Según los hindúes, la ley del karma es la que ajusta el efecto a su causa. Si eres malo, y haces cosas malas, te sucederán cosas malas. Pero si eres buenito, te sucederán cosas buenas como retribución kármica. Según esta ley, todo acto de nuestras vidas tiene sus consecuencias. Y Earl acaba de aprenderlo de la mala manera… Earl siempre fue un delincuente despreocupado al que poco le importaban las consecuencias de sus actos. Durante el transcurso de su vida, Earl siempre fue por la recompensa inmediata, costase lo que costase, ignorante de que todo lo que recibiera de mala forma, se le volvería en contra multiplicado por 10. Pero un buen día Earl se saca la lotería. Incrédulo, corre a festejar su triunfo, solo para verse arrollado por un auto que le quiebra todos los huesos y le hace perder el boleto ganador. En el hospital, en un programa de la tarde, Earl escucha sobre el karma y tiene una epifanía: Su vida apesta porque nunca ha hecho un sólo acto de bondad, siempre fue egoísta y ha arruinado vidas enteras con su total despreocupación. En ese mismo instante, Earl decide enmendar su vida y resarcirse por todos sus actos malvados. Para ayudarse hace una lista casi interminable. Y así, capítulo a capítulo, Earl tiene que tachar un ítem de su lista. Esa es la premisa de la serie My Name is Earl. ¿El resultado? Una seguidilla de chistes, humoradas, situaciones graciosas y episodios desopilantes. Los capítulos son todos muy divertidos. Como aquel donde debe presentarse ante una de sus ex-novias, a la que le había hecho creer que se había muerto, sólo para salir de la relación. O el capítulo donde arregla partidos de golfs para beber cervezas gratis, arruinando la vida de un pobre tipo, que deja a su novia y renuncia a su trabajo, porque creía poder dedicarse al golf profesionalmente. My Name is Earl, hay que decirlo, NO es una Sit-Com, como las clásicas comedias de Sony o Fox. Tiene un formato de media hora, sí, pero con el agregado de tener escenas en locaciones y exteriores. Otra cosa que la diferencia es no tener risas grabadas o de audiencia en vivo, que tanto molestan hoy el día. El humor de la serie es fresco, irreverente, aunque muchas veces juegan con los dobles sentidos y con el subtexto de los diálogos. Pero eso sí, todo el planteo de My Name is Earl es inocentón, rozando lo ingenuo. A cargo de darle vida a Earl está el genial Jason Lee (que se hizo conocido en las películas de Kevin Smith, saltando al estrellato con Mallrats y Dogma). Su hermano Randy, un gordito que no tiene todas las neuronas que debería, es protagonizado por Ethan Suplee. Joy, la irritante ex esposa de Earl, es personificada por la bella Jaime Pressly. Y, la mucama del hotel donde se hospedan, la sensual Catalina, es llevada a la pantalla por Nadine Velazquez. Si quieren aprender más del karma, no tienen más sintonizar FX los domingos a las 21 horas. Y recuerden, ¡sean buenos chicos o el karma los atrapará tarde o temprano!

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