Cuando la confianza de un amigo está en juego
—Watson. ¡WATSON!
—¡Ya lo escuché Holmes! ¿Qué pasa?
—Deje ya ese pasquín ridículo y póngase el abrigo que salimos para Whitechapel.
—Pasquín ridículo o no, aquí ponen cosas espantosas sobre Ud., Holmes: Robo, falsificación, chantaje, falta asesinato para convertirlo en el hombre más buscado de toda Inglaterra.
—¿Y por qué se exalta así, Watson? Acaso me cree capaz… Por su mirada acaba de pasar un instante de duda.
—Si me dijera algo Holmes, si al menos me confiara parte de sus pensamientos…
—No puedo y Ud. mejor que nadie conoce mi metodología.
—Lo sé, lo sé. Pero esta vez…
—No lo culpo, Watson. Pero tendrá que confiar y esperar un poco más o de lo contrario seguiré adelante por mi cuenta.
La personalidad de mi compañero nunca fue fácil. Nuestra amistad, creo entender, perduró debido a que nunca fui de hacer muchas preguntas y además mis relatos contribuyeron a alimentar su ego, que por más oculto que quisiera mantenerlo, ahí estaba, a la pesca de las breves adulaciones que se permitía.
Este nuevo caso llega en un formato que últimamente es muy bien recibido por los fanáticos del nuevo siglo: el videojuego. La dinámica de la “obra” [N. de Tr.: John hace uso de “play” en lugar de “game”, a partir del erróneo concepto de “estación de obra de teatro” al referirse al “PlayStation”] es similar a las anteriores de la serie.
Cuento una historia desde la perspectiva de Holmes y mía —con el agregado de un pequeño y simpático compañero— en donde hay que recolectar objetos, completar cadenas de deducciones y resolver puzles. La interacción con el entorno se puede realizar desde tres perspectivas, que le llaman: 1ra., 3ra. persona y point’n click —no termino de entender a qué se refiere, pero me pidieron que lo aclare—.
La dificultad es variada —busqué simplificar los acertijos a los que nos vimos sometidos por obvias razones— y en el caso de los puzles hasta se pueden saltear.
Los “dibujos” [N. de Tr.: traduje literalmente “drawings”, aunque hace referencia a los “gráficos”] están realizados con gran exquisitez, poniendo especial énfasis en los “decorados” y “actores participantes de la obra”. Las actuaciones son excelentes, con un manejo de la dicción digno del mejor “british style” [N. de Tr.: con subtítulos en castellano].
No quiero arruinarles la experiencia anticipándoles nada, pero… el constante malhumor y recelo de mi compañero, junto al peligro al que se vio sometida nuestra amada reina, hicieron que el rememorar estos hechos fuera un duro proceso interior que no quisiera repetir. Sin embargo, es de vital importancia que salgan a la luz, ahora que ha corrido suficiente agua bajo el puente.
—Holmes, lo noto abatido.
—¿Desde cuándo Ud. es el perspicaz, doctor?
—No se burle de mí, estoy preocupado.
—Entonces más vale que haga lo que le pedí, si no tiene ninguna objeción.
—Pe… pero… Está bien. Como Ud. diga, Holmes. Aunque amenazar a punta de pistola a tres pobres incapacitados… ¡soy médico, por amor a Dios!
—Watson. Vaya y haga lo que le digo. O márchese de aquí de inmediato. [i]
Traducción al castellano de un artículo del Dr. John H. Watson.
DESARROLLADO POR: Frogwares
DISTRIBUIDO POR: Focus Home Interactive
GÉNERO: Aventura Gráfica
DISPONIBLE EN: Windows, Xbox 360, PlayStation 3
QUÉ ONDA: The Testament of Sherlock Holmes es la mejor aventura de Sherlock desde The Awakened. Más de 15 horas no aptas para personas impresionables.
LO BUENO: La historia, gráficos y actuaciones. La tabla de deducciones.
LO MALO: Poca rejugabilidad, relato lineal.
El análisis de The Testament of Sherlock Holmes fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Fernando Coun, alias Shinjikum, es un viejo prócer del fichín que comenzó a colaborar con el equipo original de [i] allá por los tiempos de la gloriosa XTREME PC (en el siglo pasado). Es un gran fan de los juegos de carreras y las aventuras gráficas, y actualmente está traduciendo Sandokan de Emilio Salgari, por el placer nomás.
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