Diez años en la lucha y los ancianos gloriosos

UN JUEGO REFINADO. Sofisticado. No agrega algo novedoso, pero es de esos trabajos que exhiben un enorme valor de producción. De esos que cuando se juegan dan la sensación de ser inmensos; el motivo por el que una consola como Xbox One o un sistema de juego con Windows 10 es algo que todo jugador quisiera tener.

Diez años atrás, Epic Games –con el célebre Cliff Blezinsky– reinventó los juegos de guerra en tercera persona cuando el primer Gears of War introdujo el sistema de combatir poniéndose a cubierto. A eso se le sumaba un mundo destrozado por la guerra, sumido en una atmósfera depresiva, casi monocromática.
La pseudo ausencia de colores brillantes servía para resaltar las explosiones y los brotes de sangre. Marcus Fénix y sus amigos se presentaban como soldados enormes, brutales y dispuestos a terminar con la invasión de Locusts, la especie insectoide que asolaba el mundo con criaturas horrorosas, algunas del tamaño de edificios. GOW era un juego donde el gore formaba parte de la ecuación y del encanto.

Pero también GOW nos mostraba los lazos de camaradería, amistad y coraje de este grupo de soldados que siempre estaba al borde de la muerte, pero del que dependía el retorno de la paz. Gracias a esto, el juego sirvió como herramienta para nutrir la comunidad de Xbox.

En 2014, Epic Games vendió los derechos de la marca a Microsoft Game Studios. A partir de ese momento, el grupo desarrollador conocido como The Coalition tomó las riendas de la criatura y ahora, una década más tarde, Gears of War 4 se presenta como una evolución de aquel fichín original. No se siente como una reinvención sino como un refinamiento. En esencia es el viejo GOW con nuevos protagonistas y mucha sofisticación.

 

Según pasan los años

En la realidad pasaron 10 años desde el GOW original, pero en la ficción del juego fueron 25. La larga guerra contra el Locust ya terminó, pero una nueva amenaza –el Enjambre– hace sus primeros pinitos para amargar la paz. El protagonista ahora es el hijo de Marcus, un tal J.D. Fénix, que junto a su amigo de la infancia Del Walker y a Kait Díaz, van en busca de su respectiva familia. Ellos no viven en las ciudades fortificadas de la COG –Coalition of Ordered Governments– sino afuera, al estilo rebeldes.

La historia explora la relación entre los personajes, por ejemplo, entre los Fénix (típico bolonqui entre padre e hijo) y entre Kait y su madre Reyna, más el tío Oscar. En general es un culebrón raramente interesante, que se va contando por medio de diálogos y actitudes mientras se sucede una batalla tras otra. La moraleja: lo único que importa, al fin y al cabo, es la milanga con fritas.

 

Te doy con todo lo que tengo

Ya no están los Locusts, pero tenemos el Enjambre. Aunque, antes de llegar a averiguar la verdad tras los bichos horribles, estamos peleando contra ciudades robóticas construidas por la COG, que ahora ejerce la mano dura con el pretexto de resguardar a los supervivientes de la guerra. Las ciudades se fabrican solas, y hay que darse maza contra sus custodios, unos robots sin mucha gracia pero que presentan un comportamiento diferente a lo que conocíamos de la serie. Los cosos se mandan medio de frente, aguantan unos cuantos tiros de más y no dudan ni dos segundos en autodetonarse ni reinstalar Windows. A menudo los expulsan desde unos aviones encerrados en dodecaedros muy bonitos. El chiste es que caen por decenas, todo el tiempo, al menos la mitad de las ocho horas que toma la campaña single player.

En ese sentido, Gears 4 es mucho más dinámico en sus combates, casi no da respiro. También tiene la habilidad de calmarse en áreas donde hay montones de posibles paredes y cajas para ponerse a cubierto. Esto es muy bueno, porque genera una sensación de incertidumbre que lo torna más realista.

 

Hay nuevos movimientos, como el de derrapar y patearle la cara fea a los enemigos, o acuchillarlos de maneras muy creativas y, como no podía ser de otra manera en la serie, bien brutales. Los controles son tan fluidos que dan ganas de jugar sin parar, es casi hipnótico.

Las batallas ocurren en zonas mucho más pequeñas que antes, pero una tras otra como trompada de loco. En su mayoría son enfrentamientos que parecen interminables, en otras hay que atrincherarse y defender una posición, en un aterrizaje al juego principal del modo Horda. Entre las novedades, el grupo cuenta con un trasto que llaman el Fabricante, capaz de construir distintos tipos de armamento. El Fabricante se puede acarrear por ahí y usarlo estratégicamente. Como la máquina consume puntos, y los puntos se obtienen de los enemigos caídos, obliga a salir de cubierto. Esta mecánica es uno de los puntos fuertes.

 

Un mundo de colores bonitos

Los viejos jugadores de GOW tal vez se sorprendan un poco de lo lindo y colorinche que es Gears 4. Perdió el tono herrumbroso clásico de la serie en favor de días soleados y paisajes que ya no lucen en ruinas. Siguen estando las súper tormentas eléctricas y los vientos huracanados con un detalle hermoso: no son tan sólo agregaditos cosméticos, el viento por ejemplo altera la trayectoria de granadas y ciertos disparos. Las armas también son nuevas, en general muy satisfactorias.

Las criaturas gigantes siguen siendo así, gigantes, para transmitir lo épico de la guerra contra el Enjambre, cosa que sin duda viene a sumar muchísimo a los Gears. Ah, y hay algunas que son COLOSALES, gigantes les queda chico.

Es posible fichinear GOW4 en PC –con Windows 10 y tarjetas de última generación– y en Xbox One gracias a Xbox Play Anywhere. Es decir que al comprar el juego se lo puede usar en cualquiera de ambos sistemas, e incluso es posible jugar cruzado sin que importe quién usa qué. El juego funciona como una seda, a 30 fps en single y a 60 fps en multiplayer.

Algunos dirán que GOW4 es el juego que mejor se ve en Xbox One. Sin embargo, el colorido a este cronista lo dejó un poco afuera de la atmósfera opresiva a la que nos acostumbró la serie, clásico en realidad de todo juego bélico donde el mundo está arrasado y todavía echa humo. Por acá pensamos que el juego de Xbox que mejor se ve sigue siendo Forza Horizon 3, pero es otro género.

 

Multiplayer y glamour

Gears 4 viene con 10 escenarios especiales para multijugador, y Microsoft Game Studios prometió ir agregando más mediante DLC gratuitos. También hay cartas que activan habilidades o ventajas, que se pueden comprar pero no parecen tener un gran impacto en el juego, por lo menos por ahora. Se puede jugar cooperativo entre dos, ¡incluso por LAN como en los viejos tiempos! Y los modos multi como Horda 3.0 aguantan grupos de cinco soldados que deben soportar oleadas intensas de enemigos. Este último modo en especial vale la pena por sí solo la compra del juego. Es brillante. Cada diez oleadas aparecen bosses al azar, algunos del tamaño de una pesadilla, otros en forma de helicóptero asesino. El Fabricante permite armar barricadas, torretas y trampas, lo que se suma a las nuevas clases de soldado y las múltiples armas. Una de las clases, Explorador, es especial para recoger puntos –gana el doble por enemigo caído– y otra, Ingeniero, puede reparar las defensas.

Hay otras modalidades, como Versus, Arms Race –parecido al Guns Race de Call of Duty– y Dodgeball. En general, la oferta es más que satisfactoria y en todos los casos es un montón de alegría.

https://www.youtube.com/watch?v=ji2aU4EdQww

 

En conclusión

The Coalition logró mantener la bandera bien plantada. Su decisión de no cambiar radicalmente el juego es más que bienvenida, así como los pequeños pero significativos cambios que, en general, sirven para mejorar lo que ya solía gustar de la serie: combates intensos, un enigma para descubrir, criaturas monstruosas tamaño XXL y mucho gore, explosiones y personajes bastante interesantes, aunque no tanto como los primeros.

¿Recomendable? Totalmente, porque es un juego de impresionante calidad, sofisticado y que rinde honor a los diez años de Gears of War. [i] 

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• PUBLICA: MICROSOFT GAME STUDIOS
• DESARROLLA: THE COALITION
• GÉNERO: THIRD PERSON SHOOTER
• PLATAFORMAS: PC (WINDOWS 10), XBOX ONE
• LANZAMIENTO: 11/10/2016

80%

QUÉ ONDA: GOW en su mejor momento, en especial respecto a Horda 3.0.

LO BUENO: Más variedad y fluidez del combate, nuevos movimientos, calidad general. Multiplayer robusto. Mención especial para los primeros 15 minutos de gameplay. ¡Ojalá todo el juego hubiese sido así!

LO MALO: Historia poco inspirada, ambientación menos opresiva (?). Me invitaron a ir a Canadá a ver el juego antes de su lanzamiento, y no pude por trabajo.