Violencia patológica
Juegos como Nuclear Throne o Enter the Gungeon son ejemplos modernos de cómo hacer las cosas tanto en materia de twin stick shooter como de roguelike, dos sub-géneros que nos sorprendieron con su casamiento pero que supieron demostrar que son una pareja robusta destinada a grandes cosas. Por supuesto, siempre aparecen nuevos contendientes, y este es el turno de Blazing Beaks.
El equipo de Applava comenzó a trabajar en el fichín allá por el 2015, ofreciéndolo en Early Access dos años después. Luego de un buen tiempo para recibir feedback, era hora de que Blazing Beaks tenga su lanzamiento oficial. Como sorpresa de último momento, ¡también está disponible en Nintendo Switch! Y ahí es donde lo probamos.
¿De qué se trata Blazing Beaks?
Como mencionamos antes, el fichín es un roguelite en el que tenemos que atravesar varios mundos con sólo un puñado de corazones. Si morimos, se terminó la partida, y debemos comenzar la odisea otra vez desde el principio. Si bien algunos elementos se mantienen, como la cantidad de mundos, su estilo y otros factores, en cada nueva sesión los escenarios se renuevan, la posición de objetos cambia y los enemigos también… bueno, a esta altura ya saben cómo funcionan estos juegos.
Nosotros controlamos a un ave, tratando de liberar el mundo de Beaks de una súbita invasión de monstruos. Para recobrar la paz, vamos por ahí descosiendo a tiros a todo bicho que se cruce. Mientras que con uno de los analógicos nos movemos, con el otro apuntamos, lo que nos permite regar todo de balazos sin parar de movernos.
Para comenzar podemos elegir entre cuatro personajes: un pato, un ornitorrinco, una gallina y un loro, cada uno con diferentes habilidades y condiciones iniciales. El primero es el más estándar, mientras que el segundo propone todo un desafío con su poca salud pero buen armamento. A medida que progresemos en el juego, vamos a ir desbloqueando nuevos personajes como pingüinos, gaviotas e incluso… bueno, mejor no se los revelamos.
En el camino vamos a ir encontrando artefactos malditos, que sólo nos traen desventajas. Por ejemplo, pueden reducir nuestro tiempo de recarga o hacer menos daño. ¿Para qué los levantaríamos, entonces? Ah, porque luego podemos cambiarlos por ítems que sólo nos dan beneficios. ¡El desafío es llegar vivo hasta esa instancia!
Los enemigos también van a ir dejando monedas que luego podemos usar en la tienda para comprar nuevas armas. O pueden dejar corazones y llaves, con las que abrimos cofres y puertas secretas. Si bien por defecto tenemos la habilidad de deslizarnos para evadir ataques, en cualquier momento podemos toparnos con nuevas técnicas como congelar a los enemigos o activar un escudo protector.
Cuando hayamos superado un determinado número de niveles, se nos va a aparecer la puerta para acceder al jefe de ese mundo. Podemos elegir visitarlo o bien ignorarlo por un tiempo para equiparnos mejor. ¡Pero cuidado! Porque mientras más lo posterguemos, más aumenta su dificultad.
Una particularidad es que cada nivel consiste en una mazmorra contenida dentro de la pantalla, lo cual nos permite analizar toda la situación de un vistazo.
Una herramienta bienvenida en Blazing Beaks es la posibilidad de rejugar campañas cuya aleatoriedad nos haya gustado y queramos reintentar. Su funcionamiento es el siguiente: al final de cada partida obtenemos un número de “semilla”, que representa el factor aleatorio con el que esa ronda fue creada. Es cuestión de anotar ese número y seleccionar la opción “Seeded”, ingresar la cifra y ¡bum! estamos allí de nuevo (por supuesto, tenemos que jugarla desde el primer nivel).
Además de fichinear la campaña en solitario, también podemos hacerlo con alguien más en forma local. Por supuesto la experiencia cambia, pero sigue siendo divertido. Un detalle a tener en cuenta: si juegan en la Switch, y cada jugador usa un sólo joy-con, se activa la mira automática, y aunque esto parece una comodidad al principio, puede volverse una verdadera molestia muy pronto ya que estamos atados a la prioridad que la compu elija para atacar.
Si nuestro interés es el de jugar en forma local con más gente, tenemos el modo Torneo, en el que podemos competir en varios sub-modos. Desde el típico Deathmatch en el que gana el que queda en pie, a otros como Drop Heart en el que cuando somos heridos vamos dejando corazones que otros pueden agarrar, o Skull Keeper en el que mientras sostengamos una calavera dorada, los rivales van a perder salud en forma constante, o Hunting, donde nos arrojamos lanzas y tenemos que recobrarlas para volver a tirarlas.
En definitiva, Blazing Beaks es un sencillo y no muy ambicioso buen añadido a cualquier ludoteca. La versión de Switch brilla por su portabilidad, permitiéndonos jugar partidas rápidas en el bondi (o bien terminar en el camino esa ronda en la que nos está yendo taaan geniaal). Lo sencillo que es desconectar un joy-con, pasárselo a alguien y sumarlo a la aventura también suma, aunque en esta situación la auto-mira puede ser motivo de frustraciones. Aún así, jueguen donde lo jueguen, es un fichín rápido, desafiante y violento, en un género que claramente está en su PICO. Cuac. [i]
DESARROLLADO POR: Applava
DISTRIBUIDO POR: QubicGames & Applava
GÉNERO: Acción, Roguelike
PLATAFORMAS: Nintendo Switch, PC
QUÉ ONDA: Un twin stick shooter al estilo Nuclear Throne con algunos elementos originales, protagonizado por aves agarrándose a tiros con monstruos. ¡Un desplume!
LO BUENO: Excelente estilo visual retro, jugabilidad rápida y adictiva, variedad de ítems, modos multijugador.
LO MALO: Escaso contenido para desbloquear, poca variedad de modos, puede sentirse injusto en varias ocasiones, poca rejugabilidad, no se puede jugar online.
Este análisis fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Santiago Figueroa, alias Morton, fue durante unos años el Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Ahora es padre y vive en otro continente. Es fan de Sonic. También sabe hacer juegos y pelis. Pueden ver sus locuras en YouTube, o por Twitch, o vigilarlo por Twitter como @aliasmorton.
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