Un viaje a las páginas de la niñez
The Plucky Squire es una obra maestra no solo por su jugabilidad, sino por cómo logra evocar esa sensación de nostalgia pura que nos remonta a los libros de cuentos de la infancia. Desde el momento en que arranca, nos sumerge en un mundo lleno de ternura y detalles que parecen salidos de las páginas de aquellos libros que nos leían cuando éramos chicos. Cada escena está diseñada con un cariño y delicadeza que es imposible no admirar, y es justamente esto lo que nos llena de recuerdos y ternura.
El arte del juego es hermoso, con personajes y escenarios dibujados a mano, que parecen haber sido arrancados de un cuento clásico. Las transiciones entre el mundo 2D del libro y el 3D de la habitación infantil están tan bien logradas que nos sentimos parte de un relato interactivo. Los colores vibrantes y las animaciones suaves refuerzan esta sensación, dándonos la impresión de estar hojeando un libro mágico que cobra vida.
El juego no se queda solo en lo visual. También apela a la nostalgia de manera emocional, recordándonos esas aventuras simples, pero significativas, que nos inspiraban cuando éramos pequeños. Los personajes, especialmente Jota, tienen esa mezcla de valentía y ternura que encontramos en los héroes de las historias infantiles. Gruñonzón, el villano, está lejos de ser aterrador; más bien, es un villano simpático, con un toque cómico que nos hace preocupar más por cómo resolver el siguiente puzzle que por derrotarlo.
Había una vez…
La historia de The Plucky Squire sigue a Jota, un pequeño héroe que vive en las páginas de un libro de cuentos, donde su misión es siempre la misma: derrotar al malvado hechicero Gruñonzón. Jota es el escudero valiente y decidido que salva el día, una y otra vez en cada libro, con la confianza de que el bien siempre triunfa. Sin embargo, Gruñonzón, cansado de perder, decide romper las reglas. En un giro inesperado, descubre que puede alterar la historia si logra expulsar a Jota del libro. Así, en un acto desesperado por ganar, Gruñonzón patea a nuestro protagonista fuera de las páginas, arrojándolo al mundo real.
Una vez fuera del libro, Jota se da cuenta de que su mundo no es más que una historia atrapada en papel. Ahora debe encontrar la manera de regresar a su mundo y detener a Gruñonzón, antes de que sea demasiado tarde. Pero no será fácil, ya que en el mundo real, Jota debe adaptarse a las nuevas reglas y aprender a usar su entorno tridimensional para resolver puzzles y enfrentarse a los peligros que se interponen en su camino. Su misión se vuelve doble: salvar su historia y asegurarse de que el libro recupere su magia, puesto que si Gruñonzón gana, el libro se convertirá en una historia aburrida y sin inspiración.
La trama también tiene un trasfondo emocional, ya que se sugiere que el niño dueño del libro está profundamente conectado con la historia de Jota. El juego nos insinúa que el futuro de este niño está en juego: si el libro pierde su encanto, el niño podría perder la inspiración para convertirse en escritor. Esta pequeña subtrama añade una profundidad emocional que eleva la experiencia y nos conecta aún más con la historia. No es solo un cuento de héroes y villanos, es también una reflexión sobre el poder de las historias y cómo estas nos inspiran.
Rompecabezas y hostiazos
Después de esa explosión de nostalgia y dulzura, The Plucky Squire empieza a mostrar que no es solo una cara bonita. Este juego tiene más sorpresas que un huevo Kinder, y lo mejor de todo es que no nos viene con un juguete pedorro. La jugabilidad es tan variada que parece que los desarrolladores tenían una lista de “cosas copadas” y decidieron meterlas todas. No es broma, un minuto estamos saltando entre el mundo 2D del libro y el 3D, cambiando el estilo de juego radicalmente y, al siguiente, estamos resolviendo puzzles.
Estos últimos no solo son inteligentes, también son divertidos de resolver. Por poner un ejemplo, nos podemos encontrar frente a un bicharraco gigante bloqueando el camino, donde la solución es cambiar una palabra de la descripción escrita en la hoja del libro. Si cambiamos “gigante” por otra más modesta, el insecto pasará a dejar de ser un desafío insorteable. ¡Listo! Camino libre y una sonrisa en la cara. No hay nada más satisfactorio que sentirnos genios, aun cuando en muchos casos el juego nos los sirve en bandeja. Sobre esto: no perdamos de vista que es un juego que pide a gritos ser jugado por niños.
Pero lo mejor de todo es cómo el juego mezcla los géneros como si fuera un DJ con trastorno de personalidad. Acá no nos podemos relajar ni por un segundo, porque siempre hay algo que nos sorprende. Un momento estamos peleando como en los viejos Zelda, y de repente, nos encontramos en medio de un minijuego de boxeo, clarísimo homenaje a Punch Out. Aquí, Jota se transforma en una especie de Rocky, pero sin las escaleras ni la banda sonora épica.
El combate es simple, pero efectivo. Jota tiene lo necesario: espadazos, rodadas para esquivar y algunos ataques especiales que desbloqueamos a medida que avanzamos. Lo mejor es que, cada tanto, el juego nos sorprende con una pelea contra un jefe que rompe con la monotonía, muchas veces homenajeando a clásicos del videojuego.
Una historia más antes de dormir
Un tema importante es la excelente localización de The Plucky Squire. El juego llega completamente traducido al español y lo hace de una manera impecable. Los diálogos mantienen ese tono juguetón y divertido que caracteriza a la narrativa. Se nota que hubo cuidado en no perder el espíritu original del juego, sin sacrificar la fluidez y naturalidad. Además, incluso el título en los menús fue localizado como “El Escudero Valiente”, lo cual, aunque puede sonar raro al principio porque no estamos acostumbrados a que los títulos se traduzcan, pero es un gran acierto. Esto nos transporta aún más a la sensación de estar inmersos en un cuento de nuestra niñez, haciendo que la experiencia sea aún más cercana.
En resumen, The Plucky Squire no es solo un juego visualmente precioso, es una aventura creativa, fresca y llena de momentos memorables. Cada puzzle, cada combate, cada salto entre dimensiones nos deja con una sonrisa… Como si estuviéramos volviendo a abrir ese libro de cuentos que adorábamos de chicos. Es el tipo de juego que nos hace sentir como niños otra vez, aunque esta vez, nosotros somos quienes manejamos la espada y resolvemos los acertijos, sin la ayuda de mamá. The Plucky Squire es un recordatorio de lo poderosas que pueden ser las historias y nos invita a ser parte de una donde no solo estamos leyendo el cuento, sino también escribiéndolo con cada acción que tomamos. [i]
DESARROLLADO POR: All Possible Futures
DISTRIBUIDO POR: Devolver Digital
GÉNERO: Acción y aventuras
DISPONIBLE EN: PC, PS5, Xbox Series X|S, Nintendo Switch.
QUÉ ONDA: Un bello viaje a la niñez, montados en una jugabilidad excelente.
LO BUENO: El arte. La jugabilidad, tanto calidad como variedad. Gráficamente, muy cuidado y precioso. Tono encantador
LO MALO: El combate es bastante simple. Crecer.
Este análisis de The Plucky Squire fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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