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Bionic Bay [PREVIEW]

Días sin accidentes: “jajaja”

Si hay algo que la historia nos ha enseñado es que la biomecánica nunca trae nada bueno. Desde Alien hasta Detroit: Become Human, cada vez que alguien mezcla carne con metal, termina habiendo problemas. Y Bionic Bay no es la excepción. Este juego de plataformas y puzles nos mete en un mundo bio-industrial decadente donde la seguridad laboral brilla por su ausencia y las leyes de la física parecen haber sido escritas por un guionista de Looney Tunes.

Acá manejamos a un científico sin nombre que, por razones que prefiero no cuestionar demasiado, termina atrapado en una fábrica biomecánica infernal. Suena como el currículum de cualquier pasante en el sector tecnológico, pero en lugar de burnout y reuniones interminables, el problema acá es un ejército de trampas mortales y estructuras que parecen colapsar con solo mirarlas. La historia se cuenta sin diálogos, a través del entorno, y la verdad es que el ambiente es tan opresivo y aterrador como hermoso. Cada nivel es un cuadro surrealista en el que luces, sombras y máquinas oxidadas se combinan para crear una atmósfera que es mitad pesadilla industrial, mitad poema visual.

Física, elasticidad y un héroe con la consistencia de un chicle viejo

Lo primero que sorprende es el sistema de movimiento, que parece salido de un experimento donde mezclaron parkour, trampolines y un crash test dummy. El protagonista no solo salta: se estira, se desliza y se lanza con una inercia tan satisfactoria que casi dan ganas de fallar un salto solo para ver qué pasa después.

A esto hay que sumarle la mecánica estrella: el intercambio de posición con objetos. Básicamente, podemos marcar un ítem del escenario y teletransportarnos a su lugar en cualquier momento. Suena simple, pero cuando lo combinamos con saltos imposibles y trampas que parecen diseñadas por alguien con un odio profundo hacia la humanidad, se vuelve un caos tan hermoso como letal. Además, con el tiempo aparecen nuevas habilidades como ralentizar el tiempo o reventar obstáculos a puñetazo limpio. Es un festival de distintas acciones que nos convierte en una especie de acróbata cibernético, con más vidas que sentido común.

Desafío: entre lo brillante y la tortura psicológica

Cada nivel nos pone a prueba con secciones donde el desafío no es solo la precisión, sino también entender cómo demonios resolver el puzle sin terminar hechos puré. Y acá hay que darle crédito al juego: nunca se siente injusto: hijo de su buena madre, sí, todo el tiempo. Pero son cosas diferentes. Cada mecánica se introduce con el tiempo justo para que entendamos cómo funciona, pero sin darnos la mano en exceso. Por el contrario, si pueden, nos meten el pie para que trastabillemos. Con lo cual, vaya esta advertencia: la dificultad no es para cualquiera. Bionic Bay sigue la escuela de Celeste y Super Meat Boy: vidas infinitas, puteadas ilimitadas, reintentos instantáneos y la certeza de que vamos a morir como locos. Pero cuando finalmente ejecutamos un salto perfecto, usando todas las mecánicas en armonía, la sensación de logro es tan fuerte que casi se puede oler.

Modo online: La velocidad como religión

Si la campaña no fuera lo suficientemente desafiante, existe un modo online con carreras contrarreloj. Acá podemos competir con otros a través de leaderboards, viendo quién logra abusar mejor de las físicas del juego para completar niveles en tiempos absurdos. Los speedrunners van a encontrar un parque de diversiones en este sistema. El nivel de creatividad que permite el movimiento de Bionic Bay promete un espectáculo total, con estrategias que van desde lanzarse con precisión quirúrgica hasta usar la física para surfear objetos como un lunático.

Conclusión: ¿Vale la pena esta locura biomecánica?

Si les gustan los juegos que desafían tanto la destreza como la paciencia, Bionic Bay es un infierno divertido que no decepciona. Su mezcla de plataformas, puzles y físicas absurdamente satisfactorias lo convierten en una de las experiencias más únicas dentro del género. Eso sí, si esperan una historia con muchas explicaciones o un desafío relajado, mejor miren para otro lado. Pero si disfrutan morir 80 veces en el mismo salto, mientras un mundo alienígena y decadente los observa con indiferencia, este juego es para ustedes. [i]


DESARROLLADO POR: Psychoflow Studio.
DISTRIBUIDO POR: Kepler Interactive.
GÉNERO: Plataformas, puzzles
DISPONIBLE EN: Windows, PS5.

QUÉ ONDA: El plataformero que no agarría jamás una ART.
LO BUENO: Mecánicas copadas, como la capacidad de intercambiar posiciones con objetos. Diseño de niveles y puzzles. Estética pixel art estupenda.
LO MALO: Algunos picos de dificultad bastante bruscos. 

Este análisis de Bionic Bay fue realizado a través de un código de PC proporcionado por los desarrolladores.

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