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[REVIEW] Short Peace: Ranko Tsukigime’s Longest Day


Cuando la psicodelia es jugable
 

Disfrazado como un videojuego, Ranko Tsukigime’s Longest Day es más de lo que parece. Nacido de las entrañas de un proyecto mucho más pretencioso junto con cuatro cortos animados y mucho talento japonés, llega a las consolas de Sony para no dejar indiferente a nadie, ya sea para bien o para mal. 

Short Peace es un proyecto multimedia compuesto por cuatro cortos y un videojuego, todos creados bajo la misma y única consigna: Japón. Realizado por varios talentosos artistas japoneses, el objetivo era representar y plasmar mediante estas cinco creaciones las costumbres, cultura y folklore del país del sol naciente.

Los cuatro cortos de animé (que vienen incluidos con el juego) son: Possessions –que estuvo nominado a los premios Óscar–, Combustible –dirigido por Katsuhiro Otomo, creador de Akira–, Gambo y A Farewell to Weapons. Cada uno de ellos goza con su propia estética visual (y una calidad de animación impresionante), al igual que la historia y la época en la que transcurre.

Hecha esta breve introducción, vamos a lo que realmente nos compete que es la quinta y última obra en formar parte del proyecto de Short Peace. Ranko Tsukigime’s Longest Day es un videojuego diseñado por Yohei Kataoka de Crispy’s (Tokyo Jungle) y escrito por Goichi Suda, más conocido como Suda 51 (No More Heroes, Shadows of the Damned y Killer is Dead entre otros).

A diferencia de los cortos, que transcurren en diferentes épocas, el setting del juego está situado en el Japón actual. La historia nos pone bajo la piel de Ranko, una normal e inocente estudiante que a la noche se convierte en una letal asesina con la misión de matar a su propio padre. La trama es de lo más retorcida y se nota que fue hecha por el señor Suda.

El juego es un side-scroller 2D bastante básico. El objetivo es avanzar por los niveles con Ranko lo más rápido posible, eliminando a espadazos limpios a todos los monstruos/obstáculos que tengamos enfrente, a la vez que evitamos a unos extraños brazos demoníacos que nos pisan los talones constantemente. Frenar acá no es una opción. La desenfrenada velocidad de la que hace gala hace recordar a Sonic, incluso posee las clásicas bifurcaciones horizontales como los escenarios del erizo, pero a una escala más humilde y con un manejo del espacio aéreo muchísimo menor.

Ranko Tsukigime’s Longest Day es un juego que no debe ser pensado fuera del proyecto que lo concibió, ya que comparte con los cortos una misma unidad conceptual: tanto en duración, porque es un juego muy breve, como su función, que es la de crear un impacto visual. Una muestra de eso es la lluvia de colores que ilumina la pantalla cada vez que derribamos a un enemigo, convirtiendo el escenario en un espectáculo psicodélico.

Otra cosa para destacar es la considerable cantidad de cinemáticas que tiene, cuyo nivel de animación es tan alto como el número de alucinógenos que debieron ingerir estos muchachos al realizarlas. La palabra “bizarro” les queda chica. Aun así, son magníficas y dignas de ver varias veces.

Pero lamentablemente, este título no está exento de errores y puntos flojos, consecuencia quizás de haber volcado la mayor parte de la atención al aspecto visual. Los controles no dan tregua y algunos movimientos precisan de pequeños ajustes. Por ejemplo los saltos no permiten casi ningún margen de error –sobre todo los verticales, que se sienten muy toscos– y deslizarse por las pendientes a veces entorpece más de lo que ayuda.

Los escenarios, por otro lado, son todos bastante parecidos. La única excepción son los bosses, que por suerte introducen un poco de variedad a las repetitivas mecánicas de los niveles.

Ranko Tsukigime’s Longest Day es un fichín muy difícil de analizar y de recomendar (para bien o para mal). No se siente como un producto completo en sí mismo, lo cual es lógico y está bien, porque a fin de cuentas es una pieza de un proyecto mayor. Es un juego que enfatiza el impacto visual frente a otros aspectos. Los niveles son breves, veloces y muy, pero muy alocados, al igual que la música –compuesta por Akira Yamaoka (Silent Hill). Se gana rápido, pero guarda una cierta rejugabilidad al tener algunos extras de arte para desbloquear.

El puntaje, que siempre es una guía más que un dato concreto, es aún más relativo en este caso al no provenir de un producto entero sino de un fragmento del mismo.Con sus errores y sus aciertos, este fichín pueden amarlo u odiarlo. La simpatía que tengan por él tal vez dependa de la afinidad que tengan con el animé, el cine y la capacidad de apreciar el proyecto en su conjunto. [i]


DESARROLLADOR: Crispy’s
DISTRIBUIDOR: Bandai Namco Games
GÉNERO: Side-Scroller
PLATAFORMA: PS3

CALIFICACIÓN
66%

QUÉ ONDA: Última pieza en formar parte del proyecto multimedia. Es un corto en forma de juego que sólo se puede definir como bizarro.
LO BUENO: Visualmente genial, mucho color. Las cinemáticas son impresionantes.
LO MALO: Falta precisión en los controles. Escenarios repetitivos. Las pantallas de carga del menú son eternas.

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