Caminata a mitad de camino
Hay quien dice que con solo ver videos de jugabilidad, uno puede tener una idea acabada sobre una propuesta fichineril. En lo personal, los respeto, pero considero que en lugar de sangre tienen líquido de frenos. Lo que llamamos “feel”, el “cómo se siente”, lo responsivo… son cosas imposibles de analizar en un video jugado por un tercero. Trek to Yomi es un caso perfecto para demostrar este punto, porque se ve hermoso, pero se siente un poco desafilado.
Admito que, en su anuncio, me enamoré a primera vista. Y es que Trek to Yomi apuesta por una presentación cinematográfica perfecta, que no se limita a usar un puñado de filtros y poner todo en blanco y negro. Las escenas, el sonido, la música, los efectos, el entorno, los movimientos de cámara y la narrativa, todo el conjunto, es un homenaje al cine de Kurosawa.
Para más, viene de la mano de Flying Wild Hog (Shadow Warrior) y es distribuido por Devolver Digital. Una combinación que me hacía sonreír casi tanto como el olor a asado. De alguna manera garantizaba que las cosas no podían salir mal. Y así terminó siendo: no salieron mal, pero sí que un poco regulares…
El joven padawan
La acción de Trek to Yomi casi siempre se desarrolla lateralmente, en especial al momento de combatir. Aunque hay muchas secciones donde podemos explorar con mayor libertad. Aquí, la libertad muestra su cara más 3D, pero a pesar de ello, el juego no descuida ni por un segundo la posición de la cámara, para mantener el efecto del que venimos hablando.
En cuanto a la historia, comenzamos controlando a Hiroki, un samurái en formación (o junior, como quieran llamarlo). De hecho, arrancamos en un entrenamiento con nuestro maestro, un pasaje que —como ya habrán adivinado— nos sirve de tutorial.
Apenas finalizado este breve primer contacto con la espada, se arma un despiole en las puertas de la ciudad. Una movida con bandidos queriendo robar, violar, matar gente que los mira raro y prender fuego cosas por amor al arte. Es decir, lo que podríamos llamar un bandido clásico, nada de mierdas posmodernas.
De esta forma, nuestro maestro sale echando humo al tiempo que nos pide que no lo sigamos. Por supuesto, no se puede ir en contra de las leyes cósmicas de la narrativa: no pasan ni dos segundos antes de salir corriendo detrás de él.
Seamos sinceros: ya se imaginan lo que pasa, no cuenta como spoiler decir que la cosa termina mal para el maestro samurai. Entonces, en su lecho de muerte, Hiroki hace un juramento que lo perseguirá el resto de su vida. Luego, un avance rápido en el tiempo nos muestra luego a un samurái de ley y curtido, pero con el peso de esa promesa, que lo doblega a pura culpa. Un nuevo problema en su aldea natal le brinda la oportunidad de saldar esa deuda. ¿Estamos para el desafío? ¿O nos vamos a poner a mirar Yojimbo una vez más?
“Más duro que katanazo de samurai”
Hasta aquí, todo ok. La historia cumple, la dirección de arte es una maldita maravilla… ¿Listo entonces? ¿Metemos el sello que pone “100” y nos vamos a casa? No, la cosa no termina acá. Volviendo a lo que decíamos en el inicio del texto, el juego no se siente bien. Por desgracia, Trek to Yomi tiene una roca atada a sus zapatos y es contrapeso suficiente para asfixiar sus elementos más bellos.
Para resumir, el combate no es pésimo, pero sí muy soso. Podemos ir mejorando habilidades, ampliando combos, obteniendo armas a distancia, pero poco importa todo esto. Los movimientos no tienen “peso”, no se “sienten”, ni los golpes, ni el parry. De hecho, esto último tiene una ventana de oportunidad tan grande que no tardaremos en abusar de ella. Parry – pegar + pegar y así “all night long”.
Esta ingravidez es tan marcada que ni siquiera este constante choque de katanas se siente bien. Tanto que muchas veces nos queda la duda si desviamos, o no, el ataque enemigo. La acción se resume a bajar muñecos de manera casi mecánica y termina aburriendo. Para más, la variedad de enemigos es muy escueta, con lo que, a pesar de la belleza del entorno, la sensación derivativa nos agobiará más temprano que tarde.
Así, tenemos un bellísimo juego de acción, que cumple con creces en el apartado artístico, pero hace agua en su jugabilidad. Su corta duración es, al mismo tiempo, una maldición y una bendición. Las cinco horas que llevan terminarlo nos parece poco, pero si durara diez lo terminaríamos odiando. O haciéndonos un harakiri. [i]
DESARROLLADO POR: Flying Wild Hog
DISTRIBUIDO POR: Devolver Digital
GÉNERO: Acción
DISPONIBLE EN: Windows, PS4, Xbox One
QUÉ ONDA: Flying Wild Hog flashea Kurosawa
LO BUENO: Bellísimo homenaje al director nipón. La dirección de arte en general es impresionante.
LO MALO: El combate no se siente nada bien y, para más, es repetitivo a morir. Muy corto… ¿por suerte?
Este análisis de Trek To Yomi fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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