Nos hicimos pedazos con el nuevo juego de Dedalord Games (¡y de paso sorteamos tres copias!)
En el App Store hay decenas de miles de fichines. Sólo unos pocos son bendecidos por esas explosiones de amor de la gente, como en caso de los pájaros mala onda, que ahora los vemos hasta en la sopa. Pero resulta que hay muchos fichines más que son excelentes. Y todos los que son excelentes, invariablemente tienen el poder de volverte adicto; uno se da cuenta después que, en vez de ir a hacer otra cosa, hay que hacer una partidita más. Y otra más. ¡Y otra, con tal!
Falling Fred es así. Aunque es un caso curioso de humor negro. Aceptada esa condición, uno no puede soltarlo así nomás. Es un juego de Dedalord Games, una pequeña empresa de la Ciudad de Buenos Aires, la misma de Psychoban y Psychoban HD.
El pobre Richardson L. Frederick -Fred para los amigos y la mayoría de los hospitales- tiene la mala costumbre de arrojarse al vacío para saber si puede volar. Entonces cae por un hueco a alta velocidad, pero va esquivando tuberías, sierras, cables, salientes, ventiladores de dos y tres aspas, pinchos… Como se pueden imaginar, no siempre puede esquivar los obstáculos en su vertiginosa caída, así que se hace pelota. No como Samus Aran, se hace pelota en serio. El objetivo es caer lo más lejos que se pueda, lo más entero que nos permita la habilidad. Una misión que roza lo imposible, entre otras cosas.
Para que Fred logre su objetivo, hay que mover el dispositivo de manera que el muchacho logre caer entre las trampas sin tocarlas. Si el pequeño cabezón se hace mucho daño (por ejemplo, ha perdido un par de brazos y está todo roto) aparece el piso justiciero para un “golpe de efecto” final. ¡También puede pasar que ni llegue a ver el final porque caiga de lleno en una saliente!
¡Fred no muere nunca, por suerte! Tras el porrazo, “The Vertical Times” da la noticia: cuantos metros ha caído, cuántas fracturas y amputaciones se hizo, y cuántos litros de sangre debió necesitar. Y claro, el costo de la cirugía. “Pensaba que descendemos de las aves”, cita a Fred el periódico, mostrando una foto del paciente internado y duro de yeso.
Falling Fred es bastante difícil. Por ejemplo, este cronista no logró caer más de 690 metros sin dejar pedazos de cráneo por todo el hueco. (Si hubiera podido formar la palabra F-R-E-D durante la caída, agarrando unos cubos que están dispersos al azar, hubiera durado más.) Y por eso es adictivo, uno quiere probar y probar. Como ven, es divertidísimo y súper gore. Si hubiera que criticarle algo, es una cosa sencilla de arreglar en un fix: después de golpear contra algo, o atravesar las sierras, Fred se pone más lento al caer. Esto dura uno o dos segundos, pero sería piola que siguiera precipitándose a toda velocidad. Más allá de eso, es un juego para tener y mostrar.
Falling Fred tiene un sistema de replay. Luego de cada partidita -duran unos minutos- el juego da la posibilidad de compartir la repetición con lo amigotes a través de Facebook y Twitter. Por ejemplo, aquí la caída de hoy sábado: [TIKI]
Pueden encontrar este fichín ya disponible en el App Store.
PARA GANAR UN PAR DE CAÍDAS
Micos con iPhone, iPod touch y iPad: manden mail a revista@irrompibles.com.ar y el miércoles 9 haremos un sorteo de tres códigos de descarga gratuitos de Falling Fred, gentileza de los micos de Dedalord Games. Mientras tanto, en la Revista podrán encontrar una notita sobre la empresa. [i]