Déjàdow vu
El tiempo corre aún más rápido que Sonic. Trece años pasaron ya desde el lanzamiento de Sonic Generations, videojuego que supo celebrar el vigésimo aniversario del erizo. Si parece que lo jugamos ayer, con Adele de fondo mientras todavía llorábamos por Ned Stark. Pero no, porque el tiempo vuela. Tanto que Shadow, el erizo que conocimos en pleno 2001 y que tuvo su propio fichín regresa para protagonizar una nueva aventura, que es vieja pero novedosa porque todo vuelve y se recicla, mientras el tiempo pasa, rápido y lento.
Es por eso que Sonic X Shadow Generations contiene dos experiencias en una.
Sonic Generations
Por un lado, tenemos el clásico Sonic Generations, el que ya nos pasamos de punta a punta, remasterizado y listo para lucirse en televisores de alta definición. Si tuvieron la suerte de jugarlo en Xbox Series X donde la propia consola lo mejoraba hasta alcanzar 4K y 60fps, acá no van a notar diferencia. Faltó un verdadero trabajo de remasterización profundo, siendo más una excusa para portearlo a nuevas consolas y venderlo otra vez.
Al menos hay agregados como Chao escondidos en los niveles, nuevos bocetos e ilustraciones a desbloquear y la posibilidad de hacer Drop Dash (acelerar al caer), la habilidad que desde su debut en Sonic Mania vienen añadiendo en forma retroactiva a todo juego de Sonic preexistente para hacerlos más sencillos a recién llegados. Además los controles se modernizan, con una distribución similar a la de Sonic Frontiers, con la opción de revertirlo a la original. ¡Ah! y el DLC de Casino Night (una mesa de pinball) viene incluido.
Donde está el contenido jugoso es en Shadow Generations, la aventura completamente nueva que además, se hizo en un motor más moderno. Así que hablemos de eso.
Shadow Generations
La situación de Shadow en el mundo videojueguil es compleja. Está claro que es una versión más atrevida de Sonic que apela a un público más adulto, o bien, más deprimido. Donde el erizo azul está haciendo chistes y enfrentando situaciones con una sonrisa desafiante, Shadow contempla taciturno el abismo que le devuelve la mirada. A su vez, se permite ser más violento e incluso usar armas de fuego, un límite que fue polémico de cruzar.
Es por eso que aunque las ventas acompañaron Shadow the Hedgehog en 2005, no así la crítica. Adelantemos casi veinte años hasta una nueva oleada de popularidad para el erizo oscuro a partir de su próxima aparición en el cine: es momento de tantear las aguas de un nuevo protagonismo. ¿Pero cómo?
La respuesta más segura yace en darle el tratamiento “Generations”, con una aventura que transcurre durante los eventos que ya conocemos pero en su propio bolsillo temporal. Shadow se encuentra en medio de un caos anacrónico que despierta una vez más a Black Doom. Esto lo lleva a enfrentar cuestiones no resueltas de su pasado mientras revisita varios escenarios clave de la saga. En su arsenal cuenta con la habilidad de detener el tiempo por unos segundos, además de arrojar proyectiles de energía a múltiples objetivos en simultáneo.
A medida que avancemos, vamos a colisionar con varios jefes y desbloquear nuevos trucos hasta que finalmente estemos listos para enfrentarnos al líder de los Black Arms de una vez y para siempre.
Las habilidades también nos sirven para explorar el Espacio Blanco, que en este caso es tridimensional. Es decir, que contamos con un escenario central por el cual movernos en búsqueda de los niveles y jefes, al estilo de lo que vimos en Sonic Frontiers.
Y no es lo único que Sonic Team se trajo de ese juego, porque también lo tenemos a Ian Flynn en la pluma, lo cual tiñe la historia con la misma exploración de la esencia del personaje que sentimos allí. De esta manera, el estudio se asegura que esta no sea una simple anécdota en la vida del erizo, sino un punto de inflexión que le permita madurar de cara a nuevas aventuras.
Una forma de juego definitiva
La extensión de Shadow Generations es considerable, si tenemos en cuenta que consiste en seis escenarios con dos actos cada uno contra los nueve que posee la aventura de Sonic. Lo mismo los jefes, que acá son la mitad. La jugabilidad es bastante permisiva, con múltiples puntos de control que evitan la dificultad artificial.
Lo que extiende el tiempo de juego en forma significativa es el Espacio Blanco con sus múltiples rieles flotantes, minijuegos, conversaciones, caminos confusos y varias cajas con bocetos e ilustraciones a desbloquear. Para eso vamos a necesitar unos coleccionables especiales que se esconden en los distintos niveles.
Cada escenario cuenta con dos actos, el primero enfocado en el aspecto tridimensional mientras que el segundo busca un acercamiento más plataformero. Vamos a visitar lugares clave sacados de todos los títulos en los que Shadow haya puesto un pie, a excepción de… bueno, nos pidieron que no demos demasiado detalle.
Cada vez que completamos dos escenarios, aparecen desafíos que debemos resolver para ganar el acceso a los jefes. Luego desbloqueamos una nueva habilidad, como surfear o trepar paredes pegajosas. El problema es que nos tiran todos los desafíos juntos, en lugar de habilitarlos a medida que vencemos cada acto, lo que hace esa parte del juego la más pesada.
En total, podemos sumar un tiempo de juego cercano al de la aventura original, pero con la sensación de que se podría haber extendido incluso más.
Conclusión
El reloj es tirano así que es hora de arribar a un veredicto: ¿vale la pena jugar Sonic x Shadow Generations? La respuesta es compleja.
Sonic Generations no fue sólo un juego sino una celebración que buscaba encaminar al erizo azul en tiempos inciertos. Pertenece a un tiempo y un lugar. Es raro verlo resurgir fuera de ese contexto. Sobre todo si no se lo re-trabaja en casi ningún aspecto, ni siquiera sumando niveles nuevos inspirados en entregas posteriores al 2011. Es una fiesta donde el cotillón estuvo guardado trece años en un cajón.
Shadow Generations, en cambio, es una oportunidad de revisitar este universo desde su jugabilidad y estética pero con escenarios novedosos y elementos prestados de títulos más modernos. Esto siempre que estén dispuestos a vivirlo desde la óptica de un erizo con carácter, habilidades y problemas muy distintos.
Si nunca jugaron Sonic Generations, el tándem de ambas experiencias es una oportunidad de oro. Si son fans de la forma de vida definitiva, no se lo pueden perder. En otras circunstancias, sugerimos tomarse el tiempo para pensarlo. Pero no mucho, que el tiempo vuela, y se va, pero vuelve, todo el rato. [i]
DESARROLLADO POR: Sonic Team
DISTRIBUIDO POR: SEGA
GÉNERO: Acción, Plataformas
DISPONIBLE EN: PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series, Nintendo Switch, PC
QUÉ ONDA: Los traumas de Shadow vuelven para perseguirlo en un relanzamiento anacrónico de los festejos vigesimales de Sonic, ofreciendo la experiencia clásica junto con una aventura original, pero sin demasiado esfuerzo puesto en lo primero.
LO BUENO: Los niveles y desafíos de Shadow se sienten en gran parte más refinados. Posibilidad de explorar el Espacio Blanco y completar minijuegos. Nuevos escenarios hechos al estilo Generations. El aspecto narrativo. Varios desbloqueables para coleccionar. Mejora de controles y habilidades de Sonic en el juego original.
LO MALO: Los desafíos pueden ser molestos al tener que resolverlos todos juntos. Varios problemas de colisión y diseño en el escenario final. La extensión mediana del juego hace que no se sienta un título completo cuando podría serlo. El port del juego original es demasiado simplista para ser considerado una remasterización. Cambios innecesarios o confusos en las cinemáticas del original.
Este análisis fue realizado a través de un código de PS5 provisto por sus desarrolladores.

Santiago Figueroa, alias Morton, fue durante unos años el Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Ahora es padre y vive en otro continente. Es fan de Sonic. También sabe hacer juegos y pelis. Pueden ver sus locuras en YouTube, o por Twitch, o vigilarlo por Twitter como @aliasmorton.
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