Un descanso forzado, pero necesario
Cuando un juego cozy aparece en el radar, es fácil imaginar la rutina: plantar semillas, cosechar ingredientes, atender clientes y vivir una vida bucólica sin mayores sobresaltos. Pero Wanderstop, el primer juego de Ivy Road, no encaja del todo en ese molde. Sí, hay tazas de té y un puñado de excéntricos personajes, pero también hay burnout, agotamiento y una protagonista que se niega a frenar. Una situación en la que todos nos podemos sentir identificados en algún momento (o incluso ahora, claro).
Alta no es una granjera ni una barista. Es una guerrera. O al menos, lo era. Durante años vivió para el combate, entrenando sin descanso hasta convertirse en la mejor. Nunca había perdido… hasta que empezó a perder sin entender por qué. Desesperada, busca respuestas en la legendaria maestra Winters, pero su viaje termina antes de empezar: su cuerpo no aguanta más.
Así llega al Wanderstop, un pequeño salón de té atendido por Boro, un anfitrión paciente y optimista. Él le ofrece quedarse, tomarse un respiro y ayudar en el negocio hasta que recupere fuerzas. Alta, por supuesto, lo odia. No entiende qué hace ahí, ni quiere servir tazas de té. Pero tampoco puede salir. Intenta seguir su camino, pero cada paso es más pesado que el anterior. Su espada, que siempre fue parte de ella, queda abandonada contra un árbol, demasiado pesada para levantarla.
Un juego que obliga a bajar el ritmo
Wanderstop no tiene cronómetro, dinero ni mejoras que desbloquear. No hay fallos catastróficos, ni consecuencias graves. La rutina es simple: atender clientes, preparar té, cuidar el jardín y dejar que el tiempo pase. Algunos clientes piden una bebida específica, otros solo describen cómo quieren sentirse. Si Alta se equivoca, el cliente se lo toma con calma. No hay prisa, no hay grandes castigos.
El diseño está hecho para que, tanto Alta como el jugador, aprendan a frenar. Si están esperando que algo pase, que un giro inesperado sacuda la historia o que el bosque esconda un gran misterio… ¿Y si el verdadero secreto es otro?
Personajes que se sienten reales
Más allá de la historia de Alta, el corazón del juego está en los clientes del Wanderstop. Desde Gerald, el caballero que solo quiere impresionar a su hijo, hasta Nana, una comerciante que discute con Alta cada vez que aparece, todos tienen algo que contar. Algunos vuelven, otros se van para siempre sin que sepamos qué pasó con ellos. Y esto, en mayor o menor medida, nos impacta.
Pero el alma del juego es Boro, quien con su paciencia infinita y su optimismo indestructible, es el único que realmente entiende lo que Alta necesita. No la obliga a nada, no le da discursos motivacionales, solo le ofrece un espacio para respirar.
Narrativa sutil pero poderosa
Cada vez que Alta toma un té para sí misma, desbloquea fragmentos de su pasado. Recuerdos de su entrenamiento, de su obsesión por ser la mejor, de su cuerpo resistiendo hasta el límite. Poco a poco, la historia deja claro que su problema no tiene una solución rápida. No se trata de encontrar el maestro correcto ni de entrenar más duro. No puede recuperar su antigua vida, y en algún momento tiene que aceptar que eso está bien.
Un mundo acogedor, pero sin empalagar
El juego apuesta por colores vibrantes y diseños suaves, con un bosque que cambia de aspecto con el paso del tiempo. La música es un golazo, perfecta para la atmósfera relajada sin volverse repetitiva.
El humor también juega un papel clave. Wanderstop no es un drama sobre la depresión. Alta tiene una actitud ácida, se burla de los clientes y responde con ironía a muchas situaciones. Es una protagonista que se siente real, con sus contradicciones y terquedad.
Algunas asperezas, pero nada grave
Si hay algo que podría mejorar, es la repetición en algunas mecánicas. Preparar té es entretenido al principio, pero con el tiempo se vuelve monótono. La exploración del bosque también es limitada y, aunque la historia mantiene el interés, hay momentos en los que parece que el juego se alarga más de la cuenta.
Otro detalle es que algunos eventos importantes pasan demasiado rápido. Hay diálogos que tienen peso emocional, pero el juego no deja que respiren lo suficiente antes de seguir adelante.
Conclusión: Un descanso que vale la pena
Wanderstop no es para todo el mundo. Si buscan desafíos mecánicos o un sistema de progresión adictivo, probablemente los frustre. Pero si aceptan su propuesta y juegan a su ritmo, es una experiencia que deja huella.
Es un recordatorio de que, a veces, el descanso no es una opción, sino una necesidad. Que seguir adelante sin parar no siempre es la respuesta. Que frenar no es fallar. Y que, a veces, lo mejor que podemos hacer es sentarnos con una taza de té caliente y aprender a respirar de nuevo. [i]
DESARROLLADO POR: Ivy Road
DISTRIBUIDO POR: Annapurna Interactive
GÉNERO: Cozy game
DISPONIBLE EN: PC, PS5, Xbox Series X|S.
QUÉ ONDA: Gestionar una casa de té mientras pegamos descanso y autodescubrimiento.
LO BUENO: Narrativa profunda que aborda el burnout y la importancia del descanso. Ambientación encantadora. Mecánicas relajantes y bien pensadas.
LO MALO: Si bien las mecánicas están buenas, a largo plazo se vuelven repetitivas. No hay incentivos para ponernos creativos a la hora de preparar el té. Algunos eventos importantes se sienten apurados en lo narrativo.
Este análisis de Wanderstop fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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