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Diablo III: Probando la beta cerrada – Tercera sesión

 

En mi tercera sesión, decidí probar la Demon Hunter. Me hice una minita para parecerme a la tapa de [i] 01, comprobé lo fuerte que estaba y salí de aventuras.

Como saben, fui de los afortunados en recibir acceso a la beta cerrada de Diablo III, y de los malditos en burlarme de todos los que no. Eso me granjeó algunas enemistades y amenazas de muerte, definitivamente. Algunos llegaron incluso a pedirme betas como si yo fuera Blizzard. ¡Qué locura!

Bien, hasta ahora había probado el Witch Doctor y el Barbarian. Esta vez me tocó la Demon Hunter, y luego -si la beta sigue- me voy a dedicar al monje y al mago, probablemente en ese orden.

Lo primero fue conseguirme un poco de equipo “regalado” por mis otros personajes y luego una ballesta muy potente, como todas las armas de Diablo III, que al poco tiempo cambié por un arco fabricado por el herrero de Nueva Tristam. 

 

Lo interesante de esta sesión, además de probar los ataques devastadores de mi cazadora de demonios -que incluyen remolino de cuchillos y acrobacias varias- fue que probé los juegos “públicos”; es decir, aquellas partidas abiertas a cualquiera.

Nuevamente, ningún problema. Estuve una hora o algo así fichineando en compañía de personajes cambiantes, que iban y venían, se conectaban y desconectaban. Cualquiera puede entrar a la partida y se puede elegir a dónde teletransportarse entre los estandartes que aparecen en el centro del pueblo.

 

Lo nuevo fue eso y ver la combinación de poderes de los distintos personajes, que juntos provocan una mayor devastación. Diablo III se adapta a la cantidad de jugadores; cuando son varios, aparecen más monstruos y además muestran nuevas habilidades. Cuando alguno sale de la partida, aparece un mensaje advirtiendo que los enemigos “se han debilitado”, y de esa forma se mantiene un balance razonable.

Otra cosa a tener en cuenta es que los objetos que tiran los bichos al matarlos son al azar, pero también son diferentes para cada quien. En multiplayer, “los objetos que encuentres son tirados individualmente para cada jugador”, explica la interfaz, “De manera que si está en el piso, es para vos, y no puede ser visto por los demás. La única excepción es si un jugador tira un objeto al suelo, el cual entonces se volverá disponible para cualquiera a fin de facilitar el intercambio.”

 

Éramos cuatro cuando matamos al Rey Esqueleto. Fue rápido y mortífero el asunto. Creo que la dificultad normal es muy baja, aunque también hay que reconocer que la beta solamente tiene el primer capítulo, que suele ser más simple y fácil que los restantes.

 

Está bárbaro el tema de forjar armas, armaduras y objetos mágicos haciendo subir de nivel al herrero. Y equiparse con cosas mejores, viendo cambiar el aspecto del personaje, también mete mucha adicción. A eso habrá que sumarle la Auction House, cuando esté disponible. Muchas van a laburar fabricando cosas increíbles para vender. Voy a intentar no caer en la tentación… aunque cuando pasé aquel año enviciado con World of Warcraft, el 50% del juego me la pasé comerciando. Solía viajar a otro continente, comprar unos loros muy baratos, y venderlos en las ciudades de la Horda a precios exorbitantes. Sólo recordarlo me produce alegría.

 

En esencia, Diablo III va a ser un éxito. Creo que muy pocos se atreverían a ponerle un puntaje inferior a 9.0, cuando esté la versión final. 

 

 

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