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Final Fantasy XVI: The Rising Tide [REVIEW]

No culpes a la playa

¡Preparen el mate que salimos temprano para la costa! Final Fantasy XVI: The Rising Tide es el segundo y último DLC prometido por Square Enix. Esta nueva aventura nos lleva hasta la ciudad de Mysidia, en busca de Leviathan, el eikon del agua perdido. Yo no sé como la gente puede perder bichos de cien metros de altura, la verdad…

Si bien en 2023 Final Fantasy XVI pasó bastante desapercibido en las entregas de premios, no así en los fans y en la crítica. Una apuesta que deja atrás un montón de elementos clásicos, para abrazar una propuesta que tenía que ver más con el Hack ‘n’ slash. Algunos lo amaron, otros se pusieron a llorar en posición fetal. Mientras que algunos hablaban de una “modernización” de la saga, muchos marcaban que en realidad se trata de una simplificación en mecánicas, desarrollo de personajes y diseño de misiones. Si bien el worldbuilding característico de la saga sigue siendo tan bueno como siempre, en lo personal me identifico con el segundo grupo. ¿Es un mal juego? Para nada, pero lejos está de un “juego del año”. Y, quizá lo que más duele, casi todo lo que dejó atrás es lo que identifica a la saga.

Luego de esta breve introducción, pasemos concretamente a lo que nos ocupa. De movida, lo que le puedo contar es que Final Fantasy XVI: The Rising Tide es mejor que Echoes of the Fallen. Y no solo en duración (casi el doble de horas), sino que además podemos encontrar una historia más elaborada e interesante. Para más, un puñado de misiones secundarias mejor estructuradas y más atractivas. Algo de lo que, sin duda, tanto el juego base como Echoes adolecen fuerte.

En cuanto a la ambientación, esta nueva locación me parece la más bonita de todas. Paisajes selváticos, boscosos y costeros son representados con un diseño y una paleta de colores en extremo agradable. Mismo la estructura del mapa, pese a que sigue sintiéndose más un “pasillo disimulado” que un mundo abierto, aquí se camufla mucho mejor. Da la sensación de una mayor libertad, aun cuando los límites siguen allí, como siempre.

En busca del eikon perdido

Antes de continuar, tengo que advertirles que, para acceder al nuevo contenido, su aventura tiene que estar bastante avanzada. No quiero spoilearles la secuencia de misiones, pero puedo adelantarles que son los mismos requisitos para acceder al DLC previo. Dicho de otra forma, tienen que encontrarse aproximadamente en el último tercio de juego. Así, en esta nueva área conocemos a una tribu que sobrevive casi en secreto, alejadas de todas las movidas políticas del resto de Valisthea. Un pueblo olvidado, con una historia repleta de tragedia, que encaja perfecto en el universo de Final Fantasy XVI.

De esta manera, se nos plantea el aspecto central del DLC, que no es otra cosa más que el rescate de Leviathan, el eikon que nos faltaba. Por supuesto, si están esperando nuevas peleas de monstruos gigantes, pueden ir celebrando: es una de las mejores en todo el juego. Al mismo tiempo, podemos absorber los poderes acuáticos de este eikon, los cuales brindan una gran opción para repeler enemigos numerosos y pequeños.

Además de esta muy buena ampliación de la historia, la entrega se actualiza con varias mejoras, incluyendo una interesante para la calidad de vida. Ahora, al completar una misión secundaria, nos da la opción de mantener apretado un botón para que nos transporte directo al NPC que nos dio el encargo. Cabe aclarar que este tipo de mejoras está disponible para todo el mundo, no es necesario comprar ningún DLC para disfrutarlas.

En resumen, si disfrutaron del contenido base, Final Fantasy XVI: The Rising Tide es una excelente adición. De hecho, si el presupuesto solo da para una expansión, recomiendo que vayan directo a esta. No hay continuidad en la historia de Echoes of the Fallen y, sinceramente, está mucho mejor. Preparen los tragos con sombrilla y lleven protector solar, que el pronóstico anuncia un DLC a todo solcito. [i]

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