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The Stone of Madness [REVIEW]

El nombre de la desesperación

Hay sigilo, hay planificación y hay locura. The Stone of Madness arranca con una idea simple: un grupo de prisioneros intenta escapar de un monasterio convertido en prisión. Cada personaje tiene habilidades y fobias, así que el reto no es solo salir sin ser visto, sino hacerlo sin que cunda el pánico. Porque sí, acá la locura es parte del paquete.

No hay un solo camino para la fuga. Podemos escondernos en las sombras, distraer guardias o improvisar un desastre absoluto cuando el plan sale mal. Porque va a salir mal. El monasterio es un laberinto de rutas prohibidas, trampas y patrullas que parecen haber hecho un curso intensivo de detección de idiotas.

Así, cada prisionero aporta algo distinto: Leonora es letal, pero inestable; Alfredo es un sacerdote que se infiltra sin levantar sospechas, pero odia la violencia; Eduardo es fuerte, pero tiene pánico a la oscuridad. Y así, en un delicado equilibrio entre genialidad y desastre, tenemos que usar sus talentos sin activar sus fobias.

Lo interesante es que los errores no significan un “game over” inmediato, sino que nos obligan a adaptarnos. Si nos descubren, corremos, nos escondemos o sacrificamos a alguien por el bien del equipo. La cuestión es que, cuando funciona, la tensión se siente real y la victoria, merecida.

La locura no es solo estética

El sistema de cordura convierte cada decisión en una apuesta peligrosa. Cada personaje tiene miedos específicos que afectan su desempeño, y si la barra de locura llega a cero, las consecuencias pueden ser catastróficas. Algunos entran en shock, otros empiezan a alucinar y algunos simplemente se convierten en un estorbo total en el peor momento.

Para evitarlo, hay que administrar descansos, evitar gatillos de ansiedad y rogar que la noche sea suficiente para recuperar la cordura del equipo. Porque el monasterio no solo es opresivo de día: de noche se llena de fantasmas y amenazas sobrenaturales. La clave está en equilibrar la planificación con la improvisación y aceptar que, a veces, todo se va al demonio.

Un cuadro de Goya sobre el estrés postraumático

El apartado visual es una carta de amor a Francisco Goya. Escenarios decadentes, sombras siniestras y personajes caricaturescos que contrastan con la brutalidad de la historia. Es una combinación extraña, pero funciona. La música refuerza la atmósfera con temas instrumentales que mezclan lo religioso con lo inquietante. No se roba el protagonismo, pero sabe aparecer en los momentos justos para recordarnos que estamos en un lugar donde la cordura no es bienvenida.

Tropezando en el monasterio

Aunque la propuesta es original, no todo es perfecto. El control de los personajes es algo tosco, la inteligencia artificial no siempre responde bien y el sigilo puede sentirse injusto cuando los guardias deciden tener visión de rayos X de la nada. Tampoco hay opción de reiniciar una misión en el acto. Si cometemos un error grave, tenemos que esperar a que pase el día o aceptar las consecuencias. Esto puede ser frustrante cuando una mala decisión convierte media hora de juego en un castigo innecesario.

¿Vale la pena la locura?

The Stone of Madness no es un juego para impacientes. Es una experiencia que premia la creatividad, pero castiga los errores con dureza. Si les gustan los juegos de sigilo, lo van a disfrutar. Si son de los que recargan la partida cada vez que algo sale mal, tal vez terminen tirando el teclado por la ventana. En cualquier caso, es un título diferente, desafiante y con una identidad propia. Si logran escapar con la cabeza intacta, considerenlo un logro. Por algo el título, prestemosatención, loco. [i]


DESARROLLADO POR: The Game Kitchen
DISTRIBUIDO POR: Tripwire Presents
GÉNERO: Sigilo táctico, estrategia en tiempo real
DISPONIBLE EN: PC, PS5, Xbox Series X|S, Nintendo Switch

QUÉ ONDA: Escapá de un monasterio-prisión mientras combatís la locura y tratás de no fracasar estrepitosamente.

LO BUENO: Libertad para planear cada fuga. Personajes con habilidades y fobias únicas. El arte.

LO MALO: La IA a veces no coopera. El sigilo puede sentirse injusto. No permite reiniciar misiones fácilmente.

Este análisis de The Stone of Madness fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

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