El cazador se convierte en presa
EL AIRE AMANECÍA FÉTIDO con el hedor a putrefacción que emanaba de los cientos de muertos que poblaban el escenario de la última batalla. Así era Velen ahora en medio de la guerra, un cadáver de otra época, y Geralt cabalgaba por el camino, bordeando la muerte y la tragedia. Había decidido abandonar el foco de atención, de volver a cazar monstruos, pero tuvo que volver, por ella.