Bioshock 2: Rupture tiene goteras

Cómo extrañamos Rapture. Esa mágica ciudad subacuática detenida en el tiempo y destruida por el caos y la guerra civil que nos dejó hipnotizados, sedientos de otra visita.

Diez años han pasado en el juego. Ahora te pones en los zapatos talla grande de un Big Daddy, esos brutos y enormes monstruos con armaduras de buzo, en busca de su Little Sister perdida. Andrew Ryan, por obvias razones, ya no juega el maléfico papel de titiritero del desastre. Sofia Lamb ahora tira de las cuerdas, y como para poner las cosas un poco más picantes, también resulta ser la madre de nuestra Little Sister perdida.

Ya estamos aquí. De regreso en Rapture. De nuevo esa sensación de ahogo, de confinamiento. Si hay algo que a BioShock no se le puede negar es su capacidad para generar una terrorífica y oscura atmósfera, en un clima de tensión y suspenso que crispa los nervios del Big Daddy más temido del vecindario. Con eso sólo, este juego táctico de acción en primera persona ya se había ganado nuestros corazones cuando lo jugamos por primera vez, en 2007.

A grandes rasgos, esta secuela escatima en riesgos innecesarios y se aferra mucho a la aventura original, a la fórmula que ya conocemos. Y esto trae aparejado un lado positivo y otro negativo. Por un lado, si ya jugaste al primero, sabes de antemano que te encuentras frente a un gran exponente de los videojuegos que no te defraudará. Pero por el otro, BioShock 2 no sorprende tanto como lo hizo su predecesor. Ya no se siente lo mismo que sentimos cuando bajamos las escaleras y nos subimos a esa cápsula submarina por primera vez. La historia principal defrauda un poco también, y requiere de haber jugado al original para disfrutar de todo el contexto que la rodea. De todas maneras, hacia el final las cosas se ponen un poco más interesantes.

Se puede vislumbrar una gran mejora en lo que a acción y combate se refiere. Principalmente, ahora es posible usar las armas de fuego y los poderes conocidos como plasmids al mismo tiempo. Unos en la mano derecha y otros en la izquierda. Es un agregado fenomenal que mejora muchísimo la experiencia de combate, y suma mucho al repertorio táctico. Es necesario prestar atención en cada rincón y plantar defensas por todos lados, hackeando torretas o cámaras de seguridad, porque los splicers están más peligrosos que nunca. Y ni que hablar de las Big Sisters, de aspecto similar a los Big Daddies, aunque mucho más ágiles y letales.

Una parte importante de BioShock es el ADAM, una droga que las inocentes niñitas del juego se ocupan en recolectar. El ADAM es muy importante porque con él podemos inyectarnos nuevos poderes o mejorar otros. Claro que el ADAM no se encuentra muy fácil. Para encontrarlo es necesario toparse con una Little Sister y luego derrotar a su Big Daddy guardián. En ese momento el juego nos deja escoger entre adoptar a la niña huérfana, sentándola en el hombro para continuar con su tarea de recolección de la preciada droga, o deshacernos de ella cruelmente para absorber todo el ADAM que juntó. Estas decisiones morales luego terminan afectando el final de la historia.

Como frutilla del postre nos encontramos con un modo multijugador más que interesante. Se siente como el juego principal, aunque con un ritmo más frenético y caótico. Un tanto difícil de acostumbrarse. Lo bueno es que agrega condimentos a la historia de la ciudad submarina.

Volver a Rapture fue una experiencia increíble. Lástima que el impacto no haya sido el mismo. [i]

Editor: 2K Games
Desarrollador: 2K Marin
Género: Acción
Plataformas: PS3, X360, PC
ESRB: Mature
Lanzamiento: Febrero 9, 2010
Calificación: 8.9