugar algo específico, sí o sí debemos pasar por todo el nivel y ver nuevamente las insalteables cinemáticas. El “trucazo” de Nintendo de alargar las horas de juego con cinemáticas y niveles completos no estaría funcionando tan bien como ellos creen.
Lo que sí podemos hacer es tratar de completar las obras a 100%, buscando cada Esplendorita o ítem de personalización en el escenario. También hay una modalidad de “ensayo” en la que tenemos que derrotar enemigos en cierta cantidad o tiempo.
La Magia del Teatro: Transformaciones de Personajes
Cada nivel es una obra, y cada obra es una representación teatral distinta. Esto está muy bien logrado: se puede ver el escenario, las tablas, el telón y piezas de utilería. Hay reflectores que llevan nuestra atención a diferentes áreas del escenario, enemigos que en realidad son títeres de madera con sus hilos. Y, por supuesto, la luz principal siempre puesta sobre la estrella del show. Todo esto forma una estética de personajes y ambientes muy peculiar, y que en lo personal, me pareció encantadora. Un efecto muy interesante es que en ciertos momentos, en vez de haber un cambio de cámara, lo que gira es el escenario, dando mayor sensación de teatralidad.
A lo largo del videojuego se van desarrollando los elementos qué necesita Peach para poder sostener su papel de protagonista. Tenemos varias temáticas, que nos abren el telón a varios cambios de vestuario para nuestra princesa.
Estos cambios de vestuario son el mejor momento del acto, ya que la podemos ver hacer una transformación al estilo magical girl y revelar el nuevo disfraz. Al igual que en ese tipo de shows, la transformación no se vuelve cansina sino un paso teatral en sí mismo. Siempre queremos ver qué resultará al final. Tenemos una vaquera, una heroína intergaláctica, una detective y mucho más.
Además de oportunidades para merchandising (cof cof), esto supone diferentes mecánicas. Vamos a investigar e interrogar gente como detective, andar a caballo y probar nuestros reflejos como vaquera, combatir como maestra kung fu, decorar tortas como pastelera, y mucho más.
A veces, los escenarios pueden verse algo limitados y los secretos demasiado a la vista. Pero, nuevamente, puede ser un punto a favor pensando en el foco de audiencia. Se puede interactuar bastante con los otros “actores”, que si bien son genéricos, por lo menos dan la sensación de estar vivo.
Apoteosis: El Brillo Final de Peach
A lo largo del juego me empecé a preguntar, ¿por qué los malos son malos? ¿Es acaso el uso del color violeta un claro indicador de maldad? Bueno, ya al final del tercer acto cada pieza de la obra fue tomando forma. Peach y su estrellita ponen mucho esfuerzo en cada obra. Es desarrollando un abanico de habilidades teatrales que Peach logra avanzar, pero sin el poder de su estrella las puertas no se le abren. Y llegar al final no es tan sencillo como parece al principio.
En cambio los “malos” irrumpen en la obra teatral, buscando crear una tragedia y relegar a la verdadera estrella a un papel secundario. Es una lucha entre el verdadero talento y el acomodo, entre la perseverancia y el capricho. Peach busca rescatar a las estrellas principales, no reemplazarlas en la obra. Cada quién tiene su lugar en el escenario. Los “buenos” siempre buscan ayudarse y potenciarse más que acaparar reflectores.
De cara al público infantil, la invitación es clara hacia buscar el género y el papel que más les gusta. Explorar para encontrar su camino.
En resumen, Princess Peach: Showtime! le da una nueva oportunidad a la princesa de mostrarnos quién es y de qué es capaz, presentándose como una posible piedra fundacional para una serie dentro del universo de Mario. Como título iniciático, hace un excelente trabajo en explorar géneros y presentar un desafío sin frustrar a una audiencia joven. Ojalá veamos nuevamente a nuestra estrella en el centro del escenario. [i]
DESARROLLADO POR: Good-Feel
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: Plataformas, Acción, Aventura
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch
QUÉ ONDA: La princesa Peach recupera el protagónico en un plataformero simple y alegre con una variedad de estilos inspirado en el teatro.
LO BUENO: Los cambios de vestuario. La variedad. Excelente para público infantil.
LO MALO: Problemas de hardware. Poca rejugabilidad.
Este análisis de Princess Peach: Showtime! Fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.
Soledad Nevendorf, alias Pixsol, es diseñadora gráfica, mamá y experta en cosas. Con una confianza y autodeterminación superiores a las de Milazzo, si la mandamos, ella solita nos diseña un Assassin’s Guemes. Pueden ver sus creaciones en Instagram.
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