Donde hubo fuego…
Hace nueve años, aterricé y apagué mi nave. No dejé el juego porque no me gustaba, al contrario, el juego ya me había conquistado con su combate frenético y arte rarísimo. Pero ya estaba jugando Destiny, con su lore enigmático e inigualable gunplay… no podía con dos amores tan demandantes a la vez. Así, decidí sacrificar casi todo mi tiempo “as a service” a Bungie. En aquel entonces, Warframe y yo teníamos algo, pero no fue suficiente. Alguna vez volví, pero la cantidad de cambios me abrumó y no duré ni una hora conectado. Pero ahora, el contexto fue el adecuado. Se alinearon los planetas y decidí darle una oportunidad, esta vez en serio. Y ahí estaban mis warframes, con una paciencia infinita, listos para darme una oportunidad a mí.
Lo curioso es que ahora siento que Warframe siempre estuvo ahí, esperando. O tal vez era yo quien lo esperaba. Soy parte del programa Founder, aquellos que confiaron en Digital Extremes desde el inicio. Hasta me mandaron una bandana por correo, un gesto que pensé se perdería entre montones de paquetes en la aduana argentina. Pero llegó, como un trofeo silencioso que guardé sin darle mucha importancia… hasta ahora.
Desempolvando los Warframes
Mi regreso no fue casual, fue causal. Destiny había cerrado su saga de “Luz versus Oscuridad”, y entre la falta de novedades y mi necesidad de un cambio, decidí cambiar de aires. Había oído hablar de la migración de usuarios a Warframe, y eso me llevó a investigar un poco antes de reinstalarlo. Descubrí que ya no se trataba solo de correr y disparar como un ninja intergaláctico: había más, mucho más. Una cantidad estúpida de contenido, con una diversidad impresionante.
Por otra parte, algo que me impresionó fue su modelo de monetización. En un mundo donde muchos juegos free-to-play empujan al usuario a abrir la billetera, Warframe ofrece alternativas reales. Casi todo se puede conseguir con dedicación y esfuerzo, incluso su moneda premium, el platino, que puede obtenerse comerciando dentro del juego.
Despierta de nuevo, Tenno
Al volver, encontré un juego familiar, pero transformado. Mi cuenta seguía intacta, pero el universo que me recibió había evolucionado de formas que no podía haber imaginado. La narrativa, que antes sentía secundaria, ahora era una fuerza gravitacional. Mi nave ya no era solo un menú glorificado, sino un hogar. La evolución de Warframe es digna de estudio. Pasó de ser un looter-shooter frenético con ideas dispersas a un juego que expande su universo con historias profundas y personajes memorables.
Cuerpo y alma
Digital Extremes construyó algo que trasciende lo esperado en un juego gratuito. Desde sus comienzos, han escuchado a la comunidad. Por ejemplo, cuando los jugadores encontraron un exploit para moverse más rápido, en lugar de eliminarlo, lo adaptaron y mejoraron, creando uno de los sistemas de movimiento más fluidos que existen.
El modelo de monetización también evolucionó. Al principio, algunos ítems importantes solo estaban disponibles con moneda premium. La comunidad protestó y Digital Extremes escuchó, permitiendo farmear esos artefactos. Este respeto hacia los jugadores es parte de lo que hace a Warframe especial.
Mi recuerdo de Warframe era de un buen juego, pero hoy no solo es excelente, es un juego con alma. Las expansiones como “Whispers in the Walls” y la más nueva, “Warframe 1999”, no solo renuevan la acción, sino que también incorporan narrativas que rivalizan con los grandes títulos AAA. ¿Hasta dónde expandirán historia y jugabilidad? Imposible saberlo, no parece tener límite esta gente.
En definitiva, Warframe no es solo un juego al que volvi: es un lugar al que siento que pertenezco. Los invito a probarlo y sorprenderse. Seguro, es apabullante, pero denle una oportunidad. Jueguen 20 horas. Luego, 10 más. Construyan su nave y combatan en ella. Después me cuenta. Porque yo, esta vez, no pienso apagar mi nave. Quiero ver hasta dónde me lleva. ¿Infinito y más allá? Ojalá. [i]

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).