Blizzard volvió al ruedo con la Temporada 7 de Diablo IV, bautizada como “Temporada de la Brujería”. Ahora bien, ¿es un hechizo deslumbrante o una pócima reciclada? Vamos a destripar (en el mejor sentido demoníaco) los puntos clave de esta nueva etapa.
La mecánica principal de la temporada se basa en los poderes brujeriles, algo que huele un poquito a “vampiros 2.0”, es decir, la mecánica que acompaño la segunda temporada. La idea es recolectar cabezas perdidas para el árbol de los Susurros y, a cambio, desbloquear habilidades que podrán compartirse entre todos nuestros personajes. Si bien suena familiar, hay mejoras. El sistema es más intuitivo y los eventos de caza, llamados Head Hunts, están copados. Claro que, si ya se cansaron de las Hell Tides, este contenido puede sentirse como más de lo mismo, solo que con un toque mágico.
En otras palabras y a modo de resumen, Blizzard acierta en tomar todo lo que funcionó mejor hasta ahora y le da un ajuste fino. ¿Es una gran temporada? Sí, en términos de mecánicas, si dejamos de lado la falta de novedad, se siente como la mejor. Pero… sí, hay “peros”.
Repetitivo, pero funcionalLa progresión del personaje está aceleradísima. Si no tienen pensando hacer más de una build esta temporada, les puede durar (con suerte), una semana. El loot estalla, los niveles se suceden a la velocidad de la luz y ajustar la build no es complicado. El mayor problema es que el endgame se vuelve muy repetitivo y poco variado. Ahora bien, si sumamos las partes, nos damos cuenta de que el enfoque está puesto en ofrecer una experiencia accesible y casual. Incluso, relajante.
En la dificultad más baja, podemos progresar a nivel máximo en poco más de cinco o seis horas. Una vez en esta instancia, basta farmear cualquier equipo necesario en Torment 1. Como ocurría ya en la temporada pasada, la diferencia entre los diferentes niveles de Tormento tienen que ver con el porcentaje de dropeo, no con su nivel o calidad. Sumado a que no hay jefes extremadamente desafiantes ni mecánicas que exijan transpirar, Diablo IV definitivamente tiene más que ofrecer a aquellos que quieren relajarse viendo explotar demonios que a los que buscan ser desafiados.
Un aspecto positivo es que las clases están más ajustadas, después de la patinada de la temporada pasada con el Spiritborne. Por supuesto, hay quienes fueron más beneficiados y seguramente en breve los theorycrafters encontrarán algo roto. Pero no estamos ante las diferencias groseras encontradas en temporada 6.
El futuro ¿Un conjuro o una maldición?
La comunidad de Diablo IV está un poco dividida. Muchos esperan un roadmap claro que explique hacia dónde va el juego. Por ahora, las temporadas son ajustes de ideas previas, pero falta un golpe de creatividad.
Eso sí, hay destellos de esperanza. La incorporación del Armory para gestionar builds y los cambios en la Season Journey son pasos acertados. Pero está claro que, a mediano plazo, no alcanzará. Hay algo de lo que todavía no hablé y es un poco el demonio elefante en la habitación…
La sombra de Path of Exile 2
Path of Exile 2 un poco marcó el territorio del ARPG hardcore. Un estado de early access que ya ofrece una cantidad y diversidad de contenido end game sorprendente. Si bien Diablo IV parece estar posicionándose para un público más casual, no se puede evitar comparar la variedad y originalidad de contenido de uno y otro. En cuanto a lo casual… no necesariamente es algo malo. A veces solo queremos relajarnos y no romperse la cabeza con mecánicas complejas.
Sin embargo, uno no puede evitar analizar que PoE 2 esta cargado de contenido desafiante y será gratuito en su versión final, mientras que Blizzard apuesta al modelo de expansiones pagas (para nada baratas) y micropagos (algunos bastante saladitos).
Conclusión: ¿Brujería o ilusiones?
Diablo IV: Temporada 7 no redefine el género, ni el juego. Pero si buscan un ARPG accesible y entretenido para pasar el rato, esta temporada cumple. De hecho, se siente como la mejor hasta ahora (de nuevo, quitando del medio la falta de sorpresas). Ahora, si son de los que aman exprimir cada esquina del endgame, el caldero podría estar un poco vacío.
Blizzard sigue buscando su lugar entre lo hardcore y lo casual. Mientras tanto, esperamos que el hechizo correcto nos deje boquiabiertos. Porque, seamos honestos, el infierno merece algo más que una brisa tibia. ¿O no?

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).