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[REVIEW] Hatoful Boyfriend: Yo me quiero casar (con una paloma), ¿y usted?


Vení que te arrastro el ala.
 

“Levantate una paloma decían.” “Es solo un juego de citas, decían.” Qué me iba a imaginar que, detrás de un inocente juego con presupuesto inexistente y una de las premisas más ridículas, se escondía una triste y delirante historia de asesinatos e intrigas políticas, nobles y bastardos, espías y científicos locos.

Creo que estoy ante el juego más extraño que me ha tocado completar. Y lo dice un tipo que se pasó el Yume Nikki (o, por poner otro ejemplo, el moderno The Stanley Parable).

Si me hubiesen dicho, hace mucho tiempo atrás, que en mis años mozos terminaría jugando una novela visual en el que el objetivo es encarnar a una humana y buscar un novio entre un grupo de palomas masculinas humanizadas, no habría elegido el bachillerato de Ciencias Naturales, y en su lugar, me hubiese inclinado por el de Económicas. Hubiese dedicado mi vida a los números y estaría demasiado ocupado “para los jueguitos”. Pero acá estoy, escribiendo una review para la que me ofrecí porque soy amante de las premisas bizarras. Aun así, no estaba ni un poco preparado para lo que me iba a encontrar.

Durante toda la semana pasada, en el marco de esta experiencia, asumí el rol de una joven estudiante que es aceptada en un instituto de primer nivel, en el que sólo se admiten aves. En este universo, las aves han adquirido una inteligencia superior y se comportan en formas bastante humanizadas. Nuestra protagonista, a través de decisiones y opciones de diálogo, tomará determinados caminos distintos, cada uno llevándola a una relación amorosa con un palomo diferente.

O a la muerte.

Así es. Si no interactuamos demasiado con ninguno de los animales, si no establecemos un verdadero vínculo con un alumno, con el profesor, con el doctor o al menos con el chico raro de la biblioteca, nos volveremos prescindibles para un cierto grupo de gente (o de pájaros) que no verá mejor opción que eliminarnos. Así, de cuajo.

Ese no es el único factor siniestro de la historia. La protagonista duerme en una cueva. Durante una de las caminatas matinales, la chica se pasea por el templo, la colina, la ciudad destruida… todos escenarios desolados. ¿Pero qué pasa en esta historia? La música pedorra y cursi, los diálogos melosos y la ingenuidad que cubre a todo el producto no son suficientes para disimular el trasfondo tremebundo que yace en los detalles más recónditos de la aventura.

Quería llegar al fondo de la cuestión, saber qué pasó con el resto de los humanos, por qué las aves se volvieron inteligentes, qué cazzo significan esos extraños documentos que desbloqueé, y qué oculta ese macabro doctor que mantiene conversaciones codificadas con el resto de los personajes. Poco sabía yo que estaba a punto de obtener la respuesta.

Luego de haber desbloqueado varios de los finales posibles – tras seducir con éxito a medio palomar- inicié un nuevo juego, con la esperanza de robar el corazón de un curioso personaje al que había fallado en conquistar en un intento anterior –y por tanto, me cortaron el pescuezo-. Allí había una nueva opción: “¿Quiere comenzar el juego normalmente, o quiere cumplir una vieja promesa?”. Hasta ahora el calibre de las opciones era, por ejemplo, si quería unirme al consejo de estudiantes, o al staff de la enfermería. Si quería estudiar matemáticas, o prefería ir a nadar. Si quería buscar un trabajo temporal, o quedarme en casa durmiendo. Lo único que realmente cambiaba de esta historia plagada de cursilerías era el candidato a novio. Pero esta opción era mucho más importante, podía sentirlo: ¿La pastilla azul, o la pastilla roja? No lo dudé, y me dispuse a completar la promesa. Con la excepción de unos misteriosos nuevos diálogos, el juego prosiguió normal, al menos durante algunas escenas. Hasta que algo horrendo ocurrió…

Lo que sigue es una historia de suspenso, de crímenes, traiciones y mucho, muuuucho texto por leer. Porque resultó que sólo había explorado la superficie de todo. A continuación, todas las decisiones mundanas que tomé dejaron de tener importancia, y ya más como lector (porque realmente, en una novela visual no somos tan jugadores) me tocó sumergirme en una trama compleja, plagada de lugares comunes pero combinados con sabiduría. Todos esos personajes, que en una primera instancia parecían tan superficiales, y que en una segunda instancia –al seducirlos- parecían ganar una profundidad inesperada, aquí obtenían una tercera instancia de desarrollo. Si a esta altura Hatoful Boyfriend logra que te encariñes con sus personajes, entonces no vas a huir despavorido ante el exceso de información y constante giro de eventos que esta mitad oculta del juego pone sobre la mesa. Pero sí el chiste-trampa de la premisa no fue suficiente gancho y te cansaste de leer a los diez minutos, entonces Hatoful Boyfriend no es para vos. Comprenderlo y disfrutarlo, salir de la zona de confort y animarse a jugarlo, requiere de un cerebro más desarrollado que el de una paloma.

PD: Leer al ritmo de Ignacio Copani, y todos juntos a la uan, a la chu, a la uan chu fri va: “Cuantas palomas que tengo, cuantas palooomas que tengo, cuantas palomaaas que tengooo…”. [i]

DESARROLLADO: Mediatonic
DISTRIBUIDO: Devolver Digital
GENERO: Novela Visual
PLATAFORMA: PC, Mac, Linux


CALIFICACIÓN
72%

QUÉ ONDA: En apariencia, un simulador de citas con aves en lugar de personas. Por detrás, una novela visual cargada de todos los clichés del género, reciclados con éxito. Por ahora, sólo disponible en inglés.
LO BUENO: Personajes entrañables, historia atractiva, humor y horror en un mismo paquete, se atreve al delirio.
LO MALO: Interfaz eficaz pero pobre, la segunda mitad tiene demasiado texto y poca interacción, la reedición en HD añade pocas novedades.

UNA SAGA QUE LEVANTA VUELO

Hatoful Boyfriend fue creado en el 2011 como una broma para el April’s Fool Day, pero se convirtió en un éxito, y luego de un par de versiones, decidieron lanzar la versión definitiva “en HD” que es la que estamos reseñando. Su creador es una mangaka que ama contar historias más que hacer juegos, y se nota. La franquicia ya cuenta con un libro, un web-comic, interpretaciones radiales, drama CDs e incluso una serie web. Ah, y una secuela. ¡Coo-coo!

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