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Anthem [REVIEW]

Anthem head 1

Oíd mortales: la hemos cagado

Escuchad este, mi Anthem, mi Himno. Con mi Interceptor, me acerco al campo de batalla a la velocidad de un reflejo mortal, asesino sin piedad y escapo un segundo más tarde, dejando una estela carmesí. En mi Colossus caigo desde el cielo como un brutal meteorito rabioso, aplastando carne y metal, rompiendo las mandíbulas de los sobrevivientes con mi enorme escudo metálico. Enfundando mi Storm, floto arrogante como un dios sobre el campo de batalla, descargando mi furia elemental sobre aquellos que osen desafiarme. Volando con mi Ranger, mientras hago llover plomo, dejo clara mi proclama: a Tony Stark, ni cabida, yo lo miro desde arriba.

Es sabido que Anthem es el proyecto por el cual Bioware sacrificó la calidad de Mass Effect: Andromeda. Este dato, sumado a meses y meses de hype, de alguna manera nos condicionó a esperar el juego que rompiera el 2019. En lugar de eso, finalmente lo que está roto es el juego. ¿Es Anthem un desastre? No, no lo es. Ni siquiera es malo, simplemente es decepcionante.

Vendo Ranger modelo Anthem. Joya, nunca taxi, nunca patrulla

La ambientación tiene sus cimientos en un mundo abandonado por sus creadores, los Shapers, seres con la capacidad de moldear la realidad con una tecnología arcana que manipula el Himno. ¿Qué es el Himno? Una fuerza etérea —imbuida de conocimiento, voces y melodía— con la capacidad de transformar, crear y, en el proceso, destruir. Existen humanos con capacidades especiales que pueden oírlo y utilizarlo, con un posible efecto secundario: quedar más locos que una cabra.

Ahora bien, una de dos: o los Shapers no eran muy cuidadosos o tuvieron que salir de raje, porque dejaron sus herramientas a la buena de dios. El problema es que pueden desestabilizarse, generando unos despelotes terribles al entrar en contacto con el Himno. Ahí entramos nosotros como freelancers —portadores de poderosos exoesqueletos voladores conocidos como jabalinas que reparten su tiempo entre realizar actividades mercenarias y proteger los asentamientos de estos cataclismos del Himno.

El paisaje

Hasta aquí llegamos con este breve pantallazo de la ambientación. Profundizar en la historia, coyuntura, diferentes facciones y, ni que hablar, el lore del juego sería demencial. Basta asegurarles que en ese sentido —si bien no a la altura de Mass Effect— Bioware hizo un buen trabajo.

Aún así, llega nuestra primera decepción: nuestras elecciones en los diálogos son intrascendentes. Para lo único que sirven es para mejorar nuestra reputación con las diferentes facciones, profundizar en la historia, lore o desarrollo de los personajes. Que no está mal, pero sentimos que podría haber brindado algo más.

En tu cara, Tony ANTHEM

Alquilo Colossus para fletes, tarda mucho en cargar y viene flojito de endgame

Anthem se lanza en picada en el subgénero del shooter looter en tercera persona. En otras palabras, existe una campaña cooperativa para jugar con otras tres personas, siempre en estricto PvE. Cuando finaliza, todo se resume a una cruzada por lootear o craftear más y mejor equipo. Esto se encuadra en lo que llamamos endgame, que debe tener un contenido variado y extenso para no aburrirnos a la semana. Spoiler alert: no es el caso.

Entonces, profundizando, vemos que el problema es aún mayor. No sólo el endgame es escueto y poco variado: para cuando lleguemos a él, ya habremos transitado por una campaña con misiones poco inspiradas.

Con esto último, no nos referimos a la historia, sino a las mecánicas que intervienen en cada misión: “volar hasta un lugar, activar algo, defender, volar a otro, resolver un puzzle pedorro, matar a alguien. Repetir”. Lo único positivo es que no tenemos un bajón de calidad al final, sino que la mediocridad es muy pareja en todo el desarrollo. Sí, fue sarcasmo.

Te coloco apenas te vea

Para colmo, Anthem comete torpezas técnicas y de diseño imperdonables. Por citar algunos, molesta mucho la ausencia de una pantalla con estadísticas generales, que refleje los cambios cada vez que toqueteamos la configuración de nuestra jabalina. El juego tiene un sistema bastante rico de atributos y bonificaciones por armas, poderes y equipamiento que lo amerita.

Por otra parte, se hace notar la falta de información en el mapa, tales como marcadores o avisos no verbales a compañeros. Es una omisión no menor, pensando que es un juego cooperativo y que los eventos en juego libre no se visualizan si no están cerca. No pedimos la brillantez del sistema de ping del Apex Legends, pero ¡aunque más no sea un chiflido, loco!

La chica esta vive re fumeta ANTHEM

Sin ir más lejos, parte de esta carencia de información afecta una de sus mecánicas más importantes, que es la de efectuar combos. Para resumirla, hay poderes que generan un estado y otros que lo detonan, generando así bonificaciones especiales dependiendo de la armadura utilizada. La idea es que esto se haga en equipo, pero es tan difícil de coordinar al no tener un buen feedback visual, que terminamos efectuando las dos partes del combo nosotros mismos.

Ahora, lo que no se puede entender, es la combinación de mal diseño y falta de pulido con las innumerables pantallas de carga que debemos padecer. En particular, lo que tiene que ver con el comienzo y finalización de una actividad, es una de las decisiones más torpes que hemos visto en un videojuego. Ni hablemos que la duración de estas pantallas de carga, que por momentos rozan lo excesivo (y esto utilizando un disco de estado sólido). No queremos imaginar la paciencia que hay que tener con un disco tradicional, por si las dudas tengan a mano unas palabras cruzadas o algo así.

Chapuzón ANTHEM

En cuanto a los bugs, también tenemos como para poner un zoológico. Desconexiones, ausencia de audio, eventos que no se activan en misiones (incluyendo su finalización). De los últimos cinco bastiones completados en endgame —la actividad con mayor dificultad y duración— tuvimos problemas en dos de ellos, perdiendo todas las recompensas y alrededor de una hora y media de juego.

Claro que tampoco la optimización es brillante. Volvemos a recomendar, incluso a remarcar como imprescindible, instalar el juego en un disco de estado sólido. Si bien hay que decir que se ve estupendo, tanto en gráficos, como en animaciones, efectos de luz, partículas y sensación de vértigo, falta trabajo y pulido para una mayor fluidez.

¿Cuántos de estos problemas se arreglan con el inminente parche? Quizás muchos, pero hay uno que seguro arrastrará: la falta de contenido endgame. Para colmo, ni siquiera cuenta con un modo PvP, algo que suele maquillar las campañas o contenidos flojitos de papeles.

Todos los modelos y sabores

Permuto javelin Interceptor por Storm, para ver si podemos despejar el horizonte de Anthem

Es realmente una pena. Aún con elementos mejorables, el fichín tiene una jugabilidad endiabladamente buena. Es tan orgásmico manejar esas armaduras que, junto con su ambientación, su lore, su historia y personajes, suman el contrapeso justo para salvarlo de que la balanza se incline hacia malo. Pero ser testigos de un potencial que no se aprovechó con un pulido y contenido a la altura, decepciona.

Al día de hoy, lo más destacable del endgame son tres dungeons llamados bastiones, pero uno de ellos es repetir la misión final… sí, no estamos jodiendo. Aún no se sabe con certeza qué cosas se incorporarán con el tiempo, aunque coquetean con la existencia de futuras raids. Es evidente: Bioware sabe que se quedó corto, ya que se apresuró a anunciar el contenido gratuito por venir. Sin ir más lejos, en marzo se incorpora un nuevo capítulo, “Echoes of reality”.

Re mostro

Resulta increíble que, siendo contemporáneo de Destiny 2 y The Division, hayan desatendido las cosas que esos juegos hicieron bien. Y, aún más importante, las que hicieron mal y cómo las corrigieron. Después de dos expansiones vomitivas, Destiny 2 hoy es una fiesta (OK, tienen que pagar lo que sale un viaje a Europa para jugar el juego completo). Y por su parte, The Division —tras muchos meses fluctuando entre “bueno” y “roto”— terminó siendo una delicia.

Ojalá que en marzo cambie todo y no debamos esperar un año para que Anthem sea el juegazo que su jugabilidad merece. Tengamos en cuenta que sale The Division 2 y que —obvias distancias de ambientación mediante— comparten un mismo “foco lootero”, al que Ubisoft ya puso a punto en su primera parte. Mucho ojo, chicos de Bioware: Exoesqueleto que se duerme, es abrelata [i]


DESARROLLADO POR : Bioware
DISTRIBUIDO POR: EA
GÉNERO: Shooter mundo abierto en tercera persona
PLATAFORMAS: PC, PS4, Xbox One

QUÉ ONDA: Shooter lootero en tercera persona, donde pilotamos distintas armaduras onda Iron Man, con referencias a las típicas clases roleras: mago, asesino, tanque y guerrero.
LO BUENO: La jugabilidad, en especial la excelente sensación en el vuelo. Si bien aún no hay muchas partes estéticas disponibles, el nivel de personalización de cada armadura es profundo. El lore, los personajes y la historia no son lo mejor que Bioware nos ha dado, pero están muy bien. Gráficamente es hermoso.
LO MALO: Diseño cuestionable en menús, información de estadísticas, interacción con mapa, feedback visual y alternativas de navegación entre los módulos del juego. Multiples bugs con una frecuencia que nos deja cerca del ataque de nervios. Le falta pulido para lograr mejor rendimiento gráfico. Pantallas de carga a cada rato. El diseño de misiones es poco inspirado. Le falta contenido endgame y, el que tiene, no es de gran calidad. Aún no salió nadie de Bioware a pedirle perdón a Shepard.

Este análisis fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

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