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Irrompibles vs. Battlefield 1942

IRROMPIBLES VS. BATTLEFIELD 1942
WARNING! CONNECTION PROBLEM!… KIPING!. AL IRROMPIBLE POR CABEZON, NO LE ENTRA EL CASCO.

Pomada hemorroidal, eso fue lo que me recetó Rolo una y otra vez desde Guatemala para mitigar el dolor que me producirían sus balas. Vaselina líquida fue lo que le dije que le convenía usar para no sentir mi bayoneta en su trasero. Inodorelli le gritaba a Pierru ¡cabezón culero! y éste lo amenazaba con tirarle pelotitas de tenis desde su bunker. ¿Qué? Pelotitas de tenis? ¡¡¡Qué gay por Dios!!!

El monólogo del cucú parlante

 

Si hay algo que le gusta a Rolo es hablar, agrandarse y mentir. Y si hay algo que no le gusta es perder. Aquel monigote pelilargo se sentía un dios Guatemalteco, uno de esos bañados en oro que hay en los templos. Esa maldita rata se creía el salvador de la humanidad, el héroe de la guerra, ese Mel Gibson que pelea solo contra un ejército y solo se raspa la mejilla… bueno en su caso el ano. Si el teclado de esa cucaracha hablara contaría la cantidad de mentiras que su dueño le obliga a decir por día. Hay gente que se siente el ombligo del mundo… bueno amigos, Rolo es la nariz del mundo y como siga mintiendo así, ya no vamos a caber en él. Rolo eres Pinochet, una extraña mezcla de un muñeco mentiroso de madera y nariz grande con un dictador sudaca. Uno de esos que mandan al frente a sus compañeros mientras se quedan en la tienda comiendo latas de paté con vino.
Durante un mes tuve que soportar su parlanchinería. El maldito perico me torturaba una y otra vez vía MSN. Tanto molestaron él y el culero de Inodorelli que accedí. Por supuesto, Pierru se puso de mi lado, diciendo que siempre es bueno jugar contra Inodorelli para recordarle sus derrotas en el tenis. Pierru y yo no podíamos perder. Eramos 2 apolíneos soldados contra 2 p***s de exportación.
Inodorelli pedía a gritos castigar a Pierru con sus balas en el Battlefield, y por supuesto la idea nos pareció tan simpática que accedimos, y por supuesto como ratas ventajeras que somos, elegimos como anfitrión de nuestro festín el servidor de 3dgames. Pero por supuesto, como esta vez me tocaba ser el cronista… llevaría el peso más grande sobre mis espaldas: sacar las fotos. Yo sería el estúpido que expondría el cuerpo a las balas, solo por tomar el primer plano de algún soldado. Yo sería Nicolás Kasanzew (si manga de incultos históricos, nuestro cronista de la guerra de Malvinas).


“Dia de Furia” protagonizada por Moki Douglas

 

Un poroto de soja era a mi lado, el actor americano personificando al desquiciado oficinista. ¡Qué ganas de golpear el teclado (no no no no y no, un teclado ya no cuesta $20), que ganas de revolear el mouse (nooo, el mouse óptico de Microsoft está incomprable), que ganas de golpear el monitor (nooo un 17 pulgadas cuesta como $800 mangos)!, pero no lo hice. Tanto me contuve, que casi ensucio mis viejos calzoncillos de toallita. Una hora intentando entrar al servidor de 3dgames para balear Irrompibles. Una hora monitoreando desde su pagina web la cantidad de jugadores y comprobando con “ourror” que ya estaban los 20 jugadores reglamentarios y nadie pensaba irse. Peor aún viendo que Rolo y Pierru ya estaban dentro, e Inodorelli estaba entrando. Hasta el monigote de Mamucha (un pariente de Pierru) estaba dentro, y yo seguía luchando, pero esta vez sin tiki-tiki.
Sí, el horror se había hecho presente: una de las peores cosas del Battlefield es que el server esté lleno. Se pierde muchísimo tiempo entre cada intento. En las mismas condiciones estaba también “fh3r7” (no es un password, es un amigote guatemalteco de Rolo). Ambos teníamos el mismo problema, el síndrome del “Full Server” con un cuadro gravísimo de furia creciente.
Fue entonces cuando un milagro ocurrió y me encontré en medio de una base aliada. Ahora si, estaba listo para ser Kazanzew.

¡Bang! ¡Bang! ¡Oh no, mi flash está descargado!

 

Hacía calor. Los dedos de mi soldado transpiraban la empuñadura de la ametralladora. El viento le pegaba en la cara y el polvo de la tierra desértica se la lijaba. Mi uniforme era el de Aliado, al igual que el de Pierru, y por supuesto Rolo era Axis.
Poco había jugado en multiplayer el Battlefiled; tan poco que no reconocí por el nombre el nivel que estábamos jugando. Tampoco me preocupé por eso.
El equipo aliado ya estaba perdiendo cuando entré. La desventaja era atroz, el enemigo además de bien organizado nos superaba en número, como si eso no bastara, yo tenía que ocuparme de sacar las putas fotos. Pero ese era mi deber de Irrompible y tenía que cumplirlo… y si de paso cepillaba a Rolo del camino, jejeje, mucho mejor.
No pude evitar arrancar con ametralladora en mano, en busca de la primera muerte… en busca de Rolo. Buscándole vi un tanque que sacudía plomo, esparciendo su caca asesina sobre mis compañeros y tras la ametralladora, la rata de Inodorelli. No pude evitarlo y fui corriendo hacia él como William Wallace y su tropa de rabiosos escoceses medievales. Pero yo estaba solo y no estaba armado para la ocasión. Solo un cañonazo del piloto del tanque fue suficiente para dejarme sin vida y con el ano apuntando al claro cielo.
Por Dios ¡cuanto broncor me dio eso! Que ganas de defecarme en el maldito piloto del tanque y más aun en la rata de Inodorelli. En el escalafón de cucarachas, le había robado el podio a Rolo en una fracción de segundo.
Para el round siguiente, cargué con un pesado bazooka y elegí reaparecer en la base más cercana a donde le viera por última vez. Crucé un riacho a nado y cuando salí a la superficie, una bala certera acabó con la vida de mi harapiento soldadillo. Cuentan las largas lenguas que fuera Rolo el que me matara por la espalda en esa oportunidad… pero no hay pruebas de dicho episodio.
Harto de no llegar hasta una de estas alimañas, y aún con el deber a cuestas de documentar fotográficamente el episodio, decidí entretenerme un ratico más. Me monté en una artillería antiaérea y empecé a sacudir a los aviones enemigos. Sus bombas silbaban pero parecían inofensivas frente a mis balas asesinas, y 5 de ellos fueron a pique antes de alcanzarme. ¡Cuánto “picamor” (es cuando algo tiene picor y amor a la vez) por Dios!
Cansado de cargarme a los peteretes alados, volví a la carga en busca de algún Irrompible enemigo. Subí a un tanque y cuando arrancaba veo que alguien me grita: “¡esperá miko!”. Era Pierru que me corría como una vieja al afilador. Lo dejé subir y juntos fuimos a buscar a esas cucarachas. Esquivamos con pericia las bombas de los aviones alemanes, y los bazukores de la infantería. Pierru se aseguró con la ametralladora de que el camino estuviera limpio y fue entonces cuando sucedió. Tras un montículo de arena, apareció un tanque y corriendo a su lado… ¡Inodorelli!, zapateando como una delicada doncella que evita mojarse la falda con el agua (Inodorelli eres una niña ¡y lo sabeees!). Pierru empezó a dispararle y yo me ocupe del tanque, y con emoción descubrí que su piloto era Rolo. Tan certera fue nuestra puntería, que ninguno de los dos erró un tiro. Ambos volamos por el aire, pero como yo había disparado primero su tanque explotó antes. Me inmolé para destruir a ese monigote pelilargo y generaciones me recordarán como “Greit Moki” aquel que salvara la vida de
tantos con su estúpida tanqueta y su aguerrido artillero Pierru. Inodorelli se refirió a este incidente diciendo: “Pierru sin su tanque es como un hombre sin p**e. Rolo y yo en un tanque juntos. Nos hicieron volar por el aire. Una muerte romántica”. Rolo dijo: “Maldito Moki, quiero que se sepa la verdad de esto”. Bueno pekenio, la verdad es de quien la escribe, yo te maté con mi tanque y de frente, tu con tu ametralladora y por la espalda. Bueno, ya estaba bien, ahora si tenía que hacer lo que había venido a hacer… documentar esta batalla fotográficamente. Era hora de ponerme el casco de Kasanzew.

 

La dura labor del cronista de gue…¡kiping!

 

Lo peor de tratar de sacar las fotos para la nota, es la pésima performance en el puntaje, por la arriesgada exposición. Por intentar conseguir las mejores fotos, o un buen primer plano fui abono para plantas en varias oportunidades. En vano trataba de controlar a una turba que disparaba a todo lo que se movía. Peor aún, había que controlar hasta a los mismísimos compañeros de equipo, ya que el servidor de 3dgames estaba configurado para que las balas de nuestros compañeros hicieran daño. Hasta la ratita de Pierru confesó que me había matado cuando me atravesé en su línea de fuego intentando tomar una instantánea de Rolo volando por el aire, víctima del cañonazo de un tanque aliado. Tantas veces morí que en el cielo de los soldados decían: “¿Otra vez vos?” Al final me pegaron un pase plástico en la frente, de esos que le pegan a los parabrisas para pasar los peajes de la autopista Panamericana. Pero conseguí buenas fotos. Y mi obra maestra estaba por venir.
Empecé a pedir que por favor no dispararan y fueran al centro de Tobruk para tomar una foto todos. Una tarea titánica teniendo en cuenta que el servidor estaba lleno de gente ávida de sangre. Si no fuera por el valiente de Clint (gracias man) todavía estaría pidiéndolo. Una extraña tregua tomó lugar, y todos fueron a reunirse al centro, formando un cuadro tan extraño y surrealista que necesitaba ser fotografiado. Todos gritaban: “¡ehhh pa’ foto!” y saltaban desorbitados pero sin disparar. Rápido y nervioso saqué 4 fotos y cuando gritaba “listo, gracias” cayó una lluvia de granadas en medio del gentío. Nunca nadie sabrá quien fue el responsable… lo que no se es que hacía esta espoleta enganchada en mi dedo, jejeje.
Esa es la historia del Irrompible, poco habilidoso, ratero y oportunista… como Rolo, bah.

 

 

Por Sebastián “Moki” Di Nardo
Diciembre 2002

 

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