Un tornado arrasó a mi ciudad y a mi jardín primitivo
¿Será buena idea lanzarnos a un vórtice de pura destrucción cósmica? Windblown está aquí para confirmar que no, no lo es, ni a palos. Pero, al mismo tiempo, deja en claro que es una tarea increíblemente divertida y adictiva. Este juego, recién salido de las manos de Motion Twin, los excelsos alquimistas detrás de Dead Cells, toma lo mejor de un roguelike y lo agita con la fuerza de un huracán, mezclando velocidad, combos letales y un sentido de urgencia digno de este ventoso apocalipsis.
Motion Twin ya nos había volado la peluca con Dead Cells, un juegazo absoluto, quizá el mejor roguelike / metroidvania del último tiempo. Aquí, en Windblown, decidieron que dos dimensiones no eran suficientes para contener el caos. Este juego no da un segundo de respiro; desde el momento en que iniciamos el run, el ritmo es implacable. Todo lo que podemos hacer es agarrar nuestras armas y lanzarnos al abismo con una sonrisa nerviosa. Y, como si eso fuera poco, la acción se combina con un sistema de sinergias de armas, similar a su anterior obra, que haría sonrojar al mismísimo dios de la guerra.
En la órbita del Vórtice
La historia es sencilla: estamos en el Arca, una especie de hogar flotante que orbita el Vórtice, un maelstrom que parece sacado de un cuento escrito por el querido Edgardo Alano Poe. Nuestra tarea es defender este remanso, antes de que sea tragado por el abismo. ¿Cómo? Con un arsenal impresionante y con habilidades para combinar ataques y equipamiento, suficientes para derrotar el ejército de un país mediano.
El combo perfecto
A diferencia de otros juegos donde el arma secundaria es más un adorno que una herramienta, aquí complementa cada ataque principal. Los combos desbloquean efectos impresionantes que nos hacen sentir, eventualmente, como una fuerza de la naturaleza. Esto ocurre porque muchas armas, al final del combo, generan modificaciones que pueden trasladarse a otras (sangrado, veneno, fuego).
De igual manera, al culminar un combo con el arma primaria o secundaria, se abre una ventana que te permite desatar un ataque devastador con esa otra arma que aún no utilizamos. Así que, con tan solo dos espacios para armas y dos para equipamiento, las posibilidades que se despliegan son enormes (y hasta un poco aterradoras).
Equipamiento y mejoras: el arte de adaptarse o palmarla
Entre cada partida, podemos mejorar estadísticas y equipar modificadores que cambian las reglas del juego. Desde efectos pasivos en las armas, hasta aumentos en la vida o el daño, estas decisiones son las que mantienen cada run diferente al anterior. Además, al finalizar cada intento, podemos usar la moneda del juego, “Engranajes”, para desbloquear nuevas armas y habilidades, creando una progresión que premia tanto victorias como las derrotas más gloriosas.
Un festín visual de islas flotantes
Visualmente, Windblown tiene una estética comiquera, que mezcla lo futurista con lo mágico. Esta abarca tanto a personajes, enemigos como también las islas y sus diferentes biomas. Si bien no hay una enorme libertad, cada área invita a explorar hasta el último rincón, ya que puede que se nos escapen unos morlacos o, incluso, una agradable sorpresa. Por otra parte, la banda sonora aporta esa tensión necesaria, pero al mismo tiempo tiene pasajes super épicos, que nos hace sentir que nos podemos comer a los monstruos crudos. Claro, para luego darnos cuenta de que, si no somos cuidadosos, nos llenan la cara de dedos.
Solo o en compañía
No puedo dejar de mencionar el modo cooperativo de hasta tres jugadores, algo inusual en este género, pero que se agradece. En especial por estar tan bien implementado: jugar en equipo permite combinar estrategias y crear sinergias que nos simplifican un poco la vida, lo más importante es lo divertido que resulta. De todas formas, a no preocuparse, porque si prefieren la soledad, también ofrece suficiente profundidad y desafío para mantenernos enganchados.
Ahí vamos de nuevo
Tal como ocurre en todos los roguelike, la dificultad no es para los débiles de corazón. Y Windblown no es una excepción, exige precisión y rapidez. Cada enemigo, por “caquita” que sea, es un recordatorio de que el juego no tiene intención de mimarnos. Sin embargo, ahí reside su encanto: al igual que en Dead Cells, la curva de dificultad es implacable, pero la sensación de progresión es fuerte.
Hablamos de rapidez y aún no mencionamos nuestro propulsor. ¡Qué barbaridad! ¡Si hasta podríamos decir que es nuestra mejor herramienta! Imprescindible para trasladarnos entre las rocas flotantes y muy útil para esquivar ataques, pudiendo incluso atontar enemigos o realizar fuertes ataques si lo hacemos en el momento justo. Esta suerte de “dash” no tiene límite de uso, lo que hace que el vértigo en Windblown sea algo constante.
En resumen, Windblown es esa clase de juego que, una vez que atrapa, no suelta. Pocas dudas existían después de su trabajo previo y Motion Twin las despejó todas en este early access. Si bien hay algunos ajustes necesarios, como balancear armas cuerpo a cuerpo y distancia, tenemos que recordar que es un acceso temprano. De todas formas, vale la pena entrar en este estado actual, ya tiene una solidez jugable que más de un AAA en versión final envidiaría, con la piel verde y espuma en la boca. Esta gente tomó toda su experiencia e hizo algo similar, pero al mismo tiempo, completamente distinto. Capos totales. [i]
DESARROLLADO POR: Motion Twin
DISTRIBUIDO POR: Motion Twin
GÉNERO: Roguelike
DISPONIBLE EN: PC
Este early access de Windblown fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Fue criado por una comunidad de flamencos con aspiraciones teatrales, de quienes heredó el talento para posar dramáticamente en cualquier foto grupal. Pasó su juventud investigando si los peces tienen acento regional al hacer “blub”. Está absolutamente convencido de que nadie lee esta información en los perfiles (planea demostrarlo con este texto). Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).