Puzzles y nostalgia
Ahí estoy, parado frente a la mansión de Enigma of Fear, con la linterna temblando en mi mano. El viento trae un susurro que no entiendo, pero sé que no es algo bueno. A mi lado, el perro gruñe, olfateando el aire como si pudiera ver lo que yo no. Doy un paso al frente, el crujido de la madera bajo mis pies resuena como un disparo en la noche. Dicen que mi viejo está acá adentro, atrapado en este lugar que no debería existir, pero empiezo a pensar que encontrarlo es la parte fácil. Lo difícil será salir.
Arranco diciendo algo clave: este juego no les va a tener piedad. Enigma of Fear (en Steam puede aparecer como “Enigma del miedo”) es uno de esos títulos que nos mete en un torbellino de terror, puzzles y unas pizcas de frustración. Si les gusta sufrir un poquito mientras resuelven misterios y combaten bichos raros, este es el plan perfecto. Ahora, si esperan pistas claras o explicaciones, olvídense: acá los sueltan sin piedad con un “arreglátelas”.
La historia arranca bien, aunque no esperen un drama que les haga llorar. Tomamos control de Mia, una detective paranormal que busca a su papá perdido en un lugar llamado el Perímetro. Suena misterioso, ¿no? Bueno, lo es. Nadie sabe mucho del lugar, salvo que hay una mansión, un culto y movidas que no deberían existir. Nos acompaña Lupi, nuestro perro fiel, que no solo es un genio con el olfato, sino que, obviamente, el único personaje con quien nos encariñamos de entrada.
Pero, seamos sinceros, el guion no es el punto fuerte. A Mia le falta algo de personalidad, y la relación con su padre se siente más genérica que emocionante. Los diálogos con otros personajes son entretenidos y alivian un poco la tensión, pero no suman en lo dramático. La trama funciona porque el misterio intriga, no porque importe demasiado lo que le pase a los personajes.
El núcleo del juego son los puzzles, y acá sí que brilla. ¡Cada enigma obliga a pensar bastante! El juego no perdona la falta de atención. Acá no hay un diario mágico que les ordene todo. Si no toman notas o recuerdan bien lo que ven, van a estar dando vueltas como yo cuando busco las llaves del auto. Eso sí, hay momentos en los que la dificultad se siente un poco innecesaria. Más de una vez terminé explorando áreas imposibles para descubrir que necesitaba un ítem que estaba en otro lado. Un poquito de guía no me habría venido mal.
El combate… miren, no está mal, pero no es lo que van a recordar. Las peleas son simples y hasta torpes, pero cumplen. De hecho, el sigilo es mucho más efectivo que andar gastando balas. Si un enemigo no los ve venir, un golpe con la palanca lo deja fuera de combate más rápido que cinco tiros al pecho. Eso sí, cuando aparecen los jefes, la cosa se pone interesante. Algunos están tan bien diseñados que logran mantener la tensión alta, aunque lleguen en pocos momentos clave.
En general, los enemigos normales no son muy variados ni brillantes. Caminan hacia nosotros, atacan y listo. Son más obstáculos que amenazas reales, salvo que los combates ocurran en esos pasillos con cámaras fijas que nos hacen querer girar el monitor o la tele. Imaginen correr mientras la cámara cambia de ángulo, dejándolos desorientados justo cuando tienen un monstruo en la espalda…. aaah, la nostalgia.
El arte es una maravilla. Los gráficos en pixel y las vistas isométricas tienen un estilo único que mezcla lo retro con lo moderno. La atmósfera del juego es densa, como si en cualquier momento algo fuera a salir mal (spoiler: siempre sale mal). Las cámaras juegan con ángulos cinemáticos que elevan la experiencia aunque, como dije antes, a veces complican la jugabilidad.
El sonido también hace su parte, donde los efectos y la música ambientan bien. Lo mismo va para el voice acting: no está mal, pero se nota que el equipo aún tiene cosas por pulir. Y ya que estamos hablando de ajustes, hablemos de los bugs. No voy a mentirles, hay algunos momentos en los que el juego flaquea. Pantallas de carga que demoran de más, enemigos que se les rompe la IA… Estos detalles no arruinan la experiencia, pero sí son molestos cuando aparecen, porque rompen una inmersión bastante bien lograda.
En resumen, Enigma of Fear no es perfecto, pero tiene un corazón enorme. Si disfrutan de los desafíos mentales y no les molesta perderse un rato mientras intentan descifrar una pista, este juego los va a atrapar. Es intenso, frustrante y, al final, increíblemente satisfactorio. Cada puzzle resuelto es un pequeño triunfo, no esperen que el juego les facilite nada. Acá todo se gana con esfuerzo y paciencia. Pero, cuando finalmente logran entender el enigma, el alivio es tan grande que hasta el perro parece sonreírles. [i]
DESARROLLADO POR: Dumativa
DISTRIBUIDO POR: Nuuvem
GÉNERO: Aventura, Survival horror
DISPONIBLE EN: PC
QUÉ ONDA: investigación paranormal y Pixel Art
LO BUENO: Puzzles desafiantes. La atmósfera. El arte.
LO MALO: Algunos temas de diseño en puzzles, que se sienten injustos y frustrantes. Combate simple y a veces torpe. Presencia de bugs que afectan la inmersión, especialmente IA.
Este análisis de Enigma of Fear fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
- CALIFICACIÓN75%