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Jötunnslayer: Hordes of Hel [Early Access]

¿Viking Survivors?

Jötunnslayer: Hordes of Hel no es solo un nombre complicado de escribir sin googlearlo, es también un bullet hell roguelite que quiere hacernos sentir dioses en un infierno vikingo. A primera vista, pareciera que alguien dijo: “¿Y si mezclamos Vampire Survivors con la mitología nórdica?” y, por supuesto, con un toque de dark fantasy que te grita “soy edgy y me gusta Diablo”. Pero, ¿lo logra? Bueno, agárrense porque hay de todo un poco: momentos gloriosos, frustraciones y un par de bugs que nos hacen replantear tu vida gamer.

Lo primero que llama la atención de Jötunnslayer: Hordes of Hel es su propuesta de combinar un bullet hell con mecánicas de roguelite, aderezado con un toque de quest-based gameplay. ¿Nos hace acordar un poco a Halls of Torment? Muy poco. La idea de enriquecer el loop es similar. Es decir, acá no se trata solo de matar hordas y agarrar oro, sino que nos tiran misiones que van desde proteger puntos clave hasta buscar objetos. Esta mezcla entre supervivencia y objetivos le da al juego un ritmo interesante, aunque no apto para quienes disfrutan de perderse sin rumbo.

El detalle de incluir un temporizador para completar misiones puede sentirse como un arma de doble filo. Obliga a planificar, pero también puede resultar agobiante si quieren disfrutar el caos sin presiones. Personalmente, me gusta la propuesta, pero los que estén acostumbrados a propuestas más simples pueden sentirlo como una agenda en un lunes, después de un finde largo.

Una postal de Niflheim

Lo primero que hay que reconocer es que Jötunnslayer: Hordes of Hel sabe entrar por los ojos. Los mapas son un deleite, desde los parajes helados hasta paisajes infernales. Todo tiene esa estética desgastada que parece sacada de un cuadro de heavy metal. El uso de efectos climáticos no solo es bonito, también suma a la inmersión.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro vikingo. Aunque las habilidades tienen efectos visuales impresionantes, otras se sienten tan insípidas que casi dan ganas de llorar runas. El desequilibrio visual entre habilidades es importante. Por otra parte, los enemigos genéricos tampoco ayudan mucho: esqueletos y guerreros reciclados que no impresionan ni un poquito.

Poderes divinos: Grandes promesas, ejecución tambaleante

Una de las mayores apuestas del juego está en su sistema de habilidades basado en los dioses nórdicos. Loki, Thor y demás figuras míticas ofrecen poderes que deberían hacernos sentir todopoderosos. El problema es que algunos poderes son decepcionantes, muy pedorros en comparación a otros.

Eso sí, hay destellos de genialidad. El sistema de personalización permite ajustar tu estilo de juego según tus dioses favoritos, y la posibilidad de modificar habilidades a mitad de una partida es una excelente decisión. Pero, claro, no todas las decisiones son igual de viables, y al final terminamos eligiendo las mismas siempre, porque las alternativas no valen el esfuerzo.

Si algo hay que aplaudirle a Jötunnslayer: Hordes of Hel es su sistema de modificadores. La posibilidad de ajustar la dificultad según nuestras preferencias añade un nivel de rejugabilidad que se agradece. Podemos hacer que los enemigos peguen como camiones a cambio de mejores recompensas, o aligerar las cosas y recibir menos recursos. Es un sistema que invita a experimentar, aunque no siempre está perfectamente balanceado.

La curva de aprendizaje también tiene sus bemoles. El juego tira mecánicas como si fuéramos expertos desde el minuto uno. Un tutorial más completo o una introducción más gradual podría hacer maravillas para que más gente se sume al caos.

Un diamante en bruto (con algunas esquirlas)

Estamos hablando de un early access, con lo cual es lógico encontrar las impurezas que mencionamos. Así y todo, Jötunnslayer: Hordes of Hel tiene muchas cosas buenas y promete. Su estética y audio son impresionantes, sus mecánicas introducen ideas frescas al género y las peleas contra jefes son satisfactorias. Pero también tiene bastantes aristas que necesitan pulirse. El desequilibrio en habilidades, los bugs y un diseño de personajes poco inspirado le quitan brillo al conjunto.

Si les gusta la mitología nórdica y este estilo de juego, y no les importa un poco de “viruta”, este juego podría ser su próximo vicio. Eso sí: paciencia porque, de nuevo, está en Early Access. En pocas palabras, ¡vale la pena probarlo, pero con expectativas ajustadas! Tiene una demo en Steam, así que se pueden sacar la duda. Si Odín lo permite, Jötunnslayer: Hordes of Hel podría convertirse en un clásico de este género. [i]


DESARROLLADO POR: Games Farm
DISTRIBUIDO POR: Grindstone
GÉNERO: Bullet Hell Roguelite
DISPONIBLE EN: PC

Este análisis early access de Jötunnslayer: Hordes of Hel fue realizado a través de un código de PC] provisto por sus desarrolladores.

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