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Shenmue 3 [REVIEW]

Hoy, en “Fichines en el recuerdo”…

Meterse a hacer una revisión como esta es, sin vueltas, meterse en un quilombo. Es un problema discutir los clásicos o las leyendas y, en este caso, pegamos la dupleta con desarrollador y título: Yu Suzuki y Shenmue 3.

Por si fuera poco, el hype que generó Yu Suzuki fue sideral. Recordemos el anuncio en aquella E3 2015, durante la conferencia de Sony, develando el proyecto y pidiendo colaboración por medio del financiamiento colectivo. Los fans enloquecieron al punto de convertir su campaña de crowdfunding en récord, siendo la más rápida en recaudar dos millones de dólares antes de las siete horas de vida.

Bien, queridos lectores, la espera terminó y hemos finalizado la tercera parte. Aún algo desconcertados con la experiencia, podemos asegurar que Shenmue 3 generará amor u odio, sin términos medios. Lo más loco es que, ambas posturas, encontrarán argumentos válidos para sostener su opinión. Les dijimos al principio… nos metimos en un quilombo.

Luego de ver una de las mejores sinopsis jamás editada para un videojuego — ya sea para ponernos al tanto o recordar lo sucedido— Shenmue 3 comienza justo donde termina la segunda parte, en esa misteriosa caverna.

Aquí, abrimos un paréntesis: si bien no es obligatorio, la copia para revisión que recibimos viene acompañada de un mensaje directo de Yu Suzuki, donde pide el favor de no contar nada de lo que ocurre en esos primeros minutos. De manera que, aun creyéndolo exagerado, somos respetuosos de los deseos del autor y omitiremos todo lo que ocurre dentro de la caverna al comienzo del juego.

El fénix y el dragón

Para resumir la historia, en principio podemos dividirla en tres ramas. Por un lado, continúa la epopeya de nuestro héroe, Ryo Hazuki, que busca vengar el asesinato de su padre tratando de “pasar a valores” a Lan Di, autor material del hecho.

Al mismo tiempo, una antigua profecía de la que somos parte se suma al hilo central, enlazando a nuestros antepasados y a esos tan misteriosos — como pintorescos— espejos tallados, que no paramos de perder o dejarnos robar. Y ustedes dirán “¿otra vez arroz?”. Esperen, falta una pata argumental más.

La dama en desgracia

Como honorable señorito japonés que es, Ryo pospone sus asuntos personales para ocuparse de algo más inmediato. El padre de su compañera, Shenhua, ha desaparecido. Al mismo tiempo, unos matones andan haciendo bardo en Bailu, aldea en la que nos encontramos al inicio.

Estos malhechores se pasean por la Villa haciendo extrañas preguntas sobre la identidad de los albañiles de la zona, al tiempo que causan destrozos siguiendo al pie de la letra el “manual de buenas prácticas del matón”. En otras palabras, por cada pregunta, un florero debe romperse.

A partir de aquí, es difícil determinar qué se vuelve más soporífero, si el relato o la jugabilidad. Una historia que avanza a paso de tortuga anestesiada, donde sobran los dedos de una mano para enumerar las situaciones significativas que ocurren durante más de veinte horas de juego.

Por si fuera poco, dejan abierta la puerta a una cuarta parte, cosa que, al ver avanzar tan poco la historia central, resulta tan exasperante que enfureció incluso a la tortuga anestesiada de la analogía previa.

¿Shenmue 3 o museo de Animatronics?

Como habíamos anticipado, la jugabilidad no ayuda, sino todo lo contrario. La mayor parte de la investigación tiene que ver con un abuso del método “prueba y error”. Es decir, hablamos con todo lo que tenga boca y eventualmente la pegamos. Mientras, soportamos las antinaturales conversaciones, a veces absurdas, mecánicas y telegráficas. Son pocas las búsquedas o encargos donde realmente debemos usar nuestro poder neuronal o, incluso dejando la pretensión de lado, resulten interesantes.

Por otra parte, le recomendamos fuerte evitar el doblaje en inglés. Muchos dirán “¡gracias, Capitán Obvio!”, ya que es común que una porción de jugadores prefieran escuchar las voces originales en los juegos orientales. Pero, al mismo tiempo y en proporción similar, están los que toman el audio en inglés y subtítulos en castellano como la configuración de  “localización” de preferencia.

Ocurre que la interpretación en inglés de los actores — en especial los protagonistas— es espantosa. Casi todo el tiempo leen sin ganas actúan sus líneas como si por dentro estuvieran pensando  “Me quiero ir, no quiero estar acá haciendo esto. Prefiero ordeñar un toro”.

De todas formas, usemos cualquiera de los doblajes, el guión está mal escrito o mal traducido, pero algo anda mal.  Lo cierto es que, por la cantidad infernal de conversaciones bizarras y robóticas nos hace pensar que no es un problema del traductor.

Para rematarla, las diferentes cinemáticas o escenas de diálogo desconocen el significado de la palabra “fluidez”. En síntesis, padecemos un tortuoso sin cesar de planos editados con violencia y torpeza, tanto que llegamos a tener la sensación de saltos temporales. Entre esto y la desidia de los actores, se nos hacen añicos los nervios.

Por último, la guinda del postre, es la animación, en especial la facial. Los personajes están tan duros que no entendemos como no les cayó la DEA. La suma de todas estas decepciones hicieron que una reflexión pasara fugazmente por nuestra cabeza: “sería un excelente juego sobre Terminators Serie 800”.

Shenmue 3 y la artritis

Si llegaron hasta acá, en algún momento pensaron “seguro que ahora dice que las peleas están copadas”. Bueno, no exactamente… más bien podemos decir que el sistema de combate no es malo, sino simplemente viejo. De todas formas, dentro del contexto general, que solo sea “viejo” es algo bueno. Una vez más, tal como nos tiene acostumbrados la saga, gastaremos nuestros recursos —especialmente dinero y tiempo — entrenando o estudiando para perfeccionar técnicas y ser cada vez más pulenta.

El problema de esto —y de tantas otras actividades o situaciones— es que implica pasar por minijuegos con un nivel de calidad por lo general bajo. Al punto de ver descuidos demasiado obvios, tales como indicadores de puntería traslúcidos sobre fondos brillantes, cosa de no poder distinguir un pomo.

Por último, a nivel gráfico es irregular y hasta ecléctico. Mezcla muy hermosos paisajes y modelos de personajes bastante logrados con otros muy chatos que hasta parecen salidos de otro juego. La música es muy bella y los efectos de sonido están muy bien, pero no alcanzan para levantar una fiesta que no está ni cerca de llegar al carnaval carioca.

Nostalgia versus embole

Y aquí es donde hay que tomar una decisión. ¿Lo tomamos como un homenaje? ¿La reivindicación de un estilo inherente a la saga? Entonces, tenemos que decir que es un juegazo y un llamado de amor a nuestra nostalgia. Listo, zafamos de criticar a un héroe del videojuego y a una saga legendaria. Nadie nos puteará y finalmente seremos queridos por todos… nah, ni en pedo.

Podemos llamar “homenaje” al último God of War o al reciente Resident Evil 2. Evolucionaron y mejoraron manteniendo las bases, sin perder su identidad y esencia. Con una jugabilidad endiablada, una historia a prueba de balas y amor en cada detalle. Ambos resultaron magistrales y valientes al jugarse en cada cambio.

Por el contrario, Shenmue 3 apuesta a “si no está roto, no lo arregles”. Pero confunde las cosas, ya que no está roto, sino viejo y obsoleto. Se convierte en una triste ironía: es maestro y motor impulsor de un género que no paró de evolucionar. El mismo género que ahora, ante su tozuda inmutabilidad, lo deja desubicado y fuera de época.

Cerrando Shenmue 3, mientras esquivamos cascotes

Por supuesto, estarán los que antepondrán la nostalgia. Y está bien, adelante, es válido. Pero tengan en cuenta que todo tiene un límite, incluso mantener “la personalidad de la saga”. Y esta línea la traza la propia naturaleza de la obra.

Es decir, ¡es un videojuego! Ninguna “búsqueda sentimental” puede justificar el aburrimiento o la irritación que provoca. Si fuera un juego con algún tipo de ambición experimental o experiencia extravagante, se podría entender. Pero no lo es.

Por poner un ejemplo de una de las tantas cosas que están mal: ¿podemos decir que los actores se desempeñaron como el culo para estar “acordes a la esencia”? ¿O que el guion parece escrito por un alienígena —recién llegado y aprendiendo la interacción entre humanos— y está bien porque es parte de la “magia de Shenmue”?

Así, elegimos el camino de discutir leyendas, héroes y bancarnos alguna puteada fundamentalista en el proceso. Pero creemos que vale la pena porque es necesario advertir a los más “moderados” —o a los que no saben en que se meten, pero el hype colectivo los hipnotiza— para que no se claven.

Y no entremos en el tema “presupuesto”. Shenmue 3 no tiene un problema de guita, sino una acumulación de descuidos y tozudez. Quizás hubiera sido un buen juego hace veinte años atrás. Hoy, solo nos atrevemos a recomendarlo a los fanáticos del “núcleo duro”, que quieren enterarse lo poco que avanza la historia en esta entrega. Y que, por supuesto, tienen la capacidad o la voluntad de hacer invisible todas las cosas que el juego hace mal. [i]


DESARROLLADO POR: Ys NET
DISTRIBUIDO POR: Deep Silver
GÉNERO: Acción y aventura
DISPONIBLE EN: PS4, Xbox One, Windows

QUÉ ONDA: Luego de veinte años, la aventura continúa y avanza (poco). Recomendado solo para fanáticos totales.
LO BUENO: Que haya una nueva entrega. La sinopsis de lo acontecido hasta el momento es tan buena, que permite que este sea el punto de entrada en la saga. Un buen y bello diseño, en especial los paisajes y su exquisita paleta de colores. En contados casos, tiene situaciones donde la exploración resulta entretenida. El sistema de combate está viejo pero, dentro del contexto, alivia nuestros nervios.
LO MALO: La irritación constante que provocan las actuaciones con cero ganas. Los diálogos son un espanto. Escenas con cortes y transiciones muy violentas y desprolijas. Abusa de la repetición y la prueba y error. Minijuegos entre poco inspirados y descuidados. Pocos avances significativos en la historia.

Este análisis de Shenmue 3 fue realizado a través de un código de PS4 provisto por sus desarrolladores.

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