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The Crush House [REVIEW]

Gran Mengano 2024

No me fumo el “reality show”.  Los viejos, los nuevos, los clásicos, con famosos, sin ellos, con elaboradas mecánicas o los que se limitan a poner a diez nabos a hacer “nabongadas”. Con esto, se supone que debería detestar la propuesta de The Crush House. Nada más lejos de la realidad. Además, detrás de su tonta y colorida fachada, se esconden “cositas turbias”…

La premisa de The Crush House parece bastante sencilla: producir un reality show. Pero uno bien pedorro, no solo por el contenido, sino porque no hay más personal que nosotros: somos productores, camarógrafos, nos ocupamos de las audiencias, de la publicidad y hasta del casting. En otras palabras, la alta gerencia nos está RE cagando.

Llevado a la práctica, lo primero que debemos hacer es elegir cuatro participantes. Cada uno tiene una descripción general, donde resalta un detalle de las cosas que les gusta y las que odia. Aquí la estrategia es equilibrar lo mejor posible la ecuación “armonía y conflicto”. En resumen, lograr que algunas sinergias terminen en “el delicioso”, mientras que otras lleven a agarrarse a trompadas.

Más jodidos que Netflix

En principio, el objetivo es lograr que cada edición de The Crush House dure una semana. Día a día tendremos distintas audiencias objetivo (más de 30 variantes), que buscan ver diferente contenido. Por ejemplo, los “amantes de los culos” buscarán, sin vueltas, distintos planos de traseros. Los amantes del cine, tomas artísticas y elaboradas con la cámara. Los románticos, escenas amorosas. Y así sigue una suculenta lista que, gracias a los comentarios en vivo, nos dan una pauta de qué tenemos que enfocar (o cómo) con nuestra cámara. La única forma de sobrevivir al día es contentando una cantidad de audiencias mínima.

En medio de esto, también queda bajo nuestra responsabilidad los cortes comerciales. Cuando bajamos la cámara, automáticamente entra la tanda publicitaria, que nos genera platita. Al final del día, estos recursos los usamos para comprar utilería, algo valioso para enriquecer las interacciones de los participantes. Es decir, si tenemos un músico en la casa que quiere expresar su arte, es medio complicado que lo logre sin un instrumento musical. Fomentar estas aficiones particulares terminan generando más audiencia, siempre y cuando sea lo que la gente quiere ver.

Así, pasan los días y paulatinamente se agregan audiencias objetivo. Claro que, al mismo tiempo, nos exigen contentar más sectores día a día. Al principio, basta con dejar contentos a dos de tres. Cuando la exigencia es contentar a cuatro, cinco o seis grupos de personas distintos… bueno, ahí tenemos que planificar muy bien. No solo el casting, sino la utilería e incluso cuando enfocar y cuando bajar la cámara, para salir corriendo de un lado al otro de la casa.

No todo lo que reluce es MTV

La cadena tiene algunas reglas y sugerencias. Una de ellas es que, no importa que ocurra, NO hablemos con los participantes. La otra, que no vagabundeemos por la casa durante la noche. No voy a adelantar nada, pero sepan que, a medida que los días pasan, descubrimos que el show esconde situaciones turbias que buscan mantener en secreto.

Así, The Crush House logra mantener nuestro interés durante toda su duración, que puede extenderse poco más de diez horas. De hecho, es altamente probable que, una vez terminemos el juego, hagamos otro run. Esto tiene que ver con que la propuesta es simple de entender, pero desafiante y tremendamente adictiva. Al menos en el primer run, las reacciones entre personajes parecen ilimitadas, además de graciosas. Por otra parte, se las ingeniaron para que, pese a todas las partes móviles, entender lo que sucede en todo momento resulte simple. Claro, mantenerse a flote gestionando es otro tema.

En cuanto al desempeño, no encontré absolutamente ningún problema, tanto en PC de escritorio como en Steam Deck. Gráficamente modesto, tiene un estilo que acompaña perfecto la ambientación. Y, lo más destacable, en todo momento tenemos una retroalimentación visual sobre como marchan las relaciones, algo que colabora de manera directa con la jugabilidad.

En definitiva, en The Crush House encontré el primer reality show que me gustó. Su desarrollador, Nerial, pone en juego toda la experiencia de sus excelentes trabajos previos, tal como la serie Reigns o el increíble Card Shark. La propuesta es original, es un juego divertido y, quizá lo mejor de todo, esconde una capa de intriga que se va develando de a poco, enganchando aún más. Funciona tanto para amantes como para detractores de este “género” televisivo, pero creo que donde más pegará es en aquellos con graves trastornos maquiavélicos. Y sí, Devolver Digital lo hizo de nuevo. Qué olfato, por favor… [i]


DESARROLLADO POR: Nerial
DISTRIBUIDO POR: Devolver Digital
GÉNERO: Social Sim
DISPONIBLE EN: PC

QUÉ ONDA: El único reality para acabar con todos los realities
LO BUENO: El humor. La interfaz y jugabilidad. La retroalimentación visual. La segunda capa de historia, perfectamente administrada. Divertido y entretenido.
LO MALO: En ocasiones, la combinación al azar de audiencias resulta algo injusta.

Este análisis de The Crush House fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

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