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Battlefleet Gothic: Armada II [REVIEW]

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La gran cruzada futurista

El universo es gigantesco, incluso podría llegar a ser infinito. Y cuando la humanidad llegó al epítome de su evolución y se expandió por múltiples rincones de cientos de galaxias, descubrió que hay mucho más de lo que jamás hubiera imaginado. Los demonios son reales, están en un plano de existencia al que se debe acceder para viajar a estrellas lejanas. Una nueva amenaza se irgue sobre el Emperador Dios y la humanidad.

A esta altura de la vida todos sabemos —o deberíamos saber— a qué nos referimos cuando hablamos de Warhammer 40.000. Y si no lo sabemos, pues que vergüenza. En fin, para ponernos un poco en tema, esta etapa de Warhammer implica que estamos en el futuro, 40000 años desde el presente actual. La tecnología para viajar entre estrellas y planetas distantes ha sido descubierta y la humanidad conquistó una gran cantidad de sectores en el universo.

Pero no todo es maravilloso. La tecnología para viajar entre puntos distantes implica abrir portales a un plano de existencia terrorífico donde habitan los demonios. Y los demonios quieren subyugarnos. Así que en cuanto tienen la oportunidad, inician una feroz cruzada contra nuestro querido Emperador Dios y somos nosotros quienes debemos ponernos al mando de las poderosas naves-catedrales para mantener a raya las múltiples amenazas que nos acechan.

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Algo de historia… pero no mucho

Dicho esto, podemos remitirnos al análisis de Battlefleet Gothic: Armada I. Todo lo genial que era ese título, está multiplicado por dos en esta nueva entrega. En esta secuela hay tres campañas, empezando por la del Imperio Humano, siguiendo la de los Necrons y terminando con los Tyranidos, aunque no debemos respetar ese orden para jugar. A fin de no arruinar un gran guión y una historia más que entretenida, llena de intrigantes momentos, solo diremos que la aventura comienza con una nueva invasión demoníaca y, aparentemente, el objetivo es controlar unos pilares de energía que abren un portal al plano infernal. El resto lo dejamos en sus manos, ya que controlar las increíbles naves de las diferentes facciones es tan entretenido como ir descubriendo la historia.

El futuro es ahora

Lo más importante de Battlefleet Gothic: Armada II es el diseño de las impresionantes naves-catedrales que son características en este universo. El detalle es tan asombroso que nos quedamos largos ratos sin avanzar en una misión, tan sólo para ver la infinidad de elementos que hay en cada uno de estos poderosos leviatanes espaciales. A todo esto, todavía no llegamos al punto en que la humanidad tiene increíbles batallas espaciales al mejor estilo Star Wars o Star Trek, pero los muchachos de Tindalos Interactive se encargaron de que los combates parezcan basados en una realidad inexistente.

Sin embargo, el detalle de los escenarios no se queda atrás. El universo se ve increíblemente hermoso y nos deja sin aliento. Campos de asteroides o nubes de gas que permiten camuflar nuestras unidades. Toda la parte visual está tan bien lograda que no deja lugar a ninguna queja. Todo esto rematado con unas lindas cinemáticas animadas al estilo dibujo híper realista, que nos cuentan los puntos importantes de la historia.

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Mecánicas y progresión

Para triunfar debemos controlar a la perfección las unidades disponibles, ya que, si perdemos nuestra nave insignia, todo estará acabado. Dependiendo de los tipos de navíos que tenemos a disposición, tenemos a nuestro alcance diferentes habilidades. Ráfagas de torpedos que deben ser calculadas para que impacten contra la nave enemiga en el momento justo, maniobras de abordaje para mermar la moral de los rivales, lanzamiento de escuadrones caza para atraer el fuego hostil y muchas más.

Todas las unidades cuentan con escudos que se regeneran después de unos segundos, es necesario saber cómo concentrar el ataque, cómo posicionar las naves ya que, según el ángulo, son diferentes las armas que se pueden disparar. Las maniobras de movimiento son igual de fundamentales: acelerar, dar un giro rápido o poner los motores en reversa para evitar una trampa. Una vez que gastamos los puntos de energía, debemos aguardar para poder volver a realizar movimientos especiales. El nivel de estrategia requerido es alto y más aún en niveles de dificultad elevados, ideal para quienes gusten de un reto.

Entre misiones, entramos al mapa de sistemas. Aquí seleccionamos cuál es nuestro próximo objetivo, qué naves son las que irán a la siguiente batalla y quienes se quedan a proteger el sector ganado. La estrategia y la visión en los turnos entre misiones es tan importante como los combates en tiempo real.

No podemos terminar sin mencionar el apartado multijugador que trae increíbles batallas contra otros jugadores, donde nos pondrán a prueba a todo momento. Lo mejor de todo es que en este modo tenemos disponibles las 12 facciones del juego de tablero original. Hay cientos de opciones a la hora de personalizar nuestras flotas y como combatir a nuestros rivales. Una experiencia única sin duda alguna.

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Conclusión

La nueva entrega de Battlefleet Gothic Armada hace honor a su predecesor, superándolo con creces, mejorando y haciéndonos sentir mejor que nunca dentro del universo de Warhammer 40.000. Una compra obligada para los fanáticos de la saga y una pieza indispensable para los amantes de los RTS. No se pierdan la oportunidad de viajar por el cosmos al mando de las naves más impresionantes que han sido concebidas por la imaginación humana. Es una llamada al heroísmo. ¿Aceptan los cargos? [i]

DESARROLLADO POR: Tindalos Interactive
DISTRIBUIDO POR: Focus Home Interactive
GÉNERO: Estrategia
PLATAFORMAS: Windows

CALIFICACIÓN

95%

QUÉ ONDA: Otro brillante juego de estrategia de Warhammer 40.000. Lleno de opciones, efectos y combates increíbles. Con un nivel de detalle que deja sin aliento.
LO BUENO: El detalle de las naves-catedral, los escenarios. Los combates, el multijugador, la historia, todo.
LO MALO: Tener que esperar a que salga el Battlfleet Gothic: Armada III.

Este análisis fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

 

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