
Como caído del cielo
Después de algunos DLC’s con sabor a poco —que dejaron a los fans de la saga con un dejo de amargura— llega Total War: Three Kingdoms – Mandate of Heaven. Una expansión con mucho más para ofrecer que dos campañas adicionales, con la clara perspectiva de que Creative Assembly vuelve a las raíces para redimirse. ¿Podrá?
No estamos ante una pequeña campaña extra por fuera del flujo normal de la historia a lo spin-off, como venían siendo las últimas entregas de contenido descargable. Total War: Three Kingdoms – Mandate of Heaven es una precuela, ubicada ocho años antes del inicio de los sucesos del juego base.
Esto cambia los puntos de partida de las distintas facciones en el mapa de la campaña y nos permite disfrutar de una nueva historia. Pero, además, le da rejugabilidad a la historia original.
Este DLC explica el porqué de la Rebelión de los Turbantes amarillos. De esta manera, agrega dos facciones jugables a dos civilizaciones ya existentes: los Han y los Turbantes Amarillos. Esto trae aparejado objetivos, mecánicas y recursos únicos. Sin olvidar, además, un puñado de nuevas unidades, objetos y tecnologías para todo el resto de las civilizaciones. La suma de todos estos elementos generan una positiva disrupción en el balance del juego.
Un combo completo
Algunos personajes centrales —como Liu Bei y Cao Cao— tienen ahora ahora cada uno su historia, para poder entender los sucesos previos a su desarrollo en el romance de los tres reinos.
Como toda campaña de Total War —y en especial desde las últimas entregas a la fecha— es bastante cuesta arriba. Empezamos en territorios hostiles, muy mal posicionados en el mapa y con situaciones acuciantes de entrada por varios frentes. Para rematar, cada una de las nuevas facciones son nuevos elementos de gran impacto a considerar, ya que traen consigo mecánicas nuevas.
Quién es quién en Mandate of Heaven
Con respecto a los Turbantes Amarillos, la nueva situación queda aún más clara al controlar a alguno de los tres hermanos rebeldes. Nos topamos con los nuevos recursos incluidos en el DLC (fervor y fanatismo) y que permiten balancear las actitudes de las facciones. Por ejemplo, el fanatismo representa qué tan encausados a la rebelión están sus miembros y se acumula luchando contra nuestros oponentes. Por otra parte, el fervor representa que tan difícil se les hace abandonar la causa por la estabilidad que les ofrezca una facción más solidificada.
Estas hordas de campesinos furiosos son controladas por la AI utilizando estos dos indicadores, por lo que no tendremos injerencia directa sobre sus acciones. Así como en la vida real, a veces nos toca utilizar a nuestra ventaja fuerzas que no controlamos del todo, y cuyas consecuencias pueden bien estar muy fuera de nuestra visión original. Una vez más Creative Assembly intenta entonces simular aspectos de la vida de gobierno real en el título y lo consigue de manera acertada.
Las dinastías de Mandate of Heaven
Si recuerdan la entrega previa, tendrán en sus mentes seguramente que una de las características principales de Total War: Three Kingdoms es el sistema de dinastías.
Ahora bien, debido al añadido de los “eunucos” (Los Han) —una especie de grupo de señores feudales en busca de títulos nobiliarios— una parte de la burocracia China es ahora manejada por ellos. Esto tiene efectos reales e importantes sobre los costos del manejo del gobierno de la facción que estemos controlando.
De esta manera, en ocasiones es prudente ordenar a algunos Han dentro de nuestra Dinastía en cargos de gobierno, al precio de decepcionar a algunos aliados “de pura cepa” que se toman muy a pecho ser desplazados por un externo.
Como si el fichín no fuera lo suficientemente exigente, estas nuevas mecánicas le agregan aún más complejidad a una mecánica que obligaba a ser cauto en cada turno.
Así, Mandate of Heaven introduce escenarios que no se resuelven simplemente a capa y espada. Desarrollar capacidades de diplomacia, distribución territorial y manejo económico son claves. De otra forma, arrancamos una campaña y terminamos arruinado todo en el sexto turno, con un fracaso estrepitoso (nos lo contó un amigo).
Mandate of Heaven: un DLC generoso
Es importante mencionar que existe contenido adicional gratuito para quienes tengan el juego base, hayan comprado o no la expansión. Esto impacta de manera positiva en la compatibilidad entre versiones, como también al balance en un título ya de por sí complejo.
Unidades nuevas, balances en unidades existentes, nuevos legendarios jugables y actores principales de la historia son algunas elementos que recibirán todos los jugadores de Total War: Three Kingdoms.
Algunos de estos añadidos son muy significativos: una balista que dispara varias flechas en simultáneo (Heavy Crossbow) y la esperada unidad “contra-héroes” (The Tyrant Slayers). En especial este último trae algo de alivio a las batallas “uno versus cien“, donde acostumbramos perder al enfrentarnos a cualquiera de los personajes legendarios, tales como Lu Bu o Liu Bei.
Conclusión
De todos los DLC’s que tiene este fichín, Three Kingdoms – Mandate of Heaven es definitivamente mandatorio (valga la redundancia). Es una entrega que no sólo añade contenido al fichín original, sino que también rediseña el punto de partida dándole una lavada de cara sumamente pulida y bien terminada al título original. Esto hace de Mandate of Heaven sin lugar a duda un DLC con saborcito a expansión.
DESARROLLADO POR: CREATIVE ASSEMBLY
DISTRIBUIDO POR: SEGA
GÉNERO: Estrategia
DISPONIBLE EN: Windows, Mac, Linux
QUÉ ONDA: Total War: Three Kingdoms Mandate of Heaven es un DLC muy completo que suma una importante cantidad de contenido a la vez que re-balancea ciertos aspectos del título original.
LO BUENO: Las nuevas facciones suman no sólo más opciones de juego sino también más mecánicas y unidades.
El DLC le da valor extra al juego base extendiendo su campaña original.
LO MALO: La campaña se vuelve un tanto hostil para jugadores novatos, es sumamente demandante y deja poco margen de error, lo cual puede volverse frustrante. Si el título anterior tenía muchas cosas de las que estar pendiente, este DLC añade dos nuevas características a ese listado. [i]
Este análisis de Total War: Three Kingdoms Mandate of Heaven fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

Bruno Rizzuti, alias Rasgarroth, si bien es difícil reconocerlo a simple vista, ya que habitualmente anda disfrazado de trabajador responsable en el ambiente corporativo, no dejes que las apariencias te engañen: juega más horas de las que trabaja…o duerme…o come…o vive. Apasionado total del mundo del gaming y el hardware desde su más tierna infancia, es el perfecto ejemplo de que se pueden cumplir los sueños del niño interior: 40 horas semanales de videojuegos y envejecer sin madurar.
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