Perdidos en el espacio: La nueva generación
Volver a Xenoblade Chronicles X en 2025 es como abrir una cápsula del tiempo espacial y encontrarse con una civilización que estaba adelantada… y medio en cualquiera al mismo tiempo. Diez años después de su debut en Wii U, este titán de la Monolith Soft aterriza en Switch con mejoras, cirugía estética y y un dato importante: sigue siendo uno de los JRPG más ambiciosos de su generación.
Mira, un mundo abierto impresionante, sigue siendo uno de los grandes protagonistas. Las cinco regiones se sienten vivas, hostiles, y rebalsan de criaturas que van del “mirá qué bonito” al “corré o morís”. Apenas pisamos el mapa, el juego nos suelta la correa y nos manda a caminar. O a volar, eventualmente, con los gloriosos Skells: mechas transformables que tardan una eternidad en desbloquearse, pero cuando llegan… mamita. Explorar con un Skell es como sacarse la mochila de plomo del tutorial eterno.
Una ópera espacial con libreto desprolijo
La historia principal arranca con promesa de épica: razas alienígenas se “tiran con de todo” cerca de la Tierra, nuestro planeta explota, y una nave llamada White Whale escapa para fundar New Los Angeles en Mira. A partir de ahí, deberíamos sentirnos en una space opera de proporciones bíblicas. Pero no. La trama cumple, entretiene… y después se pierde entre misiones repetidas, personajes tibios y enemigos que se olvidan fácil. Por suerte, el juego lo compensa con creces en otros aspectos, como el sistema de combate y la exploración.
Acá no hay espadazos frenéticos. El combate es pausado, táctico y con aroma a MMO. Es decir, con automatismos mezclados con habilidades que elegimos al momento justo. Hay aggro, tanking, combos de Arts y un sistema de Overdrive que nos hace sentir dioses por unos segundos. Además, la nueva mecánica de Quick Recast acorta los combates simples sin arruinar el desafío, ideal para quienes no quieren envejecer en un solo enfrentamiento.
Más mejoras
Otra novedad bienvenida: la interfaz dejó de ser un castigo ocular, y ahora podemos leer sin necesidad de sacrificar córneas. El mapa también recibió cariño, con indicadores más claros y fast travel decente. Y si bien el mundo sigue siendo gigante, el backtracking se reduce gracias a ajustes como el cambio de hora desde el menú (adiós a esas caminatas eternas para esperar el anochecer).
¿Hay grindeo enfermizo? Claro que sí. Pero las nuevas opciones para subir el nivel de afinidad entre personajes, ganar experiencia aunque no estén activos, y reorganizar el equipo desde cualquier lado alivian muchísimo el ritmo. Nada está regalado, pero tampoco se siente como una trampa sadomasoquista.
Limpieza visual y unas gotitas de amor
En lo técnico, el juego se ve bastante mejor que su versión original. Texturas más limpias, mejor iluminación y colores que hacen brillar a Mira en pantallas grandes o en el modo portátil. A veces, los edificios de New LA parecen reciclados de otra consola, y los frames bajan un poquito cuando hay muchos bichos en pantalla. Pero el port está bien cuidado, nunca molesta demasiado.
El contenido nuevo incluye una zona adicional, más Skells, más personajes y una porción de historia que suma sin romper nada. No cierra todas las preguntas del guion, pero sirve de excusa para seguir enganchados otras veinte horas más. Además, el modo online está intacto, con misiones cooperativas y Global Nemesis para quienes quieran grindear materiales raros con gente random (o amigos con demasiado tiempo libre).
No es Shulk, pero tampoco se queda atrás
Ahora bien, si esperan un Xenoblade clásico con la épica de las últimas entregas, bajen un cambio. Este juego va por otro lado: es más frío, más amplio y menos sentimental. Pero si lo toman por lo que es —un RPG gigantesco con una ambientación espectacular y un gameplay afinado—, la van a pasar bomba.
¿Vale la pena esta Definitive Edition? Sí. Y no solo para quienes se lo perdieron en Wii U, sino también para quienes lo jugaron y quieren ver cómo una buena serie de ajustes puede convertir un juego denso y laberíntico en una experiencia mucho más fluida y disfrutable. No es perfecto, pero sigue siendo inolvidable. Como una excursión a un planeta peligroso donde todo puede matarte… pero te dan ganas de quedarte a vivir. [i]
DESARROLLADO POR: Monolith Soft
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: JRPG de mundo abierto
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch
QUÉ ONDA: La esperada remasterización de una leyenda.
LO BUENO: Exploración con Skells que se siente increíble. Sistema de combate profundo, pausado y satisfactorio. Mejoras clave que reducen el grindeo y el backtracking. Ambientación de Mira impresionante incluso hoy. Contenido extra que vale la pena.
LO MALO: Historia principal que no termina de despegar. Misiones secundarias recicladas hasta el hartazgo. Caídas de framerate ocasionales en zonas cargadas.
Este análisis de Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Fue criado por una comunidad de flamencos con aspiraciones teatrales, de quienes heredó el talento para posar dramáticamente en cualquier foto grupal. Pasó su juventud investigando si los peces tienen acento regional al hacer “blub”. Está absolutamente convencido de que nadie lee esta información en los perfiles (planea demostrarlo con este texto). Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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