Nota de tapa de nuestra revista #7, allá lejos y hace tiempo. Prometía revolucionar la manera en que apreciamos el movimiento en los first person shooters. Y lo logra. Queremos que todos los FPS se "sientan" como este en cuanto a la simulación de inercia, de peso, de física. Pero como juego, Mirror’s Edge se queda corto en duración y largo en frustración.
VIDEOJUEGOS El Parkour es una disciplina del cuerpo, pero también del espíritu. Es un camino lleno de obstáculos que logras superar con tenacidad y energía. He allí una filosofía de vida que aplica a todos los deportistas extremos que andan por las ciudades subiéndose a cuanta pared, azotea y estructura se interponga a su alocada carrera. Ellos suben a donde sea con el solo impulso de manos y pies, brincan por rampas y techos a una velocidad del demonio. Los tipos atraviesan abismos entre edificios dando la impresión de volar. Una gente admirable, pero equidistante del gamer normal, que suele no mover ni un pie salvo que fuera para marcar el ritmo de algún temita. ¡Pero ahora eso puede cambiar! Mirror’s Edge es el juego capaz de convertirte a ti, querida bola de grasa, en un fabuloso deportista extremo, experto en Parkour, Urban Climbing y todas las variantes de nombre que se te ocurra.
Mirror’s Edge es un “shooter” en primera persona que cuenta la historia de una chica de aire oriental, Faith, cuyo trabajo es llevar información sin ser capturada por los guardias de una ciudad del futuro dominada por dictadores. De paso, Faith quiere probar la inocencia de sus padres y rescatar a su hermana, secuestrada por el régimen. Las comunicaciones electrónicas son monitoreadas, de manera que las grupos rebeldes deben enviarse mensajes a través de corredores humanos. Por supuesto, cada mensaje supone arriesgar la vida no solamente atravesando obstáculos a toda velocidad, sino también evadiendo a las fuerzas del orden, que no dudan en acribillarte los talones y arrojarte toda clase de enemigos, incluyendo unos súper letales helicópteros de combate. Faith no puede utilizar armas, excepto ocasionalmente. Su principal ruta de escape, además, es un enigma cada vez que afrontás un nuevo circuito. Debés correr a toda la velocidad que te den las piernas, saltar, trepar, deslizarte, balancearte, caer, subir, bajar… desarmar a los guardias con golpes marciales, vaciar el cargador de la pistola en sus caras, seguir huyendo. Mirror’s Edge es un juego donde el protagonista no es un arsenal como en todos los shooters en primera persona; aquí lo que cuenta es la velocidad y que te escapes lo suficientemente entera para entregar tu mensaje al siguiente courier. Las carreras se suceden casi todas en las azoteas e interiores de los inmensos edificios (también en estaciones de subte y otros lugares cerrados), en una metrópolis caracterizada por su limpieza y sus pocos colores dominantes. Casi todo es blanco (hasta la vegetación), con selectas áreas y objetos naranjas, o verdes, o azules. El estilo es de una belleza sorprendente. Las animaciones de todos los personajes son espectaculares. Mirror’s Edge propone simular la verdadera manera en que te movés al correr, saltar o rodar. El movimiento, verdadero protagonista del gameplay, te enfrenta a las fuerzas de la inercia y la gravedad. Al comenzar a correr, ganás velocidad, y si dejás de correr no te detenés inmediatamente, como en los shooters normales. hay que ganar “momentum” para saltar de un edificio al otro, o no lo conseguirás. Allá abajo, muy abajo, te espera el cemento duro. Si vas con suficiente velocidad, podés correr unos segundos por las paredes, al estilo Prince of Persia. Si saltás y al caer no rodás antes de incorporarte, tus rodillas crujen y te detenés. En el peor de los casos, te morís allí mismo por el golpe, si es que tus perseguidores no te dan alcance. Contra ellos es imposible luchar mucho tiempo, porque te superan en número. Si no rajás… estás muerta. La fluidez constante del movimiento es imprescindible en los últimos niveles del juego. Pero así como es realmente satisfactorio recorrer un circuito completo sin equivocaciones, haciendo saltos y acrobacias, luchando ocasionalmente, por otro lado es muy frustrante detener la carrera o perder el mejor camino. Mirror’s Edge cumple en mostrar que se puede lograr un sistema de movimiento más realista y agradable (que ojalá sea utilizado en otros juegos, cuyo movimiento parece obsoleto ahora), pero falla al volverse un asunto de prueba y error, como aquellos viejos fichines de rail. Hay que memorizar el mejor camino y eso implica intentar una y otra vez. Existen señales y pistas en el recorrido, pues las áreas u objetos como rampas y escaleras se vuelven momentáneamente rojas cuando estás a cierta distancia… aunque esto no siempre ocurre con la debida anticipación. Es una verdadera lástima. Sin embargo, Mirror’s Edge es un juego novedoso, diríamos original, en estos tiempos en que casi todo es idéntico a excepción de los gráficos. Si sos de los jugadores con la paciencia necesaria, y estás dispuesto a jugar prueba y error hasta dominar cada escenario, hacerse una carrera completa de principio a fin sin morir es una experiencia enormemente satisfactoria.
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MIRROR’S EDGE Género: Acción Web oficial: Mirror’s Edge
URBAN CONDITION Cuando hicimos preview de Mirro’rs Edge para nuestra revista, entrevistamos a algunos de los grupos dedicados al parkour pioneros en nuestro país. Ellos ahora cuentan con una página en la Web, Urban Condition. Si se atreven, pónganse a volar.
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