Un crossover que sigue dando buenos frutos
Este juego va de un pibe caprichoso, un gato robot con un bolsillo cuántico, un viaje a otro planeta y de laburar como loco en una granja. Si no supieran de qué juego estoy hablando, seguirían de largo, apabullados. Incluso, sería posible que llamen a una autoridad competente, para hacerme algún examen psicológico. Pero como saben que este análisis es sobre Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom, la cosa cierra un poco más.
Los simuladores de granja generan una adicción rara, complicada de explicar. ¿Cómo puede ser que, sin haber regado ni un perejil en nuestra vida, a la hora de administrar una plantación virtual no podemos soltar los controles? ¿Cómo es posible que veteranos del rpg, de las aventuras en tercera persona, de frenéticos juegos de disparos, se vean idiotizados por un juego donde lo más agresivo es pegarle un palazo al suelo?
Bueno, no es casualidad que hayan salido decenas de títulos de esta saga, conocida antes de la occidentalización de su DNI como Harvest Moon (¿Ahora les suena a todos, verdad? ¡En especial a los viejitos!). Tampoco es raro que luego vinieran spin offs, tales como Rune Factory, un juego donde sí se reparten sopapos (pero no por ello dejamos de plantar lechuguitas). O haya varios casos de éxito basados en sus mecánicas, tal como el excelente Stardew Valley o incluso Animal Crossing. Son más adictivos que el dulce de leche, no hay que dar más vuelta.
Así, viendo la buena aceptación del crossover previo con los personajes del manga / anime (Doraemon: Story of Seasons), Bandai Namco vuelve a la carga. Y un poco con la cabeza puesta en la máxima futbolera “equipo que gana, no se toca”. ¿Se basa toda la apuesta repetir fórmula sin más, o se agregaron cositas interesantes? Primero, arranquemos por su polémica historia…
Trabajo infantil, una estafa y un pibe medio gil
Decir que nuestro protagonista es un niño caprichoso y malcriado, es quedarse cortísimo. Es como decir que Jack Nicholson está un poco loco y apenas violento en “El Resplandor”. Para aquellos que no tienen recuerdo o idea del manga / anime, les cuento que el nombre de este muchachito es Nobita, un niño cuyo comportamiento merece que los padres lo dejen veinte años sin tele y sin celu.
La historia comienza con sus padres soltando una justa (y bastante suave) reprimenda. ¿Y qué hace este vil renacuajo? Suelta un berrinche, a los gritos e histérico, como sindicalista argentino con dos trabajos. No contento con toda esta “escenita”, escapa de su casa para reunirse con sus amigos —tan malcriados como él—, para despotricar contra sus padres y sobre lo dura que es la vida a los 10 años.
En esto aparece el gato robot Doraemon y a los infantes se les prende la lamparita. ¿Qué tal si escapan del yugo paterno viajando por la galaxia? Con cara de “esto termina como el culo”, Doraemon les da el gusto y saca una nave espacial de su bolsillo cuántico. A ver, no me vengan con “peros argumentales”, esto es para los niños, hay que fumarse estas licencias.
Así, estos proyectos de delincuentes juveniles viajan por el espacio, hasta aterrizar en un planeta muy bonito. Grandes pasturas, bosques, montañas… un paraíso. Mientras exploran, se topan con Lumis, un niño de su edad que con un discurso muy bonito de “paz y amor” les propone trabajar en su granja. A ver, a mí no me engaña: Lumis va a la escuela primaria de estafadores y tiene una beca por buen desempeño. Se las arregla para hacer laburar a todos, mientras que él no mueve un dedo. Lo más loco: estos pibes se escapan de su casa, enojados porque los padres los mandaron a ordenar el cuarto… ¡Y están de lo más contentos, trabajando como esclavos con los pesadísimos quehaceres de una granja! Ay, que me da algo… ay, que me da… Por favor, tráiganme un libro sobre crianza y un whiskey.
El trabajo dignifica… pero si es infantil no, ¿eh?
Bromas aparte, Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom es un juego genial para todas las edades. Un ambiente inocente y tranquilo, donde nos enseñan a cuidar de las cosechas y animales, con una ambientación y ritmo relajante. No hay grandes innovaciones con respecto a otros “juegos de granja”, pero todo está bien hecho e implementado. Además, comenzamos muy de a poco, con numerosos tutoriales, sin duda pensados para que los más peques entiendan sin problemas.
Pese a su sencillez, numerosos personajes, tiendas y actividades —minijuegos incluidos— se van habilitando, dando buena profundidad y contenido a la propuesta. Como es de esperar en este tipo de juegos, es necesario también ir subiendo la afinidad con el resto de los NPC. La historia está bien, aunque existe un “pero”: en demasiadas oportunidades se detiene el avance, a la espera de subir alguna afinidad o habilitar un recurso particular. A pesar de que la interfaz es muy clara en todo aspecto, en esto no lo es tanto y no sabemos por donde seguir para que el relato continúe.
Otra particularidad, que está muy bien, es el cooperativo para dos jugadores. Bien integrado, lo convierte en una opción todavía mejor para jugar en familia. Eso sí, hay que tener en cuenta que, para realizar los trabajos pesados, Nobita cuenta con una barra de aguante que disminuye con cada acción. Esto sirve como limitante para que tengamos que planificar nuestra actividad diaria. Ocurre que, al jugar cooperativo, esta barra se comparte. Si se agota, los personajes caen desmayados y pierden un día de trabajo a causa del cansancio. Esto es algo que da lugar a situaciones tan cómicas como frustrantes (y alguna peleita con nuestros compañeros, no vamos a mentir).
Unas vacaciones tan buenas que parecen pintadas
La estética de Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom es preciosa. Los paisajes representados con acuarelas van perfectos, en especial teniendo en cuenta que los personajes salen de una popular animación y manga (aquellos con más de 30 primaveras seguro lo recuerdan).
En cuanto a desempeño, probamos la versión de NIntendo Switch, la cual se mueve perfecto, tanto dockeada como en modo portátil. Gráficamente no es una locura técnica, pero cumple con creces teniendo en cuenta la propuesta. Es cierto que, en algunos momentos, la férrea vista isométrica complica las cosas y, con trasparentar los objetos que bloquean la visión, no alcanza. Aun con esto, no es más que un inconveniente menor, dado el ritmo de juego.
En conclusión, si les gusta este tipo de juegos o buscan algo para disfrutar en familia, Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom es muy recomendable. No es para nada innovador, pero todo lo que hace lo hace muy bien. Y, de yapa, nos sirve como moraleja a los más pequeños: hagan caso a papá y mamá, porque pueden terminar en un planeta alienígena, explotado por un niño maligno, mientras trabajan duro y sin descanso para cosechar lechugas. [i]
DESARROLLADO Y DISTRIBUIDO POR: Bandai Namco
GÉNERO: Social / farm sim
DISPONIBLE EN: Windows, Nintendo Switch, PS5.
QUÉ ONDA: Muy entretenida y bien desarrollada apología al trabajo infantil. Eso sí: para toda la familia.
LO BUENO: Excelente juego de granja, con gran variedad y cantidad de contenido. El cooperativo. La dirección de arte. Es un juego estupendo para los más chicos.
LO MALO: La cámara es a veces un poco incómoda. Ciertos objetivos para avanzar la historia no quedan claros.
Este análisis de Doraemon Story of Seasons: Friends of the Great Kingdom fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.
Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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