
Una reversión de un juego que había fallado en todo sentido.
En Septiembre del 2010, Square Enix lanzaba el Final Fantasy XIV, un RPG Online que no merecía pertenecer a dicho género. Sufrió pésimas críticas y no fue bien aceptado por la comunidad. Tenía varios errores, principalmente la horrenda interface. Y en este tipo de juegos, saber ordenar ventanas y menúes en la pantalla es crucial para tener una experiencia de juego satisfactoria. Sin embargo, este fichín hacía todo mal. Por eso, la empresa japonesa decidió colocar un nuevo equipo desarrollador para hacer una nueva versión que no cometiera los errores de su antecesor.
La historia se sitúa unos 5 años luego de los eventos del Final Fantasy XIV original. Debemos llevar a nuestro héroe por distintas misiones, hablar con cantidad innumerable de personajes y evitar la invasión del Garlean Empire a nuestra amada tierra de Eorzea.
Nos dan la posibilidad de elegir entre cinco razas: Hyur (símil humano), Elezen (tipo elfo), Lalafell (unos enanos que más bien parecen nenitos), Roegadyn (los musculosos) y los Miqo’te (unos medio furries con orejas y cola de gato, cortesía de Japón). Luego de personalizar extensivamente a nuestro héroe, eligiendo entre una infinidad de cortes de pelo, pinturas faciales y tipos de voz, elegiremos nuestra disciplina. Disciplina de Guerra: Gladiator, Pugilist, Marauder, Lancer y Archer. Disciplina de Magia: Conjurer, Thaumaturge y Arcanist.
Chupamakabra Snort, mi fiel compañero de aventuras, arcanista perteneciente a la raza Hyur
A diferencia de otros juegos como el World of Warcraft por ejemplo, no hay una región del mapa específicamente para cada raza, sino que los jugadores comenzarán en una de las tres ciudades de la región de Hydaelyn, según la disciplina que hayamos elegido. Esto nos permite comenzar a jugar con amigos desde el principio pudiendo elegir razas diferentes.
Aun así, al igual que en su antecesor, es posible cambiar la disciplina en cualquier momento del juego simplemente equipando ítems correspondientes a esa clase. Bastante copado, ¿no?
Mi Lalafell arcanista. Es ‘darks’.
Una vez que ingresamos en alguno de los nunca suficientes servidores de Square Enix, llegamos a un mundo que deslumbra visualmente. Caminos con excelente textura y vegetación, relieves, arroyos con cascadas y construcciones por doquier. Todo fluye muy armoniosamente y hace que el juego sea un verdadero regalo para la vista. Sumando el hecho que nuestros héroes cuentan con vistosos y estilizados rasgos, cabe destacar el brillante trabajo de arte y diseño que tiene este RPG online. ¡Echen un vistazo a los screenshots y sabrán de lo que hablamos!
Las misiones que debemos hacer al principio cumplen con la finalidad de enseñarnos a utilizar nuestra disciplina para enfrentar enemigos más poderosos. Es aquí también cuando aprenderemos a craftear y podremos optar por las disciplinas Manuales y de Tierra. En los primeros niveles la misiones consisten en matar criaturas pequeñas y recolectar items. Esta instancia se puede hacer un poco larga y por momentos tediosa.
Mi personaje es enana, se nota, ¿no?
También podemos ser parte de las llamadas FATE (Full Active Time Events), misiones que se generan automáticamente en diferentes puntos del mapa y consisten en eliminar criaturas en conjunto con otros jugadores. En más de una ocasión nos veremos extendiendo el tiempo de nuestras misiones gracias a estas FATE que sirven como entretenimiento en el camino y tienen jugosas recompensas. Lo bueno es que la interface y las mecánicas de juego son muy cómodas y fáciles de entender. Los comandos son dinámicos y todo está en su lugar. Para una persona cuya especialidad no es justamente este estilo de juego, quien escribe debe decir que pudo manejarse con los comandos y el mapa bastante bien. Sin embargo, ¡ojo! Tengan en cuenta que difiere mucho el gameplay en la versión PC y en la versión PS3. En consola, navegaremos por nuestros menúes con el joystick y una barra dinámica estilo Xross Media.
La economía del juego está muy orientada al jugador. Podemos comprar y vender ítems en los mercados, los cuales cobran un porcentaje que mantiene estable la inflación. Las distintas disciplinas contribuyen con ítems de todo tipo ya sea crafteando, minando o matando bichos.
En las FATE suele verse este quilombo.
Pero como toda obra de arte hecha por el hombre, siempre hay aspectos negativos. En principio el precio. El costo inicial del juego es unos 30 dólares para PC y 39 dólares para PS3, pero la subscripción es de 15 dólares mensuales, ¡lo cual terminan siendo unos $100 por mes! Teniendo en cuenta que el WOW es más barato, la elección se hace difícil. Además, para suscribirnos al juego tendremos que luchar contra nuestro primer enemigo, la desactualizada página de Square Enix y sus servidores que nunca funcionan. Eso es importante destacarlo: en las primeras semanas del lanzamiento del juego era casi imposible loguearse. Solucionaron el tema abriendo más servidores, pero fueron varios días de juego perdidos. Esperemos que sigan manteniéndolos bien.
A fin de cuentas podemos decir que el destino de la saga online de Final Fantasy XIV tuvo su redención. Es agradable ver cuando una compañía escucha las críticas constructivas y no se queda conforme con un título pobre y mediocre como lo fue el primer FFXIV. Este juego tiene todo lo que un buen MMORPG debe tener y le da un toque muy especial con su novedoso sistema de disciplinas y lo dinámico y accesible que es un interface. Es un juego muy completo que deja satisfechos a los amantes del género y a los no tanto. Vale la pena comprarlo si nos sobran unos dólares mensuales en la tarjeta de crédito. [i]
DESARROLLADO: Square Enix
DISTRIBUIDO: Square Enix
GÉNERO: MMORPG
PLATAFORMA: PC, PS3
CALIFICACIÓN
85%
QUE ONDA: Un MMORPG que renueva algunos paradigmas del género y se deja disfrutar mucho.
LO BUENO: ¡Unos gráficos de la ostia!
LO MALO: Un poco careli si se pretende jugar durante varios meses.