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Diablo II: Resurrected [REVIEW]

Algunas cosas están bien como son. Esta es una de ellas.

Mi primera vez fue en el 2001. Yo era muy joven e inexperto, nunca lo había hecho. Lo había visto en revistas, fotos, pero no tenía con quien hacerlo. Así que luego de un tiempo me anime y llamé a unos amigos. Ya estaba decidido y no había vuelta atrás. Buscamos información en un foro de internet que estaba en inglés. Planificamos un día —mis viejos no estaban en casa— y los llamé. Conseguimos un router marca “pindonga” y unos cables de red. Luego de unas horas de configurar protocolos y cosas que no entendíamos, lo habíamos logrado ¡Nuestra primera LAN PARTY! Un aRPG perfecto, corriendo en una red local bajo protocolo TCP/IP, tres computadoras en la mesa del comedor, papas fritas y gaseosa. Un día inolvidable e irrepetible… hasta hoy, gracias a Diablo II: Resurrected.

En agosto escribí un anticipo de lo que me pareció la beta de Diablo II: Resurrected y por qué pienso que es el mejor remake de la historia. Llegó la hora y su versión final está entre nosotros ¿Cumple con lo prometido? Sí y con creces, el remake de Diablo II es todo lo que esperábamos, ni más ni menos. El punto justo de soda para este vaso de vino que se toma bien frío [NdE: pecado mortal detectado].

Primero que nada, hagamos una breve recapitulación para los que no conocen Diablo II ¿Por qué es considerado un clásico de clásicos? Diablo II fue un videojuego lanzado por Blizzard en el año 2000, continuación del título homónimo de 1997. Si bien los videojuegos de rol eran una realidad hacía más de 20 años, Diablo y su continuación no solo fueron un éxito comercial. De alguna manera forjaron los mandamientos de lo que debe ser un action role playing game. Juegos donde factores del “rol clásico” como narrativa y decisiones se relegan, en pos de profundizar la acción frenética y sin pausa

Resurrección respetuosa

¿Qué trae de nuevo Diablo II: Resurrected respecto de la versión 2000? En absoluto nada, al menos en sus mecánicas, contenido y filosofía. Esa es la fórmula de su éxito que refleja página por página, letra por letra, y bug por bug lo que fue Diablo II. Lo que sí, incluye la expansión completa Lord of Destruction, junto con todas las correcciones y mejoras que el título recibió a lo largo de 20 años.

Así, Vicarious Vision —responsables de este remake y del remake de Tony Hawk’s Pro Skater 1+2— se preocuparon por restaurar a los tiempos que corren, pero manteniendo el patrimonio cultural intacto. Las “mejoras” son muy pocas y específicas. El alijo se expandió y ahora es compartido, eliminando por completo la necesidad de crear personajes mulas. Se agregó una levantada automática del oro e ítems menores, que ya no ocupan tanto espacio en el inventario.

Además, se incorporan algunas opciones de accesibilidad, como visibilidad del HUD y comparador de estadísticas entre ítems. En definitiva: cualquier otro aspecto que no mencioné, se mantiene tal cual la versión original, sin cambio o modificación alguna.

Nueva vida, nuevos gráficos

Sin duda, la mayor novedad que ofrece Diablo II: Resurrected está en el apartado visual. Un trabajo realizado con gran esmero y con respeto absoluto del patrimonio original de Diablo II. Se agregó un motor 3D que corre sobre el código base del juego, que en partes fue necesario reescribir línea por línea.

Así —presionando la tecla G— podemos ir y venir entre el legacy mode —vieja versión 2D en sprites— y el nuevo engine. Impacta ver el cambio, detalles nuevos que respetan el lore y agregan elementos que, de seguro, nuestra imaginación añadía al jugar la versión original.

En este sentido, es un alivio que se respete la estética gótica y oscura de Diablo II. Una dirección de arte que influenció cientos de juegos que vinieron luego, como Path of Exile o Grim Dawn. Lo único, y si bien fue fundamentado por su desarrollador, lamentamos la carencia de soporte para monitores ultra wide. Una lástima para los que usamos este tipo de pantallas, nos perdemos de apreciar en formato completo los escenarios.

Por otra parte, no solo las locaciones se actualizaron, sino que se agregaron nuevos efectos de iluminación dinámica que tornan los combates aún más espectaculares e intensos. Usar builds como la “hechicera de rayos” es un festival de luces en pantalla, un espectáculo que es muy difícil que deje a alguien indiferente. 

Además, la música —pieza fundamental de la experiencia— se remasterizó y es un deleite para los oídos. Una de las pocas bandas sonoras que realmente disfruto mientras juego. Un detalle no menor es que, si alternamos al legacy mode, suena la pista original y podemos apreciar mejor el trabajo realizado.

El Diablo metió la cola (en los servidores)

A esta altura ya parece que es un clásico de Blizzard: el lanzamiento no estuvo exento de problemas. Servidores caídos y hotfix de “momento cero” fueron necesarios, e impidieron saciar las ganas de los más ansiosos. Sin embargo, esto no empaña la experiencia de jugar Diablo II: Resurrected. Un juego en donde la historia principal solo es el tutorial y su verdadero sentido es jugarse una vez tras otra, hasta lograr el build perfecto.

En resumen, Diablo II: Resurrected es un juego que no ofrece nada nuevo, pero es obligatorio jugarlo. Se trata de revivir la nostalgia del 2000, aggiornada a los tiempos que corren y con algunas mejoras sutiles. ¿Nunca jugamos Diablo II o no con la profundidad que se merece? Esta es una oportunidad que no podemos pasar por alto. No solo para disfrutarlo con la tecnología actual, sino porque es una parte fundamental de la historia de los videojuegos

El saber popular dice que el Diablo sabe más por viejo que por Diablo. Este juego prueba de que a veces no es necesario inventar nada. Algunas cosas ya son bastante entretenidas siendo de la manera que siempre fueron. Por nostalgia o por peso propio, este remake es un recomendado al punto que —si nos declaramos como apasionados por los videojuegos— sería un pecado dejarlo pasar. [i]


DESARROLLADO POR: Vicarious Visions
DISTRIBUIDO POR: Activision Blizzard
GÉNERO: RPG de acción
DISPONIBLE EN: Windows, PS4, Xbox One, Nintendo Switch, PS5, Xbox Series X|S

QUÉ ONDA: Diablo II y su expansión restaurados de manera muy cuidada, hasta conserva los bugs originales.
LO BUENO: No cambia en casi nada a Diablo II, salvo por unas mejoras básicas de alijo, auto loot y otras minucias de “calidad de vida”. No, no me equivoqué, justamente esto es “lo bueno”.
LO MALO: Algunos problemas en el launch. No podemos mencionar otros, porque el desarrollador buscó obsesivamente ser fiel al original, incluso en los pifies.

Este análisis de Diablo II: Resurrected fue realizado gracias a un código de PC provisto por sus desarrolladores.

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