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[REVIEW] Assassin’s Creed IV: Freedom Cry


Peleando por la libertad con menos libertad.
 

El mar sigue a nuestros pies, el viento golpea nuestro rostro con la misma libertad que los piratas navegan por los siete mares, y ahora podemos luchar por nuestra independencia, nuestra libertad. Freedom Cry, el primer episodio nuevo en formato DLC, nos pone en los pies de Adéwalé, el Primer Oficial del Jackdaw y nuevo miembro de la Orden. 

Después de lo decepcionante en muchos aspectos que fue Assassin’s Creed III, sobre todo en lo que respecta a cerrar una trilogía, Ubisoft esquivó el iceberg de la monotonía con la cuarta entrega, dedicada al mundo de los piratas. Ahora tenemos entre nosotros el primer DLC, un capítulo aparte que toca temas bastante particulares en lo argumentativo y nos entrega más de la misma acción que disfrutamos en los pies de Edward Kenway.

Durante las conocidas aventuras bajo las órdenes del Capitán Kenway, la embarcación Jackdaw tuvo como Primer Oficial a Adéwalé, originario de Trinidad y esclavo de nacimiento. En busca de su libertad se cruzó con el asesino Kenway y descubrió que compartían la misma herencia, convirtiéndose así en otro engranaje de la máquina que sigue el credo y pelea contra los Templarios.

Cuando agarramos el control, un extenso tutorial nos explica cómo utilizar el barco en combate, tal como el juego original y pronto vuelve a otro punto de la historia en la que parte verdaderamente la sección narrativa. Una que, para nuestro placer, es mucho más personal y cercana al protagonista que la de Kenway. Adéwalé como nuevo miembro de la orden de asesinos, busca liberar a los esclavos de Port-au-Prince y levantarlos para una revolución. Y la historia toca muchos temas con una honestidad y claridad que no suele verse en los fichines, sobre todo con protagonistas que se vean enfrentados con elecciones morales reales y difíciles de resolver.

Ahora bien, es gratificante que Freedom Cry advierta las pocas fallas de Assassin’s Creed IV, pero lamentablemente esto solo se aplica en la trama, porque el resto del juego en sí, es repetir las mismas cosas que hicimos antes. Es una pena porque el mundo es muy interesante, los planteos que hacen son más que válidos y atrapan al jugador (en parte gracias a un gran protagonista como Adéwalé) pero en concepto de pura mecánica es más de lo mismo. Y ni siquiera “más”, sino menos de lo mismo, porque el mundo abierto no es tan amplio y atrapante como el vasto mundo de ACIV, ni la aventura tan memorable.

Así, la buena historia que hasta se anima a hacer ciertos planteos sobre la esclavitud y el precio de la libertad, queda como una simple excusa para volver a las mecánicas de siempre que tienen como agregado nada más que algunas armas, que hablan más de cómo es Adéwalé como guerrero que ofrecer una verdadera variedad a la exacta jugabilidad que vimos en el pasado.

En sí, es una buena aventura de cinco horas, con una buena historia, pero en lo que al juego respecta, no llega a ninguno de los puntos del juego original, ni ofrece un cuarto de la libertad que solemos encontrar en un juego completo. Pero para volver a visitar el mundo creado por Ubisoft, es un agregado decente. [i]

CALIFICACIÓN
78%

QUÉ ONDA: Más del mismo excelente gameplay con una historia fresca e históricamente relevante.
LO BUENO: Excelente historia y personajes, con hasta algunos planteos filosóficos.
LO MALO: Más allá del contexto nuevo, es más de lo mismo.

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