No, por supuesto que no tiene que ser fácil pibe. Me refiero a la vida, obviamente. Sí, ya sé, es un mal momento y todo eso, a mí también me pasó que en una semana vi a dos de mis exs más feliz que yo, perdí los archivos de word de un trabajo super-ultra-sayajin-nivel-cuatro-importante, mi billetera desapareció en el triángulo de las Bermudas, se me rompió la cuarta cuerda de la guitarra criolla, no había más que vodka Peters en la barra, y encima Funes Mori, Arjona y Cristian Castro no tuvieron la decencia de morir. Pasa, la vida es así. Qué? Te creías que la vida era eso de “Nacer, crecer, reproducirse, morir”? O esa de “Escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo”? TE EQUIVOCASTE DE JUEGO JODIDO-DENSO-MAL LOCURA. Acá es todo un poco mucho más que eso. En primer lugar, cualquier gil con cinco minutos y un par de tragos encima tiene un hijo, Justin Bieber tiene escritos dos libros y bueno, plantar hay que plantar, pero algunas cosas todavía son ilegales, así que tampoco es para hacerse de ilusiones. No. La vida es mucho más que eso. En el interín que separa nuestro primer llanto en el mundo y el de la gente que nos rodea cuando nos vamos de él, suceden un par de cosas. Cantamos, nos emborrachamos, nos hacemos imprescindibles para gente que luego termina siendo prescindible. Juramos que nunca más lo volveríamos a hacer -volver con algún ex, dejar las cosas para último momento, salir sin campera un día nublado- e inevitablemente lo volveremos a hacer, una, dos y tres veces más también. Mentiremos y nos mentirán, daremos felicidad, alegrías, prestaremos libros que jamás nos devolverán. Compraremos CD’s, vinilos, bajaremos discos. Coquetearemos con la ilegalidad, nos inventaremos reglas para tratar de ponerle orden al azar que signa nuestras existencias o seguiremos otras creadas por quién sabe quién hace quién sabe cuánto para quién sabe qué propósitos (HOLA RELIGIÓN). Leeremos libros buenos, y otros que nos hacen pensar que, pucha para qué habrá nacido este desgraciado, y pobre del gil que plantó el árbol que tuvo este cruel destino (HOLA LIBROS DE PAULO COHELO). Haremos llamadas desesperadas a las cuatro de la mañana, otras a las tres de la tarde, otras llamadas esperaremos desesperadamente… pero nunca vendrán. Tuiteremos, tendremos cuentas de Facebook, compartiremos una imagen de una frase que nunca tendremos la seguridad si la dijo el tipo o no, pero por si las dudas se la atribuiremos a Bob Marley o a Einsten que esos siempre dicen cosas lindas en las frases sociales. Seremos el “te quiero como amigo” de alguien, y sí, nosotros te-querearemos-como-amigo a algún/a otro/a. Pensaremos en A, que está de novio con B, que sigue luchando con su ruptura con C, que está en secreto enamorado de D que nos stalkea de lo lindo por las noches, sobre todo cuando vuelve temprano de algún boliche/local, sin haber conseguido nada de acción allí y se sienta frente a la computadora a pensar en su soledad mientras revisa tus fotos de perfil. Escucharemos, con algo de suerte, alguna canción de Spinetta, de Hendrix, de Mingus, Coltrane, Radiohead, o Nick Drake o cualquiera de esos seres tan maravillosos que pueden cambiar el curso de una existencia de otra manera destinada a sentirse mal porque murió ese tipito de Glee de sobredosis y pucha, ahora cualquier gil se muere de sobredosis de drogas, ya no hay respeto por nada che. Escribiremos cartas, en papel, en PC, en sueños, en estado etílico, en teclados de celulares, en las esquinas de nuestros pensamientos, que sobresalen como incitándonos a plasmar esas sensaciones, esas palabras que a veces nos cuestan tanto (Mandar o no esas cartas, eso ya dependerá de uno). Habrán dudas, cuestionamientos, apologías, excusas, irreverencias, alardes, amigos, enemigos, aliados, decisiones, congestionamientos, resfríos, intrigas, amores de segunda mano, besos de tercera base, ilusiones de cuarta, noches de quinta a fondo también. Habrán silencios, que anteceden al mayor de todos que es el fin, la muerte, esa que nos espera, nos toca el hombro -Esa que hace ya más de un año se llevó a un hermano mío-
No, locura, la vida no es fácil, pero se sobre entiende que no tiene que ser así. Para fácil están los videojuegos, las mujeres con poca autoestima, los hombres en general y darle like a una foto en contra de la discriminación/el hambre/la extinción del elefante boliviano/cualquier otra pavada con la cual uno no quiere involucrarse de otra manera que no sea por encima, para la chacota, sin pasión ni nada por el estilo que le de algo de fuego a la vida.
No, locura, la vida es difícil, y así tiene que ser. Y no, no le busques el significado. No lo vas a encontrar nunca. Pero no te preocupes, tampoco sé la composición exacta del vodka… y la paso bárbaro eh.