El John Wick de las altas llantas
Hay gente que colecciona estampillas, billetes, monedas o latitas. Yo colecciono zapatillas. Me gustan blancas, negras, verdes con estampado y hasta me animo a las sandalias, los tacos y los zapatos con suela de goma. Me gusta usarlas, pero adoro guardarlas en vitrinas o en sus cajas como hacen los que coleccionan muñecos. Pero hoy se me salió la cadena porque, algún amigo de lo ajeno, se llevó parte de mi colección. Soy el Keanu Reeves de las altas llantas y no voy a parar hasta que me las devuelvan todas. Voy a reventar a patadas a todos, hasta recuperar lo que se llevaron. La única forma de sacarme de Anger Foot es con los pies para adelante y preferentemente con las zapatillas puestas.
¿Qué cornos es Anger Foot?
Anger Foot nos pone en los pies descalzos de un justiciero al que le roban su bien más preciado, las zapatillas. Para cualquiera de nosotros esto representa sentarse en posición fetal a llorar la pérdida durante 24 horas, pero para nuestro amigo de piel verdosa, esto es la muerte jabonosa (si no saben qué es esto, solo piensen en una muerte horrible que implique la participación del jabón).
Nuestro héroe está decidido a averiguar quién se llevó sus zapatillas favoritas y no va a parar hasta recuperarlas, caiga quien caiga. Pateando un par de traseros en las calles de Shit City, averigua que los principales responsables son las 4 bandas que dominan la ciudad y detrás de ellos una mente criminal que los controla. Esta es la excusa perfecta para salir, literalmente, a patear el culo de cada uno de los responsables.
Al principio de esta epopeya la única arma es nuestro espantoso pie descalzo, pero pronto vamos a tener la ayuda de distintas zapatillas y del poderoso arsenal que van soltando nuestros enemigos. John Wick, no existís.
No importa el tamaño, pero sí el modelo
Anger Foot tiene una propuesta muy sencilla sobre la que se apoya lo más básico y gratificante que puede tener un juego de acción, romper todo. Al compás de una música histérica y repetitiva, nuestro héroe sale a recorrer las calles del barrio enfrentándose a las patadas con sus enemigos. El juego no da respiro y parte de la esencia es no detenerse ni por un segundo, porque una de las recompensas es completar los niveles en el menor tiempo posible.
A medida que avanzamos aparecen enemigos armados que sueltan chucherías al caer. Muy pronto vamos a combinar patadas con pistolas, escopetas o ametralladoras con las vamos a hacer una verdadera carnicería. Y una vez que se terminan las balas, podemos revolear el arma directo a la cabeza de algún desprevenido, para atontarlo con el golpe y rematarlo de un patadón. En Anger Foot no se abren puertas ni se saltan obstáculos, se patean. Tampoco se agarran power ups ni medicina, se toma una birra o una latita de energizante, pero como en la vida real, hay que lidiar con los efectos secundarios.
En Anger Foot todo se trata de zapatillas
Anger Foot tiene una propuesta muy sencilla que sirve como la excusa perfecta para derribar puertas y patear absolutamente todo lo que se cruce en nuestro camino. Si bien el arma principal es nuestro propio pie, el objetivo final no es tener mejores armas sino mejores zapatillas. Para conseguirlas es necesario ganar estrellas que sirven para desbloquear nuevos pares. Cada vez que completamos un nivel podemos ganar una, pero si cumplimos con otros objetivos podemos sumar alguna más.
Completar el mapa en un tiempo determinado, liquidar una cantidad puntual de enemigos o llegar al final sin matar a nadie, son algunas de las descabelladas consignas que pueden darnos una estrella adicional. Pero con frecuencia alguna de estas tareas se contradice con la otra, lo que nos obliga rehacer niveles si queremos ganar las tres estrellas. Cada vez que conseguimos cinco, desbloqueamos un nuevo par, todos son únicos en apariencia y atributos.
Algunos pares nos permiten resucitar una vez, otros dan municiones cada vez que pateamos a un enemigo, o nos protegen del daño a cambio de drenar energía. Antes de arrancar cada nivel es necesario elegir el calzado adecuado y en ocasiones elegir correctamente puede reportar mayores beneficios al terminar. En Anger foot todo se trata de zapatillas.
Anger Foot corto y al pie
Anger Foot es simple en cuanto a historia y propuesta estética. Su estilo comiquero con olorcito a Borderlands, no representa un obstáculo para el hardware y lo convierte en una gran opción para gamers que no pueden acceder a equipos de última generación. El ritmo frenético de cada partida está acompañado por una banda sonora con muchos graves y empuja a los jugadores a no detenerse ni por un segundo. Si se marean con facilidad o buscan juegos tranquilos, Anger Foot no es para ustedes. Pero si son amantes de la acción desenfrenada y sin respiro, definitivamente no pueden dejar pasar este título.
Free Lives se despacha con esta maravilla bajo la atenta mirada de Devolver Digital, que una vez más ha sabido elegir como entretenernos. Anger Foot es ese bocadito gamer que necesitamos cuando tenemos un rato libre y no hay tiempo para historias largas. Un juego simple que apuesta a la rejugabilidad, envuelto en un manto de violencia y escatología exquisita. Con una modalidad multiplayer sería perfecto, pero con lo que trae es suficiente para darnos unas horas de alegría y si queremos completar todo este tiempo se duplica. Ahora, si nos disculpan, tenemos que seguir pateando traseros para completar nuestra colección de zapatillas. [i]
DESARROLLADO POR: Free Lives
DISTRIBUIDO POR: Devolver Digital
GÉNERO: Acción en primera persona
DISPONIBLE EN: Mac OS, Microsoft Windows
QUÉ ONDA: Un refrescante indie de acción en primera persona
LO BUENO: Un estilo gráfico sencillo, una historia simple y un gameplay que no da respiro. Balas, explosiones, patadas y un ritmo musical lisérgico, en un combo ideal para pasar un buen rato.
LO MALO: Pide a gritos un modo multiplayer.
Este análisis de Anger Foot fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

Sebastián Di Nardo, alias Moki, es el CEO y fundador de [IRROMPIBLES], y conductor de Unitec. Fue columnista en CN23 y TNT Sports y condujo radio en la Rock & Pop junto a Guille Leoz. Entre sus muchos alter-egos, se encuentran Abraham Osló, el loco del unboxing, y el mítico Dr. Picor. Pueden perseguirlo en el Twitter @Mokirrompibles e Instagram @Mokirrompibles.
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