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Voin [EARLY ACCESS]

Ambición y tropezones

Si les cuento que Voin es un RPG indie hecho por una sola persona, es probable que, de movida, comiencen a imaginar un juego pequeño y limitado. Bueno, esto no podría estar más lejos de la realidad. Voin tiene toda la ambición de un triple A, con un mundo postapocalíptico lleno de loot, combates frenéticos y una vibra oscura que engancha. Pero claro, también tiene los tropezones de un proyecto que aún no terminó de acomodarse del todo. Vamos de a poco, que hay mucho para charlar.

Arrancamos como una especie de guerrero mágico revivido por un hechicero que nos usa como su arma personal. Nuestra tarea es limpiar una plaga sobrenatural que lo está pudriendo todo. Suena épico, ¿no? Y, sí, lo es, pero la narrativa no termina de convencerme del todo. Siento que me largan en un mundo súper interesante pero no me cuentan lo suficiente. ¿Quién es este mago? ¿De dónde viene la plaga? Todo se siente como si estuviéramos leyendo un libro al que le faltan capítulos importantes.

Eso sí, la atmósfera de fantasía oscura está impecable. Cada nivel tiene detalles que nos sumergen en el caos del mundo. Entre ruinas desmoronadas y bosques encantados, uno realmente siente el peso del apocalipsis. En resumen, en Voin el diablo estuvo en los detalles, pero algunas hojas del guion se le perdieron en el camino.

El combate es, sin dudas, el alma de Voin: rápido, exigente y a veces un poco injusto… ¡pero qué satisfactorio cuando le agarramos la mano! Hay algo increíblemente adictivo en esquivar justo a tiempo, contraatacar con un golpe cargado y desatar habilidades elementales que hacen volar a los enemigos en pedazos.

Eso sí, la dificultad es cosa seria. Las primeras horas pueden sentirse brutales, como si el juego nos estuviera retando a abandonarlo. Pero si logran aguantar el golpe inicial, todo empieza a hacer “clic”. Cada nivel permite desbloquear nuevas armas, habilidades y mejoras que expanden las posibilidades del combate. ¿Quieren una espada gigante para arrasar con hordas de zombis? ¿O prefieren jugarla táctica con ataques elementales a distancia? Hay opciones para todos los gustos. Cuando el juego es difícil, el triunfo sabe más dulce. Pero claro, no todos tienen paciencia para llegar al postre.

Exploración sin GPS

El mundo de Voin no es técnicamente un sandbox, pero se siente como uno. Cada nivel está diseñado para que exploremos, encontremos loot oculto y descubramos secretos. Eso sí, no hay un mapa detallado. A veces es genial perderse entre ruinas y bosques, pero otras veces frustra. Si no les gusta caminar sin rumbo, prepárense para amargarse un poco.

Lo que sí, el diseño de niveles tiene momentos brillantes. Algunos escenarios están llenos de verticalidad y secretos, como castillos en ruinas donde cada rincón parece esconder un cofre o un enemigo sorpresivo. Pero también hay zonas que se sienten más genéricas, como si las hubieran reciclado del nivel anterior. 

Pixel art de lujo con música para levantar muertos

Acá no tengo quejas. Voin combina pixel art con iluminación moderna, y el resultado es espectacular. El estilo retro hace que el juego se vea nostálgico, pero nunca viejo. Cada zona tiene su propia personalidad, desde paisajes desérticos hasta catedrales sombrías que parecen escenarios de una película de terror.

El diseño sonoro también es un golazo. Cada golpe, explosión o grito de los enemigos se siente contundente, mientras que la banda sonora oscila entre lo melancólico y lo épico. Es de esos juegos que nos hacen querer subir el volumen para disfrutarlo a pleno. Aunque ojo, hay bugs gráficos menores: texturas que desaparecen o efectos de partículas que a veces se ven raros. Nada grave, pero rompe un poco la inmersión.

Acceso anticipado: virtudes y tropiezos

Como buen título en early access, Voin tiene sus cositas. Los bugs están presentes, pero no son tan comunes como esperaba. Me encontré con algún enemigo que se quedaba trabado en el aire, pero nada que arruine la experiencia. Los desarrolladores parecen estar trabajando activamente en arreglar estos problemas, así que hay esperanza.

Como cabe esperar en estos casos, hay sistemas que se sienten a medias. Por ejemplo, la mecánica de loot corrupto es interesante, pero no termina de sentirse orgánica. A veces parece que está ahí solo para añadirle dificultad extra. El lado positivo es que el juego ya tiene una buena cantidad de contenido. Con unas 15 horas en la primera partida, sentí que apenas estaba empezando a arañar la superficie. Además, la rejugabilidad es alta gracias al sistema de builds y el diseño estilo roguelike.

En definitiva, Voin es un juego que enamora tanto como frustra. Si les gusta el desafío, los sistemas profundos y las mecánicas de combate dinámicas, seguro les va a encantar. Pero si no tienen paciencia para explorar sin un mapa o aprender mecánicas a prueba de ensayo y error, quizá quieran pensarlo dos veces. Eso sí, el juego tiene algo especial. Esa mezcla de estética retro, acción frenética y exploración misteriosa lo hace destacar entre otros títulos independientes. No es perfecto, pero cuando brilla, nos deja con ganas de seguir jugando. [i]


DESARROLLADO POR: Nikita Sadar
DISTRIBUIDO POR: TinyBuild
GÉNERO: RPG de acción, Hack and slash, roguelike
DISPONIBLE EN: PC (early access)

QUÉ ONDA: Plagas, magia y combates frenéticos.
LO BUENO: Combate rápido y desafiante. Diseño artístico impresionante. Rejugabilidad alta. Atmosfera inmersiva. Banda sonora excelente.
LO MALO: La narrativa se siente incompleta. Ausencia de un mapa detallado. Algunos bugs y problemas de optimización menores.

Este análisis de Voin fue realizado a través de un código de Steam provisto por sus desarrolladores.

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