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Capitulo 1…

Prólogo – Niña

“Se ve casi como la leche”

La cara de Laura se estiró formando una sonrisa. Empezó a reir mientras que su brillante dentadura blanca se asomaba detrás de sus pequeños labios. La ciudad estaba envuelta en una niebla gruesa que empañaba todo en blancura, como si ella estuviese en una tierra mágica. A veces a Laura le gustaba pensar que algun dios de cerebro dañado había volcado su taza sin querer y derramado su leche matutina por todo el lugar. La misteriosa atmósfera podría ser un signo de que allí hubiese hadas o algo mas ocultandose en algun lugar. El pensamiento hizo que el corazón de Laura tiemble de excitación. Aunque usualmente de manera precoz, la niña de 8 años de edad comenzaba a dar brincos y saltar, con su falda flotando tras ella. Lenta y suavemente, la niebla fluía y flotaba en el aire.

 “Vamos, apresurate! Te voy a dejar atrás!” Laura gritaba una y otra vez, llamando a su amigo despreocupado.

 Ella y su compañero estaban allí porque se encontraban en un viaje para encontrar a sus amigos. Solo que él era gordo y cabezadura. A veces lo único que hacia era deprimirse y siempre parecia estar ofendido. Pero a Laura no le importaba mucho. Más importante, ella quería ver a esa persona otra vez y pronto, la persona que le dio esa carta.

 Capitulo 1 – La ciudad de las señales

 

Al otro lado de las sucias nubes estaba la visión de él mismo. Reflejado en el espejo estaba su propia cara, dura y rígida como si fuese la cara de un cadáver. “En realidad, supongo que estoy muerto.” James Sunderland pensó. “Mi corazón está igual que muerto de todas formas.” El no sentía estar lleno de una sensación de vacío, él en realidad sentía que ya no valía la pena seguir viviendo. Se había vuelto indiferente. Trabajo, tiempo libre, ya nada de eso importaba. Ni el fuerte olor a amoníaco que permeabilizaba el asqueroso y pequeño cuarto podía captar la atención de James. Los sucios urinales rellenos de una sustancia casi gelatinosa, el húmedo y pegajoso piso que mojaba la suela de sus zapatos casi hasta sus pies, nada de eso lo hacía demostrar un mínimo de emoción. Más bien, el único sustituto para él podría ser un zombie.

 “Mary… podrías en serio estar en esta ciudad?” James se preguntó en el espejo. Tenía dudas acerca del incidente. Había esto en verdad sucedido? Pero…

 Con sus manos a los costados del lavatorio miró descuidado al espejo. Sin importar su actitud, él no se sintió revitalizado en lo absoluto. Sacudió su cabeza y se limpió el flequillo en su frente, como despertando de un sueño. Él sabía que era cierto, porque vino escrito en una carta.

 Salió fuera del lóbrego lugar hacia el cielo nuboso. El baño público no podía compararse con el brillo que lo esperaba afuera. Un viento húmedo rozó la mejilla de James. Mas allá del estacionamiento se encontraba el vasto Lago Toluca, con la niebla danzando sobre su superficie y estirándose sobre todo el paisaje..

 

“En mis sueños sin descanso

veo esa ciudad…

Silent Hill…

Prometiste que me llevarías allí de nuevo algún día

Pero por mi, nunca pudiste.

Bueno, estoy sola allí ahora…

En nuestro “lugar especial”

Esperándote…

No había duda de que Mary había enviado esa carta, estaba escrita con su letra tan familiar. Tres años atrás, él había pasado las vacaciones con ella en esa pequeña ciudad y ahora James estaba allí nuevamente. Solo, su auto en la esquina del estacionamiento, con el motor apagado. Aunque estaba en perfectas condiciones, no iba a servir de mucho de todas formas. La autopista era el verdadero problema. El túnel detrás del estacionamiento que llevaba a la ciudad de Silent Hill estaba bloqueado a causa de trabajos de construcción. No había forma de pasar a través de la dura e impenetrable cerca que bloqueaba la entrada. No había otra opción que ir por otro camino.

Luego de sacar un mapa de su coche, James descendió las escalinatas al borde del estacionamiento. Con cada paso hacia abajo que daba, la niebla se hacía cada vez mas espesa. Para cuando llegó a la costa del lago, su campo de visión se había reducido a pura blancura. Más y más James sentía una sensación innatural y sofocante. Sin embargo, ni siquiera en esta atmósfera opresiva, su mente estaba ocupada con otros pensamientos acerca de Mary y su carta. En algún lugar lejano un perro ladraba como loco, pero él lo ignoró, hundiéndose en un estado de ánimo aún peor, dando pisotones al piso mientras caminaba.

La letra ciertamente tenía el nombre de Mary escrito en ella. Que tonta e imposible idea. Su ceño se frunció y sacudió su cabeza incrédulo. No podía ser posible.

 Porque su mujer, Mary, había muerto tres años atrás, debido a su enfermedad…

 Era como una especie de broma cruel, llevada a cabo por una persona particularmente maliciosa. Un chiste hecho para burlarse de James aunque él todavía tuviese el corazón roto y en duelo. Quizás uno de sus vecinos? O tal vez un compañero de trabajo? De todas formas, luego de perder a su esposa James comenzó a beber para ocultar su dolor con arrebatos de ira. Eso había afectado a todos cerca de él al punto de que sus colegas se cansaron de tener que aguantar su conducta. No mucho después, comenzaron a tratarlo como un alborotador. Por esa razón se puede entender que alguien pudiese tener rencor contra él.

 Extendiéndose a lo largo del lago, el final del camino estaba rodeado de árboles y densa niebla. Incluso luego de unos cuantos metros, él ya no podía ver de donde había comenzado la travesía. En la punta del valle la niebla también ocultaba el magnífico paisaje del Lago Toluca, pero a James no podía importarle menos. El no había llegado hasta allí para mirar. Mientras caminaba, todo lo que podía ver eran imágenes de la cara de Mary. Incluso si James tuviese dudas acerca de esa carta, ella, junto con los recuerdos de su amada mujer eran lo que lo habían hecho llegar tan lejos.

 No era sorpresa que ésa clase de pensamientos en su cabeza hicieran que James estuviese esperando un milagro. Había ella muerto tres años atrás? O de alguna manera murió y fue revivida? Quizás después del funeral y luego de que sus compañeros de trabajo y parientes se fueran de su tumba Mary había despertado y comenzado desesperadamente a rasguñar y golpear el ataúd? Pero si eso fuera cierto, porque había esperado tres años para contactarlo? Él considero la posibilidad de que luego de haber recibido daño cerebral por la asfixia pudiese haber sufrido pérdida de memoria como resultado. Los trabajadores hubiesen huido en terror al ver a una persona supuestamente muerta moverse. Dejándola sin ninguna idea de quien fuese ella o donde estuviese, permitiéndole deambular hacia algún lado. O quizás, él pensó, pudo haber sido secuestrada por algún enfermo ladrón de tumbas.

 James hundió sus dientes en frustración. El ruido de las hojas secas a lo largo del camino crujían cada vez mas fuerte mientras el descuidadamente caminaba sobre ellas. Era irritante como su imaginación iba de un escenario poco placentero a otro aún peor sin importar cuanto él luchase contra ello. En todo caso, había sólo una cosa que el no había podido probar, si Mary estaba viva en primer lugar. Aún así, James temía encontrar la respuesta a esa pregunta.

 “Pero si ella ha estado vida todo este tiempo y no intentó contactarme hasta ahora, quizás era porque estaba evitándome? Y qué si ella hubiese escapado y estuviese viviendo con otro hombre…”

Esos pensamientos surcaban su mente también. Los corazones de las mujeres eran tan difíciles de comprender. Por un momento, sintió una sensación incontrolable de odio, pero rápidamente se ahogó bajo su estado de extrema melancolía. Más que nada, lo único que él quería era ver a Mary otra vez y todavía más temía por ese encuentro. Intentando olvidar ésos pensamientos, James se concentró en poner un pie delante del otro, como un sonámbulo.

 Repentinamente, frenó y sostuvo su respiración. Justo delante de él, una figura humana apareció entre la niebla. “¿Podría ser Mary?.

 Naturalmente, no era su mujer y mirando mas detenidamente, encontró una mujer de pelo oscuro, parada inmóvil y mirando pensativamente una tumba. Sin siquiera notarlo, James había estado caminando por un cementerio. Al sentir su presencia, la mujer largó un grito y se giró para verlo. Él la saludó.

 “Perdón, no quise asustarte. Estoy buscando un pueblo llamado Silent Hill. Te importaría decirme si voy por el lugar correcto?”:

 “P-Pueblo? Estás yendo al pueblo?” la mujer inclinó su cabeza en duda. La sorpresa en su cara no podía haber sido más grande cuando notó a James. Aunque todavía tenia rasgos de juventud, oscuras y largas ojeras se desprendían bajo la sombra de sus ojos.

 “Si” respondió James.

 La mujer dudó por un momento, y luego contestó “…Si. Éste es el camino correcto… Reconozco que es algo difícil de ver, sabes, debido a la niebla, pero… hay un solo camino hacia allí… a-así que no puedes perderte en verdad”.

 -“Gracias”.

-“Pero…”

-“Qué sucede?” dijo James.

-“Sería mejor si no fueses más lejos”:

-“Mmm?”

-“Ammm … porque… ese pueblo es un lugar extraño. No puedo explicarlo bien, pero… es peligroso allí”:

-“Por toda esta niebla?”

-“B-Bueno… no sólo por eso… Es sólo que…”

 Qué estaba pensando que hacía que sus palabras fuesen tan fuertes? No parecía que fuese a decir nada importante así que era inútil intentar preguntarle algo más…

 -“Ok. Seré cuidadoso…”

-“Oye! No estoy inventando esto!” la mujer gritó justo cuando James se estaba yendo. “Vine a este pueblo porque necesito encontrar a mi mamá! No la he visto por un buen tiempo!… Y… y es-este pueblo…” Su voz era histérica.

 James no estaba seguro de qué había hecho a la mujer, quien en primer lugar no habló más allá de susurros, gritar de esa forma. Ciertamente ella tenía… ciertos problemas que resolver. Pero nuevamente, lo mismo podría decirse de James. Mejor no preocuparse por ello en ese momento y no porque James no creyese lo que la mujer estuviese diciendo, pero si el quería volver a ver a Mary tenía que seguir caminando sin importar el peligro.

 Dejando a la inquietante mujer atrás, James siguió camino a través del cementerio encontrando luego el camino estrecho y serpenteante que se alargaba junto al lago. Nuevamente sus pensamientos volvieron a Mary. Su carta decía “Estoy esperándote en nuestro ‘lugar especial’” pero qué quiso decir con eso? Él buscó en sus preciados recuerdos de tres años atrás.

 Los dos lugares que más destacaban eran el parque y el hotel. Recordó como juntos habían gastado una gran cantidad de dinero reservando la suite de lujo y como ordenaron comida extravagante al servicio de cuarto. Un día, mientras caminaban cerca del pueblo, encontraron el parque junto al lago. La pareja se sentó allí en un banco mirando como los botes salían y volvían del muelle por sobre las relucientes aguas. Ellos terminaron quedándose allí todo el día simplemente disfrutando el paisaje y su recíproca compañía. La pregunta permaneció, estaba Mary esperándolo en el parque o en el hotel?

 No luego de mucho, el sonido de las hojas secas había desaparecido y el sucio camino del bosque dio lugar a una carretera de asfalto. La misma llegaba a un túnel que pasaba por debajo de la autopista que hubiese hecho su viaje mucho más simple y rápido si no hubiese estado bloqueada. James continuó caminando mientras que la calle doblaba y seguía a lo largo del río para luego llegar a la calle principal de la ciudad. Sacando para luego examinar el mapa, parecía que había estado viajando por la calle Sanders que se encontraba al este. Si continuaba hacia el oeste desde allí, debería poder llegar al centro del pueblo.

 Las pisadas de James hacían un eco ominosamente mientras el seguía caminando por la vacía calle. De hecho, sus pisadas eran el único sonido que podía escuchar. Ninguno de los ruidos normales de una ciudad en movimiento estaban allí presentes. Era obvio que era una muy pequeña ciudad, pero esa clase de silencio se sentía innatural. Y con toda la niebla que cubría el lugar, era imposible manejar un auto. Tenía sentido que escuelas y negocios estuviesen cerrados y todo el mundo permaneciese en sus casas esperando a que el clima mejorase. Siendo ese el caso, sus chances de tomar un taxi estaban reducidas. James suspiró, el lado bueno, si tuviese que caminar el parque estaba solo a media hora de distancia. No obstante, el seguía preocupado por Mary, y esperanzó que donde ella estuviese, permaneciese aún ahora allí, para que todo este viaje no haya sido en vano.

 Cuando James se acercó a la intersección de la calle Lindsey descubrió algo perturbador. Una gran mancha de sangre se extendía por sobre la superficie de la calle como si hubiese estado pintada por un pincel gigante. Él retrocedió. Viendo algo tan relacionado con la muerte abrió heridas emocionales profundas. Permaneció allí, estupefacto por un momento. Sus ojos centrados en la mancha roja que, por como se veía, parecía todavía fresca. Claramente un terrible crimen había acontecido bajo el cobijo de la niebla, pero sin importar adonde mirase, no encontraba el rastro de una víctima. “No parece como si alguien fuese llevado a un hospital, si ese fuese el caso, la policía debería haber bloqueado éste área”.

 Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de pasos, pies descalzos golpeando contra el pavimento. Mirando hacia delante, James notó una borrosa figura humana tambaleándose hacia las profundidades de la neblina.

 “Hey!”

 James comenzó a perseguirlo. Desde que perdió a su mujer, él siempre permaneció indiferente al resto del mundo y por más que intentase largarse de allí y olvidar la mancha de sangre del pavimento, había algo que no podía dejar ir. No había forma en la que él pudiese permitirse abandonar a alguien que pudiese estar muriendo dada la cantidad de sangre que ésa persona había dejado atrás. Esta persona seguramente es un rufián que se metió en una pelea y se encontraba ahora merodeando en la ciudad semi-inconsciente y gravemente herido… y aparentemente, sin sus zapatos.

 Sin importar lo mucho que James le gritó y llamó, la figura espantada no paró. Quizás la persona lo confundió con su atacante? A pesar de la asombrosa pérdida de equilibrio que la figura tenía, ésta se movía muy rápido y la distancia entre ésta y James se hacía cada vez más grande. Mientras huía, un rastro de sangre se desprendía hacia el norte de la calle Lindsey y luego doblaba a la derecha. El rastro de sangre continuaba hacia el noreste hacia la avenida Nathan –calle principal para salir del pueblo. James fue llevado hacia un camino sin pavimentar alineado en los lados con alambrados y cercas, como una obra de construcción que luego terminaba en un túnel a medio finalizar similar al que había visto al entrar al pueblo. Naturalmente, ningún trabajador estaba a la vista y la figura que había estado persiguiendo no se veía por ningún lado.

 De repente, un fuerte ruido se escuchó salir del túnel. Aunque ese lugar claramente debía de estar fuera de los límites, la única cosa bloqueando la entrada era un pedazo de madera clavado para formar una pobre barricada atravesable fácilmente. En el suelo había una radio de bolsillo que probablemente pertenecía a uno de los trabajadores quien seguro usaba para escuchar música, pero por qué la había dejado allí?

 James la encendió y ésta largó un sonido de ruido blanco ensordecedor que no solo lastimó sus oídos sino que pareció también haberle golpeado un nervio. En ese momento una irrazonable pero compulsiva idea cruzó su mente: “No toqué el volumen pero la estática cada vez se escucha más y más fuerte…”


 El sonido de pies caminando encima de los escombros del túnel se escuchó más cerca. De las profundidades del tunel una silueta oscilante emergió de repente. James empezó a preocuparse al hacerse claro que esa era la cosa que lo trajo hasta allí, pero cualquiera fuese la ‘cosa’, ciertamente no era humana. Los brazos de la criatura parecían estar fundidos a su cuerpo con pedazos de carne moteados y putrefactos y además no tenía ni ojos, nariz, boca ni nada que pudiese ser usado para identificarlo como una persona. Se tropezó de manera torpe mientras que temblaba y se retorcía en una extraña danza. No parecía estar herido, entonces como diablos dejó ese rastro de sangre fresca? Claramente el serpenteante monstruo no era la víctima, sino el asaltante.

 Todo su cuerpo palpitaba y James no hizo más que retroceder, horrorizado como estaba, le preocupaba que el monstro se le acercase. Quería escapar, quería alejarse. Hubiese sido tan simple darse la vuelta atravesando la barricada y correr, pero no lo hizo. Dándose vuelta, rompió un pedazo de madera sobresaliente y lleno de vigor e ira se preparó para usarla como arma. Por qué había elegido tan osada y estúpida cosa para hacer, él no lo sabía. Pero no podía soportar la idea de dejar que esa criatura siguiese existiendo. No podía dejar que un monstruo peligroso vague por el pueblo causando mas daño. Sin embargo, la verdadera razón por la cual el odiase a ese bicho no tenía relación alguna con un sentido de justicia… era disgusto.

 Juntando todas sus fuerzas, James balanceó el pedazo de madera apuntando a la cabeza del monstruo. La criatura retrocedió y aunque no tenía boca, largó un penetrante chillido. Una y otra vez, golpeó a la criatura hasta que perdió la cuenta de las veces y sus adoloridos brazos se cansaron. Gravemente herida, la criatura cayó al piso sobre lo que deberían haber sido sus brazos. Sin importar la golpiza que recibió, todavía temblaba y se retorcía en el piso hasta que se detuvo.

 “Está muerto?…”

 Sólo para estar seguro, James la tocó con su madera. No hubi signos de movimiento. Ahora que estaba tirada en el piso en un charco de sangre, se parecia mas a una bolsa de carne que a un ser humano. Su cara sin rasgos distintivos estaba aplastada y goteaba líquido espinal por todo el lugar. No había duda, la criatura estaba muerta.

 “Qué diablos era esa cosa?”

 Sin importar cómo la mirase, sin importar como intentase racionalizar la existencia de ese monstruo, nada tenía sentido. Podía ese ser una especie de sujeto de pruebas escapado de un laboratorio…? Jugó con esas posibilidades en su cabeza. Intentó lo más que pudo creerlas, pero sacudió su cabeza olvidando esas suposiciones y tiró la madera al suelo. Estaba a punto de atravesar la barricada y dejar el túnel cuando la radió llamó su atención. La miró con sospechas. Cuando la criatura se acercó, la radio comenzó a largar un ruido blanco, pero ahora que estaba muerta, no se escuchaba ningun ruido.

 Repentinamente empezó a cobrar vida otra vez. James miró a su alrededor, preocupado al pensar que estaba anunciando la presencia de otro monstruo. Pero sonaba distinto de alguna manera. Si escuchaba cuidadosamente, podía sentir la voz de una mujer. James jadeó. Mary! Esa era la voz de Mary! Dándose la vuelta, James sujetó la radio y escuchó mas de cerca. La voz de Mary lo llamaba entre el ruido de la estática:

 “e……………. toy……. Ven………….…………..dep…………….entos………………….Woo………….ide……..por……………….q………………….dej……………s……………..Jam…..”

 James sostuvo la radio fuertemente en su oreja, ansioso por escuchar más. Pero la voz de su mujer se desvaneció y todo lo que pudo escuchar era estática. La golpeó y encendió todos sus botones, pero sin importar lo que hiciese, la voz no dijo nada más. Rindiéndose, puso la radio en el bolsillo de su chaqueta, dejandola encendida por si acaso. Quizás Mary logró llegar a la torre de radio del pueblo y estaba intentando comunicarse? Quizás el verdadero propósito de ésa carta era acercarlo lo suficiente a Silent Hill para que pudiese tener señal. Pero si eso fuese cierto, por qué no escuchó nada en su camino de ida en el auto? Y cómo podía ser que esa estúpida rota radio fuese lo único obteniendo señal?


 James volvió por su camino hasta volver al pueblo y luego enfiló hacia el complejo de Apartamentos Woodside. Cuando Mary habló por la radio, él creyó haber escuchado ese nombre. Sin embargo, había un pequeño problema. Él no tenía idea de donde se encontraban esos apartamentos. Había chequeado su mapa pero no estaban marcados en ningún lado. Con un poco de suerte quizás se cruzase con alguna persona y pudiese pedir direcciones.

Comenzó a caminar hacia el norte por la calle Lindsey y luego dobló a la izquierda por la Avenida Nathan. Justo al norte de éste lugar se encontraba uno de sus “lugares especiales”. El Parque Rosewater. Como no estaba teniendo mucha suerte buscando los departamentos, prefirió dirigirse hacia el parque por ahora. Repentinamente, James vió dos personas emerger de un callejón frente a él. Genial! Quizas pueda pedir ayuda.

 “Oigan! Ustedes!” gritó para llamarles la atención y corrió hacia ellos.

 Pero, frenó de repente cuando un ruido muy familiar salió de su bolsillo. La radio comenzó a emitir sonidos de estática otra vez. Desafortunadamente su voz llamó su atención y las figuras borrosas voltearon hacia él. Al acercarse por entre la neblina, se hacía más y más claro que algo andaba muy mal.  Mientras caminaban, se retorcían de forma innatural, eran monstruos. Exactamente iguales al que James había matado antes. ¿Un grupo entero de estas cosas extrañas escaparon de un laboratorio en algun lado?

 Incluso ahora, solo mirar a esas cosas retorcerse en agonía trajo a su mente la misma sensación de odio y disgusto. El deseaba destruirlos, aplastar sus cabezas como lo hizo con el otro, cualquier cosa para terminar con la vida de esas asquerosas criaturas. James se dio cuenta que había tirado su arma, el pedazo de madera, y aunque por un momento consideró usar sus puños, la idea de tocar la carne de esas cosas repulsivas le dio escalosfríos. Quizas en este caso fuese mejor persuadir el conflicto innecesario.

 Habiendose decidido, James se volvió y corrió hacia el sur antes de que las criaturas pudiesen acercarsele. Corrió hacia la calle Katz, una carretera que cruzaba de este a oeste atravesando todo el pueblo tomando luego un desvío hacia la calle Neely. Los tontos movimientos de los monstruos parecieron retrasarlos y con cada giro se quedaban cada vez más y más atrás hasta que la niebla se los tragó. Mientras corría, James notó que cuanto mas lejos se encontraba de los monstruos, la estática de la radio se hacía cada vez más débil. Podría estar respondiendo a la presencia de esas criaturas? Cómo diablos podía una radio rota hacer eso? Cualquiera fuese la razón, si podía protegerlo, valía definitivamente la pena llevarla encima.

 Sin embargo, aunque los monstruos habían quedado atrás y no estaban a la vista, la radio no estaba completamente silenciada. Él corrió a través de la intersección de la calle Martin y Katz, cruzando la calle Neely mas adelante. Sólo debía seguir corriendo. Había puesto sus ojos en la calle Munson, debido a que ni bien cruzó Neely, otro monstruo surgió del medio de la calle.

 “Pero qué diablos?” James gritó incredulo. Ésas cosas estaban vagando por todo el lugar. Habían ocupado el pueblo o algo asi? Ahora la calle Katz estaba llena de ellos también, dejándolo sin lugar adonde ir. Quedó paralizado de horror, mirando a las sombras retorcerse casi danzando tras la neblina. Aunque intentase correr otra vez, no había forma en la que pudiese volver a la avenida Nathan. En ese momento de desesperación, recordó la advertencia de la mujer en el cementerio. En ese momento no lo tomó de manera seria, pero ahora…

 Debería haberla escuchado, debería haber vuelto y corrido cuando tuvo la oportunidad. Incluso luego de haber encontrado al primer monstruo, debió haber dejado ese loco pueblo. Pero ahora ya no podía. Su desesperada búsqueda por Mary… no podía rendirse ahora. El simple hecho de verla otra vez, aunque sea una vez mas, era suficiente para hacerlo continuar hasta en circunstancias de tanto peligro como ahora. Ella era la razon porque, sin importar qué, él debía vivir. Sin importar que tuviese que arriesgar su vida. No podía quedarse allí y morir.

 “Al diablo con esto!”

 James corrió hacia delante, rezando poder encontrar un espacio entre los monstruos o al menos poder empujar a uno de ellos y sobrepasar la horda convergente. Al momento en el que se acercó al primer cuerpo, la niebla pareció cambiar de color delante de sus ojos y su nariz y boca comenzaron a quemar a causa de un hedor ácido y putrefacto. Habiendo perdido momentáneamente el foco, corrió derecho hacia uno de los monstruos y salió tumbado hacia la otra dirección pegando contra el pavimento muy duro. Luego un fuerte golpe de tos hizo sentir su boca adormecida, como si hubiese sido inyectado con anestesia. Era veneno. Ahora esas viles criaturas vomitaban veneno al aire. Cómo podían escupir veneno si no tenían bocas? Al acercársele otro monstruo, pudo ver que su cuerpo estaba abierto en dos por una brecha vertical cavernosa que iba de su cuelo hasta su cintura, dejando ver sus oscuras entrañas.

 La criatura se abalanzó hacia atrás, como si estuviese tomando aire por su bizarra segunda boca. James tuvo la sensación de que se estaba preparando para vomitar otra vez ese horrible ácido venenoso, pero no se iba a quedar para averiguarlo. Balanceando sus piernas como un hacha, pateó las piernas del monstruo tan fuerte como pudo, tirándolo al piso y dejándolo retorcerse en el pavimento. Su falta de brazos permitió que se revuelque indefenso al intentar pararse. Levantándose rápidamente, James comenzó a patearlo.

 “Muere de una vez!”

 Sus pesadas botas rompían fácilmente la piel del monstruo, cubriéndose de fluido corporal pegajoso y rojizo. El monstruo chillaba y convulsionaba al recibir los impactos. Retorciéndose, comenzó violentamente a mover sus piernas, permitiéndose arrastrarse por el piso. Al principio James pensó que intentaba escapar, pero en un movimiento rápido giró y se arrojó directo hacia él. Intentaba contraatacar.

 James comenzó a sentirse enfermo, todo su cuerpo comenzó a temblar debido a que se sentía mareado por el veneno. Ésto estaba mal. Si no se iba de allí pronto, no iba a durar mucho más. Caminó un paso hacia atrás y si espalda golpeó contra unas cadenas enganchadas a un alambrado haciéndolo sonar. Espera… puede ser esto? Se volteó y vió que era un portón. La abrió empujándola y se apuró hacia el otro lado, cerrándola y bloqueándola dejando las cadenas como barrera entre él y los monstruos.

 Tras él había un edificio de apartamentos de tres pisos, sus viejas maderas y pintura desquebrajada denotaba sus años. Al lado de la entrada un cartel plateado igual de viejo leía:

Apartamentos Woodside…


Original: Sadamu Yamashita

Personajes / Historia: KONAMI

Traducción al Inglés: Lady Ducky

 Continuará…

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