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[REVIEW] Outlast: Muriendo de miedo


Porque todos queremos estar solos en un asilo abandonado.
 

Eso de ser “independiente” ya se volvió solo una cuestión de actitud. Red Barrels desarrolla este increíble juego utilizando el motor Unreal Engine 3 y logra una experiencia que no tiene nada que envidiarle a otros grandes.

La historia, aunque predecible, hace recordar a muchos relatos de Lovecraft. Y un punto fuerte en común para este FPS, es que encarnamos a un periodista que está tras la pista de una carta que le enviaron. No somos ni marines, ni soldados, ni héroes del futuro, sino un simple periodista con un buen estado físico que puede correr, empujar o esconderse para no ser atrapado. Mount Massive es un hospital psiquiátrico alejado de todo el mundo, que recuerda al Arkham Asylum. Este survival horror en primera persona propone contar una historia desde la tensión que transmite y no por su propio gameplay. Sin embargo, el hecho de que no tengamos armas y tengamos que valernos de nuestras preciadas piernas para correr y escapar, le dan un toque terrorífico mucho más grande, que logra superar a cualquier otro juego AAA que recuerde.

Para crear esta tensión de la que tanto depende, Outlast nos impulsa a filmar todo el material que vayamos encontrando y nos parezca relevante, a modo de prueba. Para esto, contamos con una cámara digital de mano que tiene la función de nightshot bien afilada. La oscuridad es total en muchos de los pasillos y habitaciones del lugar, no podemos ver nada de nada y ese es el momento en el que debemos activar el modo nocturno, que básicamente nos va a permitir ver en la oscuridad, cosa que muchas veces preferimos no hacer, ya que la gente de Red Barrels se aprovecha de estos momentos y es cuando intenta generar los peores sustos que tiene el juego.

De todas formas, este modo de visión nocturna no es infinito, para poder seguir usándolo, necesitamos pilas. Y claro, muchos se preguntarán: “¿Qué? ¿Hay pilas sueltas por todos los rincones de este hospital?”. Y la respuesta es: Sí, muchachos. ¿Qué pretenden? Es un juego de terror, bastante realista y cinematográfico, pero no deja de ser un juego.

El terror que propone Outlast está presente desde el primer segundo, no solo por el ambiente creado a nivel visual, sino por su genial banda sonora y todos los sonidos que componen al juego. Los primeros diez o quince minutos del juego, donde no ocurre nada, uno se aferra al mouse y hunde los dedos en el teclado porque la está pasando mal. Todo el lugar vacío, los pocos guardias muertos, un silencio completamente incomodo, sangre por todos lados, oscuridad y luces tenues que sólo se acentúan por algún que otro foco en corto. Jugar Outlast requiere una tranquilidad mental para poder jugarlo sin dejarlo, ya que en los momentos donde el juego te quiere asustar, lo logra y con creces.

Esta claro, entonces, que el fuerte de Outlast es su desarrollo visual, creativo y conceptual. La historia es un poco floja, predecible, pero no es donde quiere hacer hincapié: los creadores del juego querían regalar una experiencia de terror que uno la sienta bien dentro de la piel, de esas donde uno puede experimentar en carne propia lo que está viviendo el protagonista. Y dadas estas condiciones, no es necesario aclarar que para disfrutarlo 100%, deberemos tener todas las luces apagar de la habitación y estar usando auriculares.

El mote de “independiente” es solo una formalidad. Los fundadores de Red Barrels son Philippe Morin, David Chateauneuf y Hugo Dallaire. Sus nombres aparecen en juegos de la talla de Prince of Persia: Sands of Time, Assassin’s Creed, Uncharted, Splinter Cell: Conviction y Army of Two. Con toda esa experiencia junta, lograron que Outlast no sea un simple FPS con caminos marcados y sustos mediocres. El poder de decisión que tenemos por sobre nuestras acciones es total, y la mayoría de las veces, mortal. Salvo en las rutas de escape, donde la dinámica del juego enloquece y perderse en los túneles se hace difícil porque los caminos están bien señalados, en el resto del juego la exploración es libre y completa, lo que permite un gameplay mucho más variado y extenso.

Por eso, Outlast termina siendo un juego que no pretende darnos descanso. En todo momento vamos a tener que estar investigando y cuidando nuestras espaldas, atentos a cualquier ruido y a cualquier movimiento. A modo de notas, digno de los mejores survival horror, vamos a ir conociendo la historia y a muchos personajes, si es que nos queremos tomar el tiempo en leerlas. No todo lo que vemos en nuestro camino es una amenaza, pero si nos deja con los ojos abiertos porque sabemos que algo quiere decir. El juego consume al usuario desde un gameplay fácil, unos controles clásicos, y un proceso de investigación al que ya estamos acostumbrados. No innova a nivel experiencia, pero si a nivel sentimientos. Nos pone en situaciones extremas constantemente y hace saltar a nuestro corazón si piedad alguna. [i]

DESARROLLADO: Red Barrels
DISTRIBUIDO: Red Barrels
GÉNERO: Survival Horror
PLATAFORMA: PC


CALIFICACIÓN
95%

QUE ONDA: Uno de los mejores juegos de terror que probé desde hace mucho tiempo.
LO BUENO: Gráficos, sonido, gameplay, historia, narración, dinámica, diseños, clima, tensión, etc.
LO MALO: Siendo bastante exquisito, se hace un poco corto cuando realmente nos metemos de lleno.

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