Konami se dejó de misterios y confirmó que SILENT HILL f, el nuevo capítulo de la mítica saga de horror psicológico, llega el 25 de septiembre. Y no solo eso: el anuncio vino acompañado de un tráiler con criaturas viscosas, neblina en cantidades industriales y un gameplay picante. Todo muy Silent Hill, pero con un giro: la historia se traslada al Japón de los años sesenta, y no pinta precisamente como un viaje turístico.
La protagonista se llama Hinako Shimizu, una adolescente marcada por el trauma, el rechazo y las presiones sociales. Clásico cóctel para un buen horror introspectivo. Pero claro, esto es Silent Hill, así que a todo eso le sumamos niebla espesa, simbología retorcida y un pueblo que parece haber sido absorbido por un hongo demoníaco. Literalmente.
La historia se desarrolla en Ebisugaoka, un lugar que parece tranquilo… hasta que la realidad empieza a derretirse como si fuera una flor envenenada. Y sí, hablamos de flores porque los elementos florales están por todos lados: enemigos, mutaciones y decorados que parecen salidos de un jardín botánico de pesadillas.
Decisiones, criaturas y el combate como último recurso
El tráiler mostrado durante el State of Play de PlayStation dejó ver algo más que ambientación: hay combate, aunque no al estilo de un shooter frenético. Acá las decisiones pesan, y más de una vez vamos a tener que elegir si pelear o escapar. Se mostró también parte del bestiario, con criaturas que parecen salidas de una mezcla entre David Cronenberg y un catálogo de botánica japonesa. Horrendas y bellas al mismo tiempo.
La comparación inevitable: ¿es este el renacer de Silent Hill?
Mientras Resident Evil coquetea con lo cinemático y Alan Wake II se abraza al thriller metaficcional, Konami opta por volver al terror de identidad, a lo subjetivo, extraño y profundamente simbólico. Y SILENT HILL f tiene algo que sus competidores no se animan a tocar: una sensibilidad cultural distinta, que mezcla horror corporal con lo espiritual. El regreso de Silent Hill no busca modernizar la franquicia con explosiones, sino reconectarla con sus raíces: atmósfera espesa, narrativa ambigua y criaturas que no solo dan miedo, sino analizar su significado. Si esto se mantiene hasta el final, podríamos estar ante el renacer más valiente de toda la saga. [i]