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Creciendo con Apple.

 

Estoy impactado. Se va un ídolo. Solo duele. Es de no creer, como se siente que deja un vacío. Por ello quiero contarles mi historia con Apple

Siempre miré a Apple con la ñata contra el vidrio. Sus productos siempre fueron caros, y difíciles de justificar ante un padre de clase media que busca una buena razón para desembolsar semejante cantidad de dinero a un hijo para una pc. Siempre tuve atisbos, amagues, intentos, pero nunca me pude hacer de una mac, pero nunca les perdí el rastro.

El último año de mi carrera decidí que me iba a comprar una mac, para desarrollar para iOS (en ese momento era iPhoneOS). Destiné las poquitas horas que tenia en la UP como ayudante a la compra de mi nueva laptop. Una macbook pro. Todos los dias la veía en la pagina de Apple. Estaba empacado como una mula, mi cerebro me decía que era mucha plata para gastar en una laptop, pero no podia entender lo que me atraía. Finalmente terminé comprando mi macbook pro, y un iPod touch 2nd gen.

Ahí empezó todo. En mayo de 2010 hice login a la comunidad de developers oficiales de iOS, y entendí la grandeza de la filosofía de esta compañía. La documentación de las librerías para hacer Apps, los tutoriales, los videos, te retan a hacer tu aplicación cada día un poquito mejor. Entendí cada decisión y compromiso de diseño de esta arquitectura, y así empecé a cambiar la forma en la cual desarrollaba mis programas. Todos los Pros y contras del software se me fueron metiendo en la cabeza. Esa forma de mirar la realidad como un conjunto de detalles importantísimos, se fue colando  en mí. Cabe destacar que ya me consideraban critico y detallista. 

Esto realmente cambió mi forma de ser como profesional. Para quienes no conozcan o que hago, les cuento que no tengo jefes que miren mi proceso de desarrollo, sino que miran el producto terminado. Es decir, el pulgar sube o baja si el producto anda o no anda  (respectivamente), sin importar qué tan bueno es el código que está ahí dentro. 

Para quienes trabajamos solos, la peor trampa es perdonarse las chanchadas a uno mismo. Pues, cuando no hay nadie quien coloque la barra a la altura a la que hay que saltar, la debemos colocar nosotros mismos. Y ahí es donde uno se pregunta si la pone tan alta como quisiera saltar, o si la coloca a la altura que uno sabe que llega. 

Ahí es donde entra la filosofía de Apple en juego. Un entorno donde la inmediatez del camino corto, queda opacado por los buenos resultados del largo. El asunto de correr la linea de lo real a lo ideal, lo mas cerca que se pueda. Es aceptar el reto de poner la barra bien alto, porque por más que por priorizar el diseño de nuestro software, los problemas sean grandes, y los dolores de cabeza ídem, son dolores que no van a tener las personas que usen nuestro producto, son placeres en vez de puteadas, son sonrisas en lugar de decepciones. 

Gracias a Apple pude cerrar muchos conceptos que ya venía masticando. Entendí que lo importante son las personas que usan nuestro producto y no el producto en sí. Entendí que por mas que sea la lista del supermercado, un juego de cartas, un tatetí, una app para anotar su peso, o quizás algo aún más trivial como hacer el sonido de un pedo (fart apps); es importante para la persona que esta lo está usando. Y solo por eso no hay justificativo para un cuelgue, una pantalla azul o un cuadro en colores que titilan con un mensaje poco amistoso. 

Entendí que las personas usan la tecnología para solucionar sus problemas cotidianos y que por eso es tan importante que it just works. (que sólo funcione)

 

Gracias, Steve Jobs. QEPD.

Atte: AppsCrafter.

http://www.appscrafter.com

Twitter: @AppsCrafter

 

 

 

 

 

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